18 abril, 2014

Signos Etéreos: Capítulo 11


Hoy es ese día de la semana, y no me refiero a cuando las almas de los malditos resucitan, ni al día en el que las chicas están de mal humor todo el día por cuestiones hormonales, no;  me refiero a que hoy es viernes de Signos Etéreos.

A diferencia de otros capítulos, decidí en esta ocasión usar a Valtron como principal personaje, quien queda atrapado en medio de un dilema moral. ¿Quieres saber de qué se trata? ¡Averígualo en el capítulo número 11 de esta semana! Espero lo disfruten tanto como yo lo hice escribiéndolo.




Nombre: Jacs Rengard
Residencia: Pueblo Sunabi

Jacs es un joven que fue criado por su madre y por sus abuelos en una granja en las afueras del pueblo Sunabi, situado a las orillas del bosque gris, por lo que se le considera uno de los asentamientos humanos más remotos. Aprendió el arte del combate con espada de su abuelo, quien desde pequeño tomó el papel de su padre después de que éste muriera repentinamente. Las razones de su muerte nunca le fueron revelta años después.

A la edad de 17 años su abuelo también muere en extrañas circunstancias por un asesino misterioso, lo que lo hace emprender un viaje para vengar la muerte de su querido abuelo. Es así como empieza su aventura…


Nombre: Kira Lenndraken
Residencia: Ciudad Paragon

Criada en el seno de una familia de hechiceros respetables de clase alta, aprendió desde muy temprana edad a usar la magia gracias a un riguroso entrenamiento para estar a la altura de las expectativas de su padre, quien antes de que ella y sus hermanas nacieran ansió tener un hijo varón que siguiera sus pasos para formar parte del consejo mundial de hechiceros.

Fuera de su carácter impaciente y temperamental, es una disciplinada estudiosa de la magia. A pesar de dominar y conocer muchos tipos de magias se especializa en magia de agua, a la que ha dominado a la perfección. 



Nombre: Valtron Molvus
Residencia: desconocida

Caza recompensas errante de pasado misterioso. Conoció a Jacs y a Kira luego de que Fragar lo contratase para matarlos, aunque durante la búsqueda de las esencias se unió al grupo renunciando así a Fragar, para luchar en su contra.

Es un personaje balanceado que emplea la espada y hechizos en combate a costa de no tener ninguna especialización.







Descripción de hechizos:


Magia de flora: 


Capullo de energía: es la versión mejorada del haz verde; puede acumular mucha más energía y liberarla en una explosión violenta, aunque tiene la desventaja de requerir mucho más tiempo de preparación.



Danza de pétalos: el hechicero crea una ventisca de pétalos de energía sumamente afilados con la cual ataca a su enemigo. Si el enemigo es alcanzado por uno de estos pétalos, se envenenará..







Magia de hielo:



Escarcha: puede cubrir rápidamente a un objeto o a un enemigo con una capa de hielo. Los diminutos fragmentos de hielo también pueden causar un poco de daño.


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Titulo: Vándalos en el pueblo Xelliar: amistad a prueba
Escenario: En el pueblo Xelliar
Tiempo: Días después de salir del desierto
Personajes: Jacs, Kira y Valtron

 

Las llanuras y planicies del desierto desaparecen abriendo paso a frondosas planicies verdes. Ahora, con la compañía Valtron como nuevo integrante, el grupo se dirige al pueblo Xelliar, pero llegar a su destino no será tarea fácil, pues a cada paso son sorprendidos por bandas de ladrones y asesinos que son capaces de todo por un par de monedas y que ha convertido su ruta elegida en una pesadilla.


Rodeados de maleantes, Jacs y Valtron se ponen al frente de la batalla con sus espadas como principal arma. Aunque son acorralados y superados ampliamente en número, los dos logran fácilmente deshacerse de la primera ola de asaltantes gracias a sus habilidades y poderes.

Mientras Jacs se encarga de cuatro vándalos quitándoselos de encima, Valtron encanta su espada con magia de viento que usa para mandar por los aires a otros siete más. Entre tanto, Kira adquiere una posición pasiva limitándose a observar luchar a sus compañeros a prudente distancia de la batalla cuando tres sujetos intentan atacarla por detrás. Sin siquiera molestarse en desviar la mirada, logra ponerlos fuera de combate enviando una marejada a sus espaldas.

