21 febrero, 2014

Signos Etéreos: Capítulo 3


Se acerca un fin de semana más y con él llega otro capítulo de Signos Etéreos. En éste capítulo veremos las dificultades que pasan Jacs y Kira por obtener unos objetos mágicos llamados "tesoros". Cabe destacar que este sea probablemente el único capítulo en el que no se hace mención de ningún hechizo. También he añadido unas líneas entre pagina y pagina para comodidad de los lectores y así sea más digerible la lectura.

No olviden que mañana habrá actualización con información relacionada al capítulo, y puede que una que otra ilustración complementaria. 


Nombre: Jacs Rengard
Residencia: Pueblo Sunabi

Jacs es un joven que fue criado por su madre y por sus abuelos en una granja en las afueras del pueblo Sunabi, situado a las orillas del bosque gris, por lo que se le considera uno de los asentamientos humanos más remotos. Aprendió el arte del combate con espada de su abuelo, quien desde pequeño tomó el papel de su padre después de que éste muriera repentinamente. Las razones de su muerte nunca le fueron revelta años después.

A la edad de 17 años su abuelo también muere en extrañas circunstancias por un asesino misterioso, lo que lo hace emprender un viaje para vengar la muerte de su querido abuelo. Es así como empieza su aventura…


Nombre: Kira Lenndraken
Residencia: Ciudad Paragon

Criada en el seno de una familia de hechiceros respetables de clase alta, aprendió desde muy temprana edad a usar la magia gracias a un riguroso entrenamiento para estar a la altura de las expectativas de su padre, quien antes de que ella y sus hermanas nacieran ansió tener un hijo varón que siguiera sus pasos para formar parte del consejo mundial de hechiceros.

Fuera de su carácter impaciente y temperamental, es una disciplinada estudiosa de la magia. A pesar de dominar y conocer muchos tipos de magias se especializa en magia de agua, a la que ha dominado a la perfección. 



¡Nos leemos la próxima semana con el cuarto capítulo, aventureros de historias fantásticas!

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Titulo: La montaña del Sabio: Una nueva Misión
Escenario: Al pie de la montaña del sabio
Tiempo: Un día de viaje después de salir de la ciudad
Personajes: Jacs y Kira


Después de una breve escala en la ciudad Paragon, en donde Jacs conoce a una joven y entusiasta hechicera que decide acompañarlo, ambos parten rumbo a la montaña del sabio, en donde se dice existen unos artefactos misteriosos que los ayudarán en su travesía.

Ambos caminan con paso lento rumbo a una larga e impresionante cadena de montañas al frente suyo. Rompiendo con la monotonía del viaje, Jacs le pregunta a su compañera –Oye, Kira. Tienes muchos conocimientos sobre la magia, ¿no es verdad? Exactamente, ¿qué son esos artefactos que mi abuela me envió a buscar y cuál es su uso?

Kira –Se llaman tesoros, Jacs. En realidad desconozco los motivos por los que tu abuela te aconsejó que las buscaras, pero esos artefactos tienen un único propósito y ese es el de buscar las esencias mágicas.

Jacs -¿Esencias? –repite extrañado.

Kira –Tú sabes, ¡esencias! –le responde exasperada, como si esperara que supiera de lo que habla.

Jacs solo se limita a mirarla, extrañado.

Kira -¡En qué planeta has vivido todos estos años! ¡Me refiero a las esencias mágicas! Los amplificadores de magia que regulan la energía y en las que habitan las criaturas astrales.

Jacs –No entiendo de qué hablas…

En ese momento Kira pierde la paciencia, pero intenta calmarse para explicarle: –Dijiste que venías del pueblo Sunabi, ¿No es verdad? Es natural que habiendo nacido en un lugar tan remoto nunca hayas escuchado de la magia hasta ahora. Después de todo,  ese pueblo colinda con los bosques oscuros considerados como el fin de nuestro mundo. Te lo voy a explicar: Si estás buscando los tesoros, significa que tu abuela quería que fueses en busca de las esencias mágicas. Probablemente te dijo eso porque pensó que su inmenso poder te ayudaría de alguna manera.

