14 febrero, 2015

La leyenda de Lady Rose



Cuando hablamos del mes de Febrero lo primero que viene a la mente es el día 14, considerado como el día internacional del amor y la amistad, pero como todo en esta vida, donde hay luz también hay sombras.

Tomando como ejemplo la clásica historia y creación de