Finalmente y después de horas de intensa lucha los tres logran acabar con todos. Jacs se mantiene de pie, todavía jadeando, apoyándose sobre su espada mientras mira el atardecer -¿Por qué todos estos tipos comenzaron a atacarnos de repente?

 Valtron, quien aún se encarga de los últimos enemigos le responde -Parece ser que Fragar ya se ha enterado de nuestras acciones y ha puesto un precio por nosotros.

 Kira –De todas formas, tenemos que llegar al siguiente pueblo –agrega deshaciéndose unos cuantos ladrones al crear un gran tifón que arrastra a los ladrones y asesinos hasta las nubes-. ¡Estoy exhausta! –exclama mientras los tres se dirigen a la entrada de un pueblo dejando tras de sí una lluvia de hombres inconscientes que caen desde el cielo por el último ataque de Kira.

Una vez llegan al poblado, eligen una posada para pasar la noche. Dentro, Kira sube a su habitación dejando a sus compañeros cenar en la taberna del primer piso para darse una ducha mientras ellos terminan de cenar.

Jacs –Deberíamos ir por la esencia de este medallón que le quité a uno de los tipos que nos atacaron –comenta al tiempo que se lo muestra.

Valtron lo toma y examina con detenimiento el símbolo que lleva el medallón incrustado con piedras - Hmm, parece el símbolo de la magia de hielo. He oído que esa esencia se encuentra en las montañas Pao Pao muy cerca de aquí, pero habrá que usar nuestros tesoros para localizar el punto exacto en que se encuentra.

Jacs –¡Estupendo! Si no está muy lejos, podremos llegar en unos cuantos días.

Valtron observa a su alrededor el rostro de los parroquianos tras escuchar murmullos a su alrededor -…aunque de seguro el camino estará plagado de asesinos y ladrones.

La noche avanza y las luces se apagan en la posada. Ya entrada la noche, mientras todos duermen, un hombrecito de apariencia extraña y de tono verdiazul se escabulle hasta la ventana que da a los cuartos donde ellos duermen.

Deslizándose entre las sombras, el hombrecillo ríe quedamente diciendo para sus adentros: “Le dije al jefe que los encontraría, ahora sólo debo quitarles sus armas”.

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El enano entonces planta una semilla en la tierra debajo de una de las ventanas y, con ayuda de su magia, hace crecer un tallo que rompe el piso del interior irrumpiendo en el cuarto. Con sigilo, la planta toma las espadas, medallones y tesoros de Jacs, Kira y Valtron con sus tallos. En ese momento Valtron, que se había despertado  momentos antes observa toda la escena fingiendo estar dormido. Después de abrir la ventana por dentro, la planta suelta las pertenencias y las deja caer afuera golpeando al hombrecillo en la cabeza al caer. Temiendo que el ruido los haya despertado, recoge velozmente todos los objetos  del suelo y echa a correr con ellos. Valtron entonces salta por la ventana, sorprendiéndolo: -¡Hey, tú!, ¿quién diablos eres  y qué pretendes robándote nuestras pertenencias?

Asustado, el hombrecillo emprende la huída con Valtron tras de él.

Horas más tarde, el alba anuncia un nuevo día. Kira es la primera en despertarse luego de dormir placenteramente toda la noche. Se levanta y pasa todavía adormilada junto a la cama vacía de Valtron y también al lado de la mesa en la que habían dejado sus cosas.  Después de unos segundos parece reaccionar y regresa para comprobar que tanto su compañero como sus armas han desaparecido. Armando un alboroto Kira busca primero por todas partes de la habitación y luego intenta despertar a Jacs, que por encontrarse en la parte superior de una litera cae al suelo por el repentino barullo causado por su amiga. –Que,  ¡Qué sucede! –inquiere, todavía medio dormido tras levantarse del piso.

Kira entonces lo toma bruscamente de sus ropas, sacudiéndolo violentamente –¡Sucede que tu amiguito nos ha robado las esencias! –después, lo lleva a rastras afuera de la posada hasta el camino por el que vinieron el día anterior.

Jacs -¡Qué!, ¿De quién hablas? –inquiere todavía adormilado.

Kira -¡Acaso no lo adivinas! ¡Ese Valtron es un mentiroso! Se llevó nuestras esencias, nuestros tesoros y tu espada. ¡¡Sabía que no debíamos confiar en él!! –dice entre dientes.

Jacs -¡Pero eso es imposible!