Jacs –No lo sé… ella nunca mencionó nada más. Lo que quiero es encontrar al responsable de la muerte de mi abuelo y de mi padre.

En ese instante Kira, que va ligeramente por delante de él se detiene manteniendo su vista al frente. –Bueno, sea como sea, aquí es justo cuando empieza lo difícil.

Cuando Jacs gira la cabeza al frente nota que han llegado a las faldas de una de las montañas dela cordillera, que se diferencia de las demás por tener su cima cubierta por una espesa niebla. Kira entonces saca una cuerda que inmediatamente ata alrededor de su cintura, luego prosigue a hacer lo mismo con él.

Jacs -¿Qué estás haciendo? –inquiere mientras ella le ata la cuerda alrededor.

Kira - Se dice que esta montaña está bajo un hechizo desconocido que hace que los que vienen en busca de los tesoros pierdan el rumbo hasta la cima -le responde mientras asegura la cuerda con un nudo-, por lo que he venido prevenida para evitar que nos separemos.

Jacs –Ahora entiendo. Comencemos entonces a ascender.


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Mientras suben por un sendero remarcado con piedras en los bordes en la montaña y se adentran en la niebla, sus siluetas desaparecen en ella poco a poco hasta perderse. La limitada visión rápidamente les dificulta cada vez más el ascenso conforme avanzan.

Pese a la falta de visión logran llegar hasta una intersección la cual se divide en tres caminos diferentes: El primero luce muy inclinado y sube por entre las nubes hasta perderse, mientras que el segundo parece un camino que rodea la montaña. El tercer camino desciende hasta llegar a un sendero que conduce a la cara opuesta de la montaña.

Tras pensarlo un momento, Kira propone: –Creo que debemos ir por allá - Señalando el camino que rodea la montaña.

Jacs –Pero…

Antes de poder decir algo ella lo interrumpe –Piénsalo. Tomar el camino que conduce hacia la cima sería lo más lógico, pero recuerda que este sitio está encantado, por lo que otros ya deben haberlo intentado antes.

Jacs –Tienes razón, lo había pensado de esa manera.

Una vez elegida la ruta, ambos continúan la marcha. Las horas pasan deambulando entre la niebla sin ninguna novedad. De pronto divisan algo frente a ellos. Pronto se dan cuenta de que han llegado al mismo punto desde el que partieron horas antes.

Kira -¿Qué? ¡No puede ser!

Jacs –Si caminamos alrededor de la montaña es natural que acabemos en el mismo punto. –Comenta sin sorpresa.

Kira –No, ¡no lo es! –le grita molesta-. Ese camino no era totalmente circular. ¡Había tramos en los que subíamos! …espera un momento. ¿No habías hecho muescas con tu espada a manera de marca cuando pasamos por aquí?

Jacs –Sí, ¿por qué?

En vez de responderle ella se pone a inspeccionar un árbol cercano en busca de las marcas. No encuentra nada en su corteza.

Kira –¡No puede ser! Estoy segura de que es el mismo árbol de antes, ¡pero no tiene marca alguna!

Jacs –Creo que deberíamos regresar por dónde venimos, así podremos confirmar si estamos en el mismo lugar o no.

Kira -¿Bromeas? No voy a dar un paso atrás. Ahora tomaremos ese camino que parece conducir a la cima.

Sin darle tiempo de protestar, Kira se encamina con paso veloz tomando el segundo sendero arrastrándolo junto con ella. Jacs intenta detenerla, pero ella simplemente no lo escucha y acelera el paso.

Con cada minuto que pasa y con cada paso que da, la impaciencia y el descontento de Kira aumentan cada vez más hasta que imperceptiblemente comienza a  trotar a paso veloz y finalmente termina por correr con Jacs detrás de ella. Inesperadamente él se detiene en seco tirando de la cuerda que los une deteniendo el avance de ambos bruscamente.

