01 agosto, 2014

Signos Etéreos: Capítulo 26

Esta semana continuamos con la batalla que comenzó en el capítulo anterior, en la que Jacs y sus amigos hicieron frente al rey oscuro, Fragar. Pero, ¿qué fue de ellos? Si quieres saberlo no te puedes perder el capítulo número 26 de Signos Etéreos. ¡Estás a sólo un click de distancia de averiguarlo!



Nombre: Jacs Rengard
Residencia: Pueblo Sunabi

Jacs es un joven que fue criado por su madre y por sus abuelos en una granja en las afueras del pueblo Sunabi, situado a las orillas del bosque gris, por lo que se le considera uno de los asentamientos humanos más remotos. Aprendió el arte del combate con espada de su abuelo, quien desde pequeño tomó el papel de su padre después de que éste muriera repentinamente. Las razones de su muerte nunca le fueron revelta años después.

A la edad de 17 años su abuelo también muere en extrañas circunstancias por un asesino misterioso, lo que lo hace emprender un viaje para vengar la muerte de su querido abuelo. Es así como empieza su aventura…


Nombre: Kira Lenndraken
Residencia: Ciudad Paragon

Criada en el seno de una familia de hechiceros respetables de clase alta, aprendió desde muy temprana edad a usar la magia gracias a un riguroso entrenamiento para estar a la altura de las expectativas de su padre, quien antes de que ella y sus hermanas nacieran ansió tener un hijo varón que siguiera sus pasos para formar parte del consejo mundial de hechiceros.

Fuera de su carácter impaciente y temperamental, es una disciplinada estudiosa de la magia. A pesar de dominar y conocer muchos tipos de magias se especializa en magia de agua, a la que ha dominado a la perfección. 



Nombre: Valtron Molvus
Residencia: desconocida

Caza recompensas errante de pasado misterioso. Conoció a Jacs y a Kira luego de que Fragar lo contratase para matarlos, aunque durante la búsqueda de las esencias se unió al grupo renunciando así a Fragar, para luchar en su contra.

Es un personaje balanceado que emplea la espada y hechizos en combate a costa de no tener ninguna especialización.















Titulo: La isla del exilio: una nueva oportunidad
Escenario: ???
Tiempo: ???
Personajes: ???

Jacs, Kira y Valtron tuvieron que enfrentarse valerosamente a Fragar, pero a pesar de todos sus esfuerzos fueron vencidos en batalla por el poder de la oscuridad.

El cuerpo inconsciente de Kira yace tenida en el suelo de un bosque. Una voz que la llama le hace recobrar gradualmente la conciencia. Cuando se despierta, cree que la persona frente a ella es Jacs, pero cuando sus ojos se abren por completo se lleva una gran decepción al ver a Bargan, el viejo que conocieron en el calabozo. La sensación de una ligera llovizna en el rostro termina por despertarla.

Kira –Hmm… que… ¿Qué pasó?

Bargan le ofrece la mano ayudándola a levantarse. -¿Está usted bien, señorita?

Cerca de ellos está Valtron, apoyado en una roca. –Parece que sobrevivimos de milagro al ataque de Fragar.

Kira -¿Qué?,  pero… ¿cómo?

Valtron hace un recuento de los hechos:

“Cuando Fragar nos atacó me encanté a mí mismo con magia de viento para poder salir de allí, pero la explosión fue más violenta de lo que esperaba y fuimos lanzados fuera del castillo. Apenas pude usar mi magia contigo antes de ser golpeados por la onda de choque. Tal parece que, aunque los dos perdimos el conocimiento, el hechizo mantuvo su efecto y nos salvó de una muerte segura al caer de una gran altura. Cuando desperté Bargan me ayudó a cargarte hasta este lugar”.

Bargan –Fue una suerte salir de allí antes de que los soldados de Fragar los encontraran.

Kira –¿Dónde estamos?

Valtron –Todavía estamos dentro de la ciudad.

Bargan –Descuiden, este bosque está en la parte más remota del reino. Es poco probable que nos busquen aquí.

Kira entonces revive los momentos de la pelea en la que ve a Jacs ser devorado por la oscuridad -¿Dónde está Jacs?, ¡qué pasó con él! –buscándolo con agitación.

Valtron aparta la mirada –No… no tuve tiempo de hechizarlo a él también. Además, fue el único que recibió el conjuro directamente.

Los ojos de Kira se arrastran mientras aprieta los puños con fuerza –Yo…. Tengo que volver allá…

A ese punto Valtron se interpone en su camino -¿¡Estás loca niña!? ¡No podemos hacer nada!

Bargan –Él tiene razón. ¡Regresar ahora sería una locura, señorita!

Ella baja la vista sintiéndose impotente -…quizás no ahora, pero juro que Fragar pagará por esto.

