15 abril, 2016

Signos Etéreos, Segundo Tomo: Capítulo 16


Esta semana en Signos Etéreos: la lucha por escapar de la zona oscura continúa. ¡Acompaña a Jacs y sus amigos en esta aventura y descubre si lograrán salir vivos en éste, el capítulo número 16 del segundo tomo de la saga!



Nombre: Jacs Rengard
Residencia: Pueblo Sunabi

Jacs es un joven que fue criado por su madre y por sus abuelos en una granja en las afueras del pueblo Sunabi, situado a las orillas del bosque gris, por lo que se le considera uno de los asentamientos humanos más remotos. Aprendió el arte del combate con espada de su abuelo, quien desde pequeño tomó el papel de su padre después de que éste muriera repentinamente. Las razones de su muerte nunca le fueron revelta años después.

A la edad de 17 años su abuelo también muere en extrañas circunstancias por un asesino misterioso, lo que lo hace emprender un viaje para vengar la muerte de su querido abuelo. Es así como empieza su aventura…


Nombre: Kira Lenndraken
Residencia: Ciudad Paragon

Criada en el seno de una familia de hechiceros respetables de clase alta, aprendió desde muy temprana edad a usar la magia gracias a un riguroso entrenamiento para estar a la altura de las expectativas de su padre, quien antes de que ella y sus hermanas nacieran ansió tener un hijo varón que siguiera sus pasos para formar parte del consejo mundial de hechiceros.

Fuera de su carácter impaciente y temperamental, es una disciplinada estudiosa de la magia. A pesar de dominar y conocer muchos tipos de magias se especializa en magia de agua, a la que ha dominado a la perfección. 



Nombre: Valtron Molvus
Residencia: desconocida

Caza recompensas errante de pasado misterioso. Conoció a Jacs y a Kira luego de que Fragar lo contratase para matarlos, aunque durante la búsqueda de las esencias se unió al grupo renunciando así a Fragar, para luchar en su contra.

Es un personaje balanceado que emplea la espada y hechizos en combate a costa de no tener ninguna especialización.




Residencia: Planeta artificial M-17
Nombre: Milon Erconoz

Es el príncipe al mando de las fuerzas del planeta M-17. Después de llegar a la tierra, Milon ayuda a Jacs ya sus amigos durante una invasión de sus hombres. Él les advierte del peligro que corren al portar las esencias y les pide ayuda para detener a Quázar y sus aliados.

Es un líder nato, de carácter centrado que sabe mantener la sangre fría en situaciones difíciles, aunque sus habilidades en combate no sean sobresalientes.









Capítulo 16
Titulo: El verdadero poder de Jacs: La resurrección del ángel 

Sin saber cómo, Jacs y el resto se separaron al entrar en la zona oscura a la que fueron enviados por Quázar.
Una vez allí fueron atacados por personajes y familiares sin razón aparente, lo que los pone en un predicamento al tener que elegir entre sus seres queridos o sucumbir ante sus temores más profundos.

Mientras la pelea entre Jacs y su abuelo continúa y con cada ataque de parte de éste sus acometidas se vuelven cada vez más fuertes y violentas hasta llegar a un punto en el que Jacs no es capaz de defenderse de sus ataques.

Con cientos de cortaduras frescas en todo el cuerpo, Jacs se levanta del suelo con gran esfuerzo. –Abuelo, ¡¿Por qué haces esto?! ¿Acaso no cumplí mi promesa de vengar tu muerte?

Lanz hace un alto a su ataque para mirarlo con ojos fieros –Parece que no comprendes, Jacs. ¿De qué sirve haber vengado mi muerte cuando pudiste prevenirla?

Jacs -¡¿Cómo?! –inquiere, sorprendido

Lanz –Como tú bien sabes, Jacs, alguna vez fui el mejor guerrero al servicio de Fragar. El traicionarlo me llevó a huir para mantener a salvo a tu padre y a tu abuela en aquél entonces, pero conforme mi juventud se desvanecía también lo hizo mi fuerza. Si te hubiese entregado ante, él probablemente Fragar me hubiese perdonado la vida en vez de asesinarme brutalmente…

Jacs –No... no lo entiendo –dice al borde de la locura.