Kira -¿Cómo que imposible? –repone-, Es obvio que él nos robó durante la noche. ¿No recuerdas lo que nos dijo? (imitando la voz de Valtron): “Me conviene más estar con ustedes y obtener esencias que sólo cobrar por dinero”. Ahora estamos indefensos. Si a algún bandido se le ocurre atacarnos no tendremos manera de defendernos.

Apenas termina de decirlo, de todas partes comienzan a salir hombres de aspecto rudo. En cuestión quedan rodeados de rufianes.  –Vaya, vaya –dice uno de ellos mientras da pequeños golpes en su palma con un gran mazo de forma amenazante -. Hemos escuchado su pequeña charla, y me parece a mí que es el momento perfecto para ajustar cuentas con ustedes.

–Es una pena que no tengan sus armas… para ustedes. –continúa un hechicero, sonriendo con voz malévola.

En vez de asustarse, el rostro de Kira se pone de color rojizo de furia mientras exclama a todo pulmón:  -¡Ese maldito! ¡¡Me las vas a pagar muy caro, Valtron!!

Entre tanto, Valtron continúa su persecución siguiéndole la pista  al extraño ser que les robó sus pertenencias la noche anterior. Corriendo hábilmente entre los árboles para despistar a Valtron, el enano se esconde en unos matorrales cerca de un bosque seguro de haber confundido a su perseguidor. Una vez sintiéndose seguro, continúa su camino siguiendo un sendero bordeado por matorrales de rosas hasta llegar a un claro en el que se encuentra a un hombre cuya vestimenta se encuentra adornada por rosas de todos colores mientras se admira en un espejo sin prestarle mucha atención a su llegada.

Hombrecillo –Aquí está lo que me pidió, señor Rosenil –Entregándole los objetos que robó.

Sin siquiera voltear a verlo, el hombre le contesta: –Excelente trabajo. Ahora, debemos prepararnos para regresar y atacarlos ahora que están indefensos como una mosca atrapada en una telaraña-. Acto seguido, se toca las caderas y gira hacia un baúl hecho de espigas silvestres a su lado-. Me pregunto qué tipo de atuendo deberé ponerme para la batalla del día de hoy

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Incómodo, el hombrecillo lo interrumpe de nuevo –Disculpe, señor Rosenil.

Rosenil -Si, ¿Qué pasa? –volviéndose a su vasallo, finalmente prestándole un poco de atención.

Hombrecillo -Uno de ellos me siguió y… creo que perdí mi medallón mientras escapaba.

Rosenil hace una muesca de disgusto, pero se contiene y pronto recupera la calma –Comprendo –contesta con voz serena-. Pero te advierto que tendrás que regresar a recuperarlo, porque si no lo recuperas, te convertirás en alimento de mis preciosas plantas –señalando hacia un rincón en donde unas voraces plantas carnívoras estiran sus bocas en dirección al asustado hombrecillo.

El hombrecillo pasa saliva  –Pe… pero, ¿cómo voy a recuperarlo? La magia de mi medallón era mi única defensa.


Rosenil entonces se acerca al hombrecillo e inclina su rostro hasta estar frente a frente para mirarlo directamente a los ojos con una sonrisa. Creyendo estar en problemas, el hombrecillo se encoje, esperando un golpe, pero en vez de ello recibe instrucciones –Simplemente toma otro de los muchos medallones que tengo en ese baúl, junta a tus tropas, y regresa a recuperarlo. Si tienes problemas para manejar a esos pobres e indefensos niños, entonces acudiré yo. Confío la tarea que me ha dado directamente el señor Fragar a ustedes, así que no me decepcionen, chiquitines. –finaliza con voz melosa al tiempo que pellizca mejilla.


Al mismo tiempo, escondido entre la maleza, Valtron escucha la conversación atentamente –“Así que ese idiota de las rosas es su jefe…” -. Dice para sus adentros, luego echa una mirada al medallón que recuperó de aquél hombrecillo y, recordando cómo con él fue capaz de crear un hechizo, intenta manipular una rama cercana para recuperar sus pertenencias mientras están distraídos. Luego de dos intentos, la rama comienza a obedecerle. Finalmente logra asir con la rama un los tesoros y la espada de Jacs cuando Rosenil se da cuenta y lo ataca  con lianas que atraviesan el arbusto obligándolo a salir de un salto de su escondite. Aunque no logra recuperar la espada de Jacs, recupera la suya atrapándola en el aire junto con su medallón de viento.

Rosenil lo mira con actitud arrogante – Así que tú eres el que ha estado siguiendo a mi pequeño sirviente. Como sabrás, ahora que has descubierto nuestras intenciones, tendré que matarte.