Kira -¡Qué te pasa!, ¿por qué me detienes de esa manera? –le reprocha disgustada.

Jacs –Mira hacia abajo –le responde con semblante serio.


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Cuando ella lo hace no logra más que neblina delante de ella. Entonces la neblina se aclara un poco revelando que sus pies están al borde de un abismo muy profundo. Es entonces cuando cae en cuenta que estaba a punto de caer. Ella retrocede, asustada al pensar que estuvo muy cerca de morir. –E… eso estuvo cerca. –asegura ella con el corazón todavía exaltado y sin dejar de mirar el precipicio desde una distancia segura.

Repentinamente su atención se desvía cuando la figura de una anciano aparece a sus espaldas.

Jacs -¿Quién será ese señor? –murmura a su compañera.

Kira –Quizás se trate del anciano que vive en esta montaña. ¡Oiga, anciano¡ -le grita al viejo, que sigue su camino sin siquiera voltear hasta perderse de vista en la niebla.

Mientras Jacs corre detrás de Kira siguiendo sus pasos nota que la cuerda, normalmente tensa por los constantes tirones se vuelve flácida. Momentos después encuentra el otro extremo de la cuerda rota sin explicación aparente.

En cierto momento, la neblina a su alrededor se vuelve tan densa que Kira se ve obligada a detenerse un momento para orientarse. En ese momento mira a todas partes sin poder ver otra cosa que neblina a su alrededor. De repente el anciano reaparece enfrente de ella. Kira da unos pasos hacia atrás al ver que el anciano se dirige directamente a ella, pero antes de que pueda reaccionar, el hombre la atraviesa cual fantasma incorpóreo. Esto la asusta tanto que no evita soltar un grito de espanto el cual se escucha por toda la montaña.

Jacs, que no se encuentra muy lejos escucha el grito y acude al lugar en el que cree haberlo escuchado. No tarda mucho en dar con ella, de rodillas y todavía gritando.

Apenas lo ve, ella lo toma de las ropas y lo sacude mientras señala en la dirección en la que se dirigía la aparición -¡E… ese anciano estaba muerto!

Jacs -¿De qué hablas?, ¿cuál anciano? –pregunta mirando a todas partes sin poder ver nada. De pronto, un pequeño animalito parecido a un roedor de dos colas se detiene frente a ellos por un instante. –No me digas que eso fue lo que te asustó, Kira.

Kira  -¡Por supuesto que no…! –dice avergonzada, entonces mira detenidamente al animalillo y su expresión de terror es reemplazada por una de alegría y sopresa. Espera un momento, ¡es un wombi!

Jacs -¿Wombi? –repite.

Kira –Se cree que estas criaturas estaban extintas. –Le aclara acercándose al animalito con cautela, pero apenas se acerca un poco, éste sale corriendo hacia un camino de losas de piedra el cual no habían visto hasta ahora.

Jacs –Mira eso. A diferencia de los otros caminos, ese parece diferente a los demás.

Kira –Tienes razón. Vamos a ver hacia donde nos lleva…

Ambos siguen el sendero que en poco tiempo los conduce hacia unas largas escaleras de piedra que conducen a la cima. Los dos comienzan su acenso a buen ritmo, pero conforme avanzan y el aire se vuelve más enrarecido comienzan a agotarse. Finalmente, tras un último esfuerzo, logran llegar a la cima. Allí descubren una especie de templo. Cautelosamente, los dos se adentran en el recinto cuyas puertas permanecen extrañamente abiertas. Dentro, encuentran un patio rodeado de varias habitaciones; el lugar parece abandonado. En el otro extremo del complejo, notan un leve resplandor que proviene de una de las habitaciones, dentro encuentran un fuego recientemente encendido que calienta un caldero.