Entre tanto, en un lugar desconocido, Jacs despierta  en lo que parecen ser las ruinas de una ciudad en el medio de una jungla. Cerca de allí  encuentra su espada, que recoge de inmediato poniéndola de nuevo en su funda que lleva detrás de la espalda.

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Jacs –Pero, ¿qué pasó? ¿Qué hago aquí?, ¿dónde estoy? –se pregunta a sí mismo sin poder recordar nada.

Recorre las ruinas en busca de sus amigos gritando sus nombres, pero pronto cae en cuenta que está completamente solo.

Inesperadamente el viento arrecia y el cielo se ennegrece anunciando una tormenta, por lo que decide aventurarse a explorar las ruinas, que parecen abarcar toda la isla en la que se encuentra. Al final decide refugiarse en una estructura que alguna vez  fue un pequeño recinto. Exhausto y con dolor de cabeza, el cansancio lo vence hasta que por fin se queda dormido.

Durante el transcurso de la noche la tormenta desata toda su furia en el exterior. En el medio del diluvio los pasos de entidades oscuras de ojos rojos y armaduras color dorado son atenuados por el sonido de la lluvia mientras se aproximan a las ruinas.

Jacs despierta en el momento justo en el que uno de los entes está a punto de cortarle la cabeza apartando el cuello fuera de la trayectoria de la espada. Aún débil, se reincorpora tomando su arma, listo para el combate, pero cuando intenta atacarlos su espada los atraviesa como si fuesen una especie de fantasmas, momentos después desaparecen misteriosamente en el aire -Muchacho, puedes bajar tu arma ahora. –le dice una voz cercana.

Cerca de donde él puede ver una figura frágil salir desde el fondo de la habitación. Un anciano de barba larga y cejas pobladas entre canas que le cubren casi por completo el rostro se le acerca sosteniendo en su mano un bastón dorado.

Jacs –Es usted quien envió a esas criaturas atacarme, ¿no es cierto?

El anciano se aclara la garganta antes de proseguir -Lo siento mucho, pero esa no era mi intención. El trabajo de esos héroes caídos  es resguardar esta isla de cualquier extraño que se atreva a profanar esta tierra sagrada.

Jacs -¿Quién es usted?

Genval -Mi nombre es Genval, y fui yo quien te trajo a esta isla en primer lugar.

Jacs -¿Por qué me trajo hasta aquí? ¿Dónde están mis amigos?

 Genval –No te preocupes por ellos; se encuentran con vida y a salvo. A ellos no podía transportarlos hasta aquí.

Jacs –¿Qué sucede? No entiendo nada… Lo último que recuerdo es estar en el castillo luchando contra Fragar, entonces…

Genval –Te salvé de una muerte segura antes de que fueras alcanzado por la magia oscura de Fragar.

Jacs –Pero, ¿por qué?

Genval –Porque eres el único que tiene posibilidades reales de acabar con él. Eres el primero después de tantos años que ha logrado reunir las esencias y obtener así la esencia de la luz.

Jacs se queda sin palabras observando a aquél anciano -¿Quién es usted y por qué sabe tanto de mí?

Genval –He estado observando muchos de los acontecimientos que ocurren fuera de estas tierras desde hace tiempo. Pude observar cómo derrotaste a varios de los hombres de Fragar. Él fue quien me exilió en esta isla.

Jacs -¿Por qué?

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Geval –Porque soy el último descendiente de los antiguos que alguna vez habitaron la ciudad de la luz.

Jacs – ¡Entonces usted conoce los secretos que esconde la magia de la luz!

Genval –En efecto. Mi padre fue el guerrero legendario que libró la última batalla. Él fue quien ocultó las esencias después de la gran pelea que destruyo la ciudad de la luz, hundiéndola en el mar.

Jacs –Un momento. Si es usted descendiente de los guerreros de la luz,  ¿por qué no detuvo a Fragar?

Genval –Soy muy viejo para enfrentarlo. Fragar lo sabía, así que intentó matarme sin saber que en esta isla la magia oscura se debilita. Entonces, al ser incapaz de acabar con migo, me exilió en esta isla para que no pudiera intervenir en sus planes. Es por eso que requiero tu ayuda para poder vencerlo.

Jacs -¿Cómo?

Genval –Los próximos días te enseñaré los secretos de la magia de la luz y cómo utilizarla. Pero debemos apresurarnos, pues Fragar sabe que estás aquí, y no tardará en hacer algo al respecto. Ven, vamos a mi casa. Debes estar exhausto. Mañana comenzaremos tu entrenamiento…

La mañana siguiente despunta el alba. Los restos de la tormenta se han desvanecido con algunos nubarrones grises en el horizonte. El anciano sale al exterior seguido de Jacs camino a las ruinas, cuyas láminas en el piso hacen el sitio ideal para entrenar.

Genval –Antes que nada, necesito ver cómo utilizas la magia de  la luz.