Lanz – ¿Cómo puedes no entenderlo? Cuando me hice anciano, dejé de representar para él y su imperio una amenaza real. Lo que él realmente quería evitar era que yo entregara a mis herederos los conocimientos del arte de la espada, así como ese medallón de fuego y la espada que portas en ese instante. En otras palabras: ¡Si te hubieses entregado a ti y a esa espada, aún estaría vivo!

Acto seguido Lanz vuelve a la carga. Jacs trata de bloquear su espada, pero la fuerza de su abuelo es tal que el golpe le arrebata su arma de las manos, dejándolo a su merced y totalmente indefenso. –¡Ahora, debes pagar con la misma sangre con la que yo lo hice! –sentencia su abuelo al ponerle el filo de su espada al frente.

Jacs intenta golpearlo, pero su abuelo se hace a un lado golpeándolo en la nuca, lo que lo hace a Jacs perder la conciencia…

-o-

Aún atrapada entre las olas solidificadas, Kira no puede asimilar las palabras de su padre. Sus fuerzas la abandonan en un mar de lagrimas que ella ha creado. –¿Por qué?, ¿¡por qué padre!? Sé que tú no eres así... sé que pasara lo que pasara, nunca intentarías lastimarme… ¡por qué ahora lo haces!

Maldez –En eso te equivocas, hija mía. Eres la última de mi linaje y con ello me negaste el deseo de tener un varón que fuera digno de llevar mi nombre. Alguien a quien poder encargarle nuestra dinastía. Tú eres mujer, y las reglas de la orden de hechiceros impiden que te unas a ellos sin importar lo buena que seas con la magia.

Por un momento Kira para de llorar  –Lo sé... pero también sé que soy muy fuerte padre. Desde pequeña me entreno todos los días para mejorar en mis habilidades mágicas. ¡Tú mismo fuiste quien me dejó acompañar a Jacs para volverme más fuerte a pesar de que temías por mi seguridad! Aún así, dejaste a un lado tus temores para que yo cumpliera mi sueño… ¡Ahora soy una hechicera más fuerte de lo que puedes imaginar!

Maldez –Pues entonces demuéstralo. ¡Muéstrame tu poder, Kira!

En ese momento, el agua solidificada comienza a trepar por sus extremidades, inmovilizando progresivamente todo su cuerpo hasta dejar sólo su cabeza fuera.

Kira -¡Padre! –grita una última vez antes de que todo a su alrededor quede en tinieblas.

-o-

Valtron se defiende como puede de los que antes consideraba amigos, pero su evidente desventaja enfrentando a los tres al mismo tiempo le provoca problemas para defenderse de todos sus ataques.

Las espadas de Jacs y de él chocan con tanta fuerza que saltan chispas de entre ellas. Al mismo tiempo y sin que se dé cuenta unas lianas detrás de él aparecen sujetándolo con fuerza. Ahora indefenso e inmóvil, deja caer su espada mientras Jacs, Kira y Milon reúnen alrededor de él.

Jacs –Nunca fuiste nuestro compañero. Siempre buscaste una oportunidad de traicionarnos, ¿verdad?

Valtron  -¡Claro que no Jacs!, sabes muy bien que siempre arriesgué el cuello junto con ustedes. –Para ese momento, las lianas se enredan alrededor de su cuello.- Sospecho que… ustedes  no son… quienes dicen ser –dice con dificultad al comenzar a ser estrangulado.

Kira, quien es la que controla las lianas da un paso al frente –Claro que somos nosotros, Val. Simplemente sabemos que una persona de tu tipo es incapaz de mantener una amistad verdadera sin obtener algo a cambio.

Milon –Kira tiene razón. Si crees que no somos nosotros, ¿por qué no nos haces una pregunta? Algo que sólo nosotros sabemos de ti.