Con un chasquido de sus dedos de Rosenil, una veintena de hombrecillos idénticos al primero acuden a su llamado, listos para atacar a Valtron.

Valtron no parece intimidado por el número de adversarios mientras mira a su alrededor –Vaya que eres extraño. ¿Y se puede saber quién eres y por qué estás tan interesado en nosotros?

 

Rosenil –Mi nombre es Rosenil, y soy un guerrero de alto rango en las fuerzas de Fragar. He recibido órdenes directamente de él de impedirles avanzar más allá de este punto así tenga que matarlos. Aunque es extraño, que sólo mencionó al chico de cabellera azul y a su amiga. Nunca mencionó que un mercenario como tú viajaría con ellos –agrega mirándolo de pies a cabeza.


Valtron –Con que eres uno de los pobres diablos bajo las órdenes de Fragar, ¿eh? –inquiere cruzando los brazos con arrogancia.

En ese momento, Rosenil lo reconoce –Vaya, vaya, pero si ya te recuerdo. Eres Valtron, el famoso mercenario a sueldo, ¿no es así? Es obvio que una tarea como encargarte de un par de niños fue demasiado para ti. Ahora entréganos esas armas, o de verdad te veras en problemas.

Valton –En primer lugar, yo ya no recibo órdenes de Fragar; y en segundo lugar, parte de las cosas que tu enano verde se robó me pertenecen, así que ahora también es asunto mío.

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Rosenil niega con la cabeza en desaprobación –Es una pena… siendo un hombre tan apuesto, tendrás que morir de una forma tan espantosa.

Sin darse cuenta, hombrecillos detrás de él y de debajo de la tierra toman a Valtron por sorpresa inmovilizándole las extremidades. “¡De dónde salieron todos estas criaturas! ¡Son demasiados!”

Etnocnes Rosenil muestra una sonrisa perversa, señalándolo con el dedo–Ahora comprobarás, mi estimado amigo, ¡que ésta rosa tiene espinas!

Rosenil procede a utilizar sus poderes para hacer mover un árbol cercano cuyas ramas, a manera de látigos intentan golpear a Valtron, pero éste logra soltarse de sus captores apartándose a tiempo.

Entonces Valtron contraataca a Rosenil con una ráfaga de viento cortante que logra herir ligeramente la mejilla de Rosenil a pesar de haberse cubierto con los brazos. Rosenil recorre la herida de su rostro con sus dedos y al ver que brota sangre de la herida comienza a llorar histéricamente–Mi rostro, ¡has marcado mi rostro!

Lleno de furia, Rosenil envía con una orden a sus sirvientes a atacarlo. Valtron intenta mantener a raya a los hombrecillos con ataques de viento, pero en cierto momento Valtron tropieza, lo que aprovechan sus atacantes para volver a inmovilizarlo con lianas. Incapaz de moverse o escapar esta vez, Valtron suelta su espada, completamente inmóvil a merced de sus atacantes.

Rosenil en ese momento se le acerca, triunfante: – Has peleado bien, mercenario, pero ahora probarás el sabor de la muerte en rosa.

A pesar de encontrarse en una situación difícil, Valtron comienza a reír tras las palabras de Rosenil –Vaya nombre que tienes para inspirar el terror…

Rosenil -¡Silencio!  -exclama enfurecido lanzando una ráfaga de esporas hacia él.


Sin que Rosenil se diera cuenta, Valtron logra alcanzar su medallón de viento con su mano izquierda mientras conversaba que utiliza para invocar un viento cortante que lo libera de sus ataduras antes de que las esporas lo alcancen.

Valtron –No me subestimes, florecita. Recuerda que yo soy un mercenario.

Habiendo recuperado su medallón, Valtron invoca un poderoso ventarrón tan fuerte que, tanto los sirvientes como el mismo Rosenil se ven obligados a sujetarse de los árboles circundantes para no ser succionados por las ráfagas ascendentes. Aprovechando el caos, Valtron toma el resto de los objetos robados.

Mientras  tanto, Jacs y Kira se ven en problemas al ser asediados por enemigos sin posibilidad de poder defenderse, viéndose obligados a huir continuamente de sus atacantes.

Kira –Esto no tiene fin… -se queja ya exhausta de correr.

Jacs –Tenemos que encontrar a Valtron, o esos tipos nos harán pedazos por lo que les hicimos ayer.