Jacs –Pero no puedo controlarla. –admite avergonzado.

Genval –No pienses, muchacho, sólo hazlo.

Una vez más, Jacs prueba su suerte. Poco a poco una pequeña chispa dorada de luz se forma en torno a sus manos. Todo parece marchar bien hasta que la energía se vuelve violenta. Jacs pierde la concentración provocando que la luz sea liberada bruscamente derribándolo en el proceso. Los rayos de luz salen disparados por todas partes causando daños en la isla.

Genval observa toda la escena impasible –Como lo pensé… Tratas de forzar a la magia a hacer tu voluntad. La magia de la luz es muy diferente a otras magias, pues esta sigue distintos patrones que requieren cierto entrenamiento mental. Primero que nada, tienes que limpiar tu mente de cualquier distracción. Siente cómo la luz fluye por todo tu cuerpo mientras formas parte de ella.

Jacs se levanta determinado a dominar la magia –Está bien, lo intentaré de nuevo.

Genval –Debes mantener el resplandor constante en tus manos hasta que su destello opaque la brillantez del sol. Cuando puedas hacer eso, habrás dominado la magia de la luz en su forma más básica.

Jacs lo intenta de nuevo con los mismos resultados y es arrojado a un lado bruscamente por la liberación de energía. Determinado a no rendirse Jacs se levanta una vez más y lo intenta otra vez. Pasa todo el día intentando sin descanso dominar la magia de la luz. En otro lugar, muy lejos de allí, el sol se oculta entre las montañas. En lo profundo del bosque Kira, Valtron y Bargan descansan alrededor de una fogata esperando pasar la noche a la intemperie. A diferencia de ellos, que comen con avidez pescado recién asado al fuego, Kira tiene la mirada fija en las flamas de la fogata.

Después de permanecer callada por un rato se aventura a decir: -…he estado pensando. Si la magia elemental no sirve contra Fragar, quizás la magia psíquica y espiritual funcione.

Valtron -¡Ya deja de pensar en tonterías! –Dice con voz tajante- ¿En verdad piensas regresar allá y enfrentar a Fragar cuando ni siquiera Jacs pudo hacerlo. ¡Estuvimos a muy poco de morir y lo sabes!

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Kira queda en silencio con la vista baja.

Valtron –A estas alturas sería una locura regresar. No sé tú, pero no pienso arriesgar mi vida de manera tan absurda

Kira -…la última vez Jacs arriesgó su vida por nosotros. ¡Si no fuera por él, no estaríamos aquí!

Valtron – ¿Y acaso se te ha olvidado quién nos arrastró a todo esto en primer lugar?

Al ver que una lagrima rueda por la mejilla de Kira rectifica sus palabras: -Comprendo que estés triste, pero el regresar allá a morir no solucionará nada. El perder nuestra vida no le devolverá la suya a Jacs.

Kira -¡Y qué piensas hacer, Valtron! ¡¿Simplemente dar la vuelta y huir?! ¡Tú mismo dijiste que Fragar no dejará de buscarnos mientras estemos vivos!

Valtron –Sabes muy bien que no podremos ganarle. Nuestra única esperanza era la magia de la luz, pero ésta se perdió junto con Jacs. Recuerda que era él el que la llevaba dentro de su tesoro.

El rostro de Kira se ilumina de repente – ¡Eso es! Si encontramos el tesoro de Jacs, tal vez podamos obtener sus esencias, incluyendo la magia de la luz. Entonces podremos encontrar una forma de usarla en contra de Fragar. –Después ella se levanta y enfila hacia el bosque

Valron –Espera, ¿a dónde vas? –dándole alcance.

Ella se detiene momentáneamente sin dejar de darle la espalda -…no tienes que venir si no lo deseas.

Valtron entonces la toma del brazo y la hace recapacitar –Al menos espera unos días hasta que las cosas se calmen. Para entonces, Fragar supondrá que estamos lejos y podremos volver con mayor seguridad.

Bargan  -Él tiene razón. Si quieren yo puedo ofrecerles un mapa con la ruta para regresar allá.

Kira –Supongo que tienen razón… 

Bargan – Bueno, aquí es donde separamos caminos, chicos. Yo por mi parte tengo que irme. Les deseo suerte. –se despide entregándoles un papel en las manos.

Una vez a solas, de vuelta en el campamento, Kira rememora el pasado: –¿Sabes?, es extraño, pero ahora mismo me vino a la mente la ocasión en que él y yo nos conocimos…

Valtron -¿Acaso él y tú eran del mismo lugar? ¿Cómo es que se conocieron?

Kira –Es una larga historia… -su rostro melancólico cambia por una expresión más alegre mientras relata para Valtron con emoción  el día en el que conoció a Jacs. Cuando el fuego de la fogata se ha extinto y Valtron se ha quedado dormido, Kira cierra sus ojos y sueña con el pasado.


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