Las lianas dejan de estrangularlo para darle la oportunidad de hablar: -Perfecto, entonces díganme, ¿qué hay detrás de ustedes? –dice sonriendo, pero antes de que algo suceda, Jacs alza la mano hacia atrás sin siquiera mirar atrapa una de las hachas encantadas que Valtron había lanzado momentos antes. Milon esquiva la segunda desviando la cabeza y atrapándola con la mano.

Kira – ¿Lo ves? Ese tipo de trucos no te funcionan con nosotros Valtron , te conocemos perfectamente. Espero que eso haya disipado todas tus dudas.

Valtron  -¡Imposible! –exclama con incredulidad al ver que su truco no dio resultado.

Jacs –Bueno, si ya no te quedan dudas, es hora de hacernos justicia. ¡Ahora muere! –lo amenaza creando un hechizo de fuego entre sus manos que está listo para lanzarle.

Los tres utilizan su magia para crear conjuros con los que pretenden acabarlo. Indefenso y sin poder escapar, Valtron recibe los ataques, desapareciendo en el resplandor de luz causado por los hechizos.

-o-

Milon intenta huir de la turba iracunda que lo persigue, pero a todo lugar que va encuentra más soldados que lo acorralan hasta dejarle sin posibilidad de moverse.

Milon -¡Esperen! Yo sé que durante muchos siglos nuestra especie ha estado bajo constantes guerras, ¡pero cuando ocupé el liderato intenté llevar nuestra causa hacia la paz y la prosperidad! –alega en un intento por defender su honor.

Soldado –Mira en lo que nos has convertido.

 –¡Nos abandonaste y dejaste a merced de Galgorg para obedecerle! –dice otro soldado.

Milon -¡No!

Entre gritos de odio la gente se lanza sobre él hasta que Milon desaparece entre la multitud furiosa.

-o-

Jacs cae inconsciente mientras una gota de sangre roja escurre por su cabeza, que resalta con el fondo en blanco y negro. Su consciencia se sume en un profundo letargo mientras es consumido por la oscuridad. De la nada, percibe una pequeña luz al frente que se vuelve cada vez más y más grande. Su tesoro en su mano derecha parece reaccionar a la luz emitiendo su propio brillo, lo cual ciega a Lanz, quien permanecía de pie junto a Jacs, haciéndolo retroceder. – ¡No puedo ver! –grita tapándose los ojos ante el cegador resplandor que escuece sus ojos.

En ese momento Jacs escucha la voz de su abuelo dentro de su cabeza: “Jacs, no dejes que la oscuridad devore tus pensamientos. Confía en la luz verdadera, y úsala para rasgar las sombras...”

Jacs entonces se levanta de un salto –¡Esa voz... esa vos es de...!

Tan fugaz como vino, la luz desaparece quedando todo en oscuridad nuevamente Habiéndose recuperado y al ver que está nuevamente de pie, Lanz se prepara para atacarle con su espada.

Jacs finalmente recobra las fuerzas, listo para hacer frente a su enemigo sin temor – ¡Tú!, ¡Tú no eres mi abuelo! –le espeta.

Lanz parece sorprendido –¿De qué hablas, Jacs? ¡Por supuesto que soy tu abuelo!, y es por eso que es mi deber castigarte, hijo.

Sin inmutarse, Jacs pone al frente su tesoro el cual continúa brillando con una luz dorada. -¡Mentiras! ¡No dejaré que las sombras me devoren!

Acto seguido, junta sus brazos mientras recita un conjuro, y con cada palabra, un aura de luz crece a su alrededor que desplaza la oscuridad circundante:


“Brillante resplandor de estrellas en los cielos…”

 

-Su tesoro emite una luz dorada mientras el símbolo de la luz se crea bajo sus pies.


“Dame tu infinita sabiduría dorada…”

-Otro círculo de energía con el emblema de la luz aparece cerca de donde está Lanz

“Conviérteme en la luz de tu poder supremo…”

-Del segundo circulo asciende una columna de luz dorada

“Y desplaza la noche del día hoy, y por siempre… ¡Luz!”