Kira –Cualquiera diría que en este lugar habita una bruja o algo por el estilo –comenta nerviosa tras haber visto el caldero. Mejor será que nos vayamos de aquí.

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Cuando está a punto de salir, se da vuelta para llamar de nuevo a Jacs a quien encuentra probando el brebaje con una cuchara de madera. ¡Esto está delicioso, Kira! –exclama él saboreando el brebaje-. ¡Deberías probarlo!

Kria reacciona sacudiéndolo de nuevo de sus ropas –Pero, ¡qué haces! ¡No sabes ni lo que es! –dice hecha una furia.

Jacs –Tranquila, es solamente caldo de pollo.

Kira –¿Caldo de pollo…? ¿nada más? ¿Qué clase de bruja vive aquí?

??? –Ninguna –contesta una voz detrás suyo.

En la entrada de la habitación aparece una anciana que viene acompañada del animalito que avistaron anteriormente.

Kira –¡Es el fantasma! –señalándola con el dedo, asustada.

??? –Tampoco estoy muerta niña. El anciano que viste era una ilusión que utilizaba para alejar a los visitantes indeseados.

Jacs –¿Entonces quién es usted?

Vidal –Mi nombre es Vidal, y soy la protectora de esta montaña.

Kira -¡Entonces usted debe ser el sabio!, o mejor dicho, la sabia de la montaña.

Vidal –Bueno, supongo que así es como me conocen –responde con una tímida sonrisa al acercarse a ellos.

Jacs –Eso quiere decir que usted tiene los tesoros, ¿no es así?

Vidal –Así es, chiquillo, pero eso no significa que se las voy a entregar así como así. Esos artefactos han estado por mucho tiempo a mi cuidado.

Kira –Usted no entiende. Necesitamos esos tesoros.

Vidal –El hecho de que hayan llegado hasta aquí me dice que sus intenciones no son codiciosas o perversas, sin embargo, tienen que probar que son dignos de portar los tesoros. Con ellos se les concede la oportunidad de encontrar las esencias, mismas que están esparcidas por toda la tierra y obtener su poder. Es por eso que no puedo entregárselos tan fácilmente.

Jacs –Entonces, ¿qué debemos hacer?

Sin contestarle, la anciana se acerca a Jacs y lo inspecciona con la mirada de arriba abajo –cierra los ojos– le dice. La anciana entonces acerca sus manos extendidas hacia él. –Puedo ver que eres un joven noble –le confiesa con los ojos todavía cerrazdos-, desafortunadamente tus pensamientos están llenos de rencor e ira. Lo siento, no puedo entregarles los tesoros.

Kria –Pero, ¿por qué?

Vidal –Puedo ver que la razón por la que buscas las esencias es la venganza. Si quieres encontrar la esencia para vengarte, será inútil.

Jacs –Usted no sabe por lo que he pasado… -repone apartando la vista al recordar el cuerpo sin vida de su abuelo cubierto por una manta.

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Vidal –Claro que lo sé, puedo ver el rencor en tu corazón.

Jacs –¡No! No es así. Mi padre fue asesinado cuando yo era apenas un niño, y mi abuelo corrió la misma suerte hace unos días por un asesino desconocido. Quiero encontrar a quien lo hizo, saber por qué motivo mató a mi familia para así poder seguir con mi vida.

Vidal -¿Y crees que el camino que tomas es el camino correcto?

Jacs –Mi abuela me contó que mi abuelo murió intentando protegernos. Si esa persona asesinó a mi abuelo, tarde o temprano me buscará para matarme a mí también. Probablemente mi madre y mi abuela también corran peligro, así que por favor le pido nos entregue los tesoros. No lo estoy haciendo por mí, sino porque quiero proteger a mis seres queridos.

La anciana entonces nota la espada que Jacs tiene en la espalda –Esa espada que llevas es muy especial. Eso prueba que no eres una persona común y corriente.  Ahora veo todo más claro. No es casualidad que ustedes hayan llegado hasta aquí.