De pronto, a lo lejos y corriendo en dirección opuesta a ellos aparece Valtron.

Valtron –Hey, chicos. ¡Atrápenlos! –grita lanzándoles sus tesoros junto con la espada de Jacs, que atrapan sin problemas.

En vez de alegrarse, Kira se le lanza encima y por poco lo golpea de no ser por Jacs, quien la toma de los brazos –¡Maldito Valtron! ¡Me las vas a pagar! ¡Ladrón de pacotilla! ¡¡Déjame golpearlo…!! –grita furiosa, fuera de sí.

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Valtron –Dejemos las discusiones e insultos para después, ahora tenemos asuntos más importantes qué atender.

Para ese instante los hombres que los perseguían les dan alcance. Al mismo tiempo, al otro lado del camino también aparece Rosenil junto con su ejército de hombrecillos verdes.

Jacs -¿Qué son esas cosas? –pregunta refiriéndose a los enanos de Rosenil.

Valtron –Es una larga historia… –responde poniéndose en guardia, preparándose para luchar.

Al ver aparecer a Rosenil los hombres maleantes que perseguían a Jacs y a Kira se detienen en seco.

 -¡Miren!, ¡es Rosenil! Huyamos de aquí. –grita un ladrón antes de que todos huyan en estampida hasta dispersarse y desaparecer en el bosque.

Jacs y Kira quedan confundidos ante la repentina reacción de sus perseguidores –Pero, ¿qué pasa aquí? -inquiere Jacs en voz alta.

Kira -¿Ese Rosenil es amigo tuyo, Valtron? –pregunta sin dejar de mirar al hombre de vestimenta rara.

Valtron –Él y sus hombres fueron los que robaron nuestras pertenencias anoche.

Utilizando un poderoso hechizo, Rosenil los ataca. El poder es tan grande que la fuerza de arrastre del ataque manda a volar algunos de sus sirvientes que se encontraban al frente de él. -¡CAPULLO DE ENERGÍA!

Jacs, Kira y Valtron se defienden creando una barrera combinada de viento, agua y fuego que logra protegerlos del hechizo.

Jacs –Quien quiera que sea, es muy fuerte –afirma tras recuperarse del ataque.

En ese momento, a Kira se le ocurre una idea –Jacs, necesito ese medallón de hielo que conseguiste. Entre tanto, tú y Valtron intenten distraerlo de forma directa con ataques cuerpo a cuerpo.

Jacs y Valtron están de acuerdo y se lanzan al ataque con sus espadas. En un intento por defender a su líder, los enanos los atacan con lianas y raíces que les impiden avanzar cuando desde el fondo Kira libera una terrible ventisca que congela a todos los enanos por completo permitiendo a Jacs y a Valtron llegar con Rosenil.

Tras ver cómo sus secuaces han sido derrotados Rosenil, contraataca con una lluvia de pétalos de energía -¡DANZA DE PÉTALOS!

El ataque de los afilados pétalos hace que Jacs y Valtron detengan su ofensiva para protegerse de los peligrosos pétalos. Rosenil repite su ataque y sin darse cuenta, Kira logra escabullirse detrás de él al tiempo que lanza un hechizo atrapando su cuerpo en hielo dejando libre únicamente su cabeza. -¡ESCARCHA!


Con Rosenil inmóvil y sus súbditos congelados, Kira obtiene de él la esencia de la flora que llevaba rompiendo parte del hielo de su pecho con un cincel.

Kira -…así que fue este tipo y no Valtron el que se robó todas nuestras cosas. Lamento haberte culpado, Valtron –se disculpa, avergonzada-, no debí pensar de manera tan deliberada que habías sido tú.

Valtron –En realidad, ahora que lo pienso, podría haber aprovechado la ocasión para tomar sus tesoros y huir con las esencias –dice con aire pensativo mientras se frota la barbilla.

Kria –Pero, ¡qué cínico eres! –reclama irritada.
 
Valtron –Tranquila, es una broma. Pero debo advertirles que de ahora en adelante, las cosas serán más difíciles.

Jacs -¿A qué te refieres, Valtron?

Valtron –Fragar seguramente nos está vigilando, así que será cuestión de tiempo para que envíe a sus mejores guerreros. Esto es sólo el comienzo.

Jacs -Estoy seguro que, si nos mantenemos unidos y logramos reunir las esencias, podremos salir adelante.

Así, los tres continúan su camino hacia el próximo objetivo: las montañas Pao Pao.





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