 

-De la columna de luz emerge un ser con alas similar a un ángel formado enteramente de energía.


Enceguecido por la luz que irradia el enorme ser, Lanz entrecierra los ojos y para sorpresa de Jacs el brillo del arcángel parece arrancarle la piel a su abuelo, revelando un ser oscuro de ojos rojos que se lanza enloquecido hacia Jacs con su espada, pero su cuerpo termina finalmente por desintegrarse antes de que pueda llegar hasta él debido al poder de la luz. De inmediato, la dimensión en la que parecía estar atrapado comienza a cuartarse hasta que finalmente se rompe en mil pedazos cual espejo roto.

Entre tanto, Kira está a punto de morir de asfixia en la tumba de agua oscura solidificada mientras su padre se limita a observar su rostro, lleno de terror incrustado en el agua cuando de pronto un rayo de luz dorada atraviesa el cielo que hace a Kira recuperar el brillo de sus ojos.

Kira –Tu… ¡Tú no eres mi verdadero padre! –dice al tiempo que el agua solidificada en su cabeza estalla, liberando esa parte de su cuerpo

Maldez -¡¿Qué has dicho?! –dice sorprendido.

Kira – ¡Nunca te perdonaré por hacerme creer que eras mi padre! –grita, llena de furia en el momento en el que ella invoca un trueno desde los cielos el cual la libera de su prisión helada. Una vez libre, encara a su padre emanando una luz azulada desde su tesoro que se expande haciendo retroceder las aguas oscuras del mar…

-o-

Valtro observa cómo los hechizos de sus tres amigos se combinan y está a punto de destruirlo. Al recibir el ataque, tanto sus ropas como su capa se rasgan mientras exhala un último grito de agonía. Cuando todo termina, los tres se acercan para verificar si ha realmente muerto, pero Valtron se levanta como si nada sonriendo.

Valtron –Me parece que han hecho una buena imitación de Jacs, de Milon e incluso del mal humor de Kira. No sé quiénes sean, ¡pero no lograron engañarme! –dice, riendo.

Entonces de entre los árboles distingue una luz dorada a la distancia al tiempo que su tesoro emite un brillo verde. –¡No me quedaré aquí a perder más tiempo con ustedes! –les asegura echando a correr hacia la luz.

Ellos intentan ir tras él, pero Valtron logra evitarlos saltando sobre ellos y corriendo en dirección al bosque, y cuando finalmente atraviesa el resplandor de luz, la dimensión que lo aprisionaba se hace pedazos.

-o-

Las fuerzas de Milon lo abandonan conforme la multitud clama su cabeza. Golpeado y herido, finalmente deja de luchar, pero antes de perder por completo la esperanza alcanza a ver una especie de trueno que vuelve momentáneamente el firmamento oscuro en el que una luz dorada brilla con intensidad.

Milon -¡No, no es verdad! He peleado por liberar a mi gente desde el comienzo, ¡y lo seguiré haciendo! ¡Haré todo lo posible por ayudar a mi pueblo!

Usando su traje como reflector, Milon se vale de éste para absorber parte de la luz dorada del cielo, haciéndolo brillar como un sol y haciendo desaparecer a la multitud conforme el resplandor crece.

De un momento a otro, Milon despierta a salvo en su nave espacial, que flota en el espacio exterior. Alrededor suyo encuentra a Jacs, Kira y Valtron tendidos en el suelo, todavía inconscientes. En poco tiempo todos despiertan de su letargo sin ninguna secuela aparente.

Jacs -¿Qué sucedió?

Milon –Parece ser que Quázar nos encerró en lo que se conoce como la dimensión oscura, pero gracias a nuestra determinación y al poder de las esencias que poseen pudimos romper esa realidad y salir de allí con vida.

Entonces Jacs observa su tesoro, que todavía conserva un halo dorado, emitiendo un leve brillo:  “Abuelo, te prometo que nunca más me daré por vencido…” –piensa para sus adentros mientras alza la vista. 

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