La anciana entonces golpea dos veces su pie contra el piso, lo cual abre una puerta secreta que aparece de la nada. –Síganme por favor- los invita.

Los dos siguen a la anciana por unas angostas escaleras que dan hacia un cuarto muy oscuro en el que se encuentra un cofre. Al abrirlo, la mujer mayor extrae un guante y una pulsera los cuales poseen cada uno una gran joya de forma semi-esférica; la del guante es roja mientras que la de la pulsera es de color azul.

Vidal –Elijan el tesoro que sea de su agrado –ofreciéndoles las piezas.

Jacs es el primero en elegir el guante –Yo quiero este.

Kira hace lo mismo con la pulsera –El azul me va bien.

Me pregunto cómo funcionan… -inquiere al inspeccionar la joya de su tesoro.

Vidal –Estos son artefactos mágicos que se dice fueron creados por una civilización muy antigua, antes de la era de las mil batallas. Durante ese periodo, fueron utilizados por los guerreros de más alto rango. Se cree que solamente sobreviven diez de estos objetos incluyendo estos tres que poseo, aunque los otros siete permanecen perdidos.

Jacs –Pero, ¿cómo van a ayudarnos estos artefactos a encontrar las dichosas esencias?

Vidal –Como mencioné antes, los tesoros no sólo sirve para localizar esencias, sino que también pueden ser muy útiles en la batalla, ya que con estos artefactos ustedes pueden invocar la magia. Si quieren buscar la esencia de una magia en específico, lo que deben hacer es encontrar el símbolo de la magia correspondiente a la esencia y pasarlo frente a la gema –Explica mostrando un medallón y poniéndolo enfrente de la gema roja. Una vez hecho esto, el tesoro no sólo les indicará con una señal hacia dónde se encuentra lo que están buscando, sino que también podrán usarlo para invocar dicha magia. Igual que un medallón.

Kira -¿Significa que también pueden funcionar como un medallón para canalizar la magia?

Vidal –En efecto, niña.

Jacs –Pero, ¿cómo podemos encontrar los símbolos de las magias de las que hablas? ¿Acaso existen otras magias? Creía que sólo existía la magia de fuego.

Vidal –En el mundo existen muchos tipos de magia. Tú posees un medallón con el símbolo del fuego, mientras que tu amiga tiene uno con el símbolo del agua. Pueden empezar por buscar esas dos esencias si pasan sus medallones frente a sus tesoros.

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Tanto Jacs como Kira obedecen a la anciana al poner sus medallones frente a la gran gema de sus tesoros. Esta comienza a brillar y a emitir un halo que recorre los bordes del símbolo de sus medallones dibujando un emblema de fuego y de agua respectivamente en su interior. Cuando el proceso termina, el mismo símbolo queda brillando dentro de la gema por unos segundos hasta desaparecer. De pronto, el tesoro de Jacs tiene otra reacción y la gema proyecta un pequeño rayo de luz que llega hasta una de las paredes del lugar.

Vidal –Me parece que ha comenzado a trabajar –Asegura-. No me extraña que señale en dirección al valle del infierno.

Kira –Va… ¡valle del infierno dijo! Ese lugar es muy peligroso –dice con sorpresa.

Jacs –Ahora lo entiendo… quizás mi abuela sabía que el asesino posee una de las esencias mágicas. El tesoro nos guiará hasta la esencia que está en manos del asesino. ¡En marcha, Kira!

Emocionado, Jacs sale rápidamente del lugar dejando atrás a su compañera.

Kira -¡Espera Jacs! –le grita desde el interior. Antes de irse ella se vuelve a la anciana y le da las gracias, entonces corre detrás de Jacs.

La anciana los observa desde el interior –Ese niño… –hablando para sí misma al observarlos alejarse sin dejar de prestar atención a gema de la espada de Jacs, la cual es idéntica a la del guante de su tesoro-. Me pregunto si algún día será consciente del destino que le espera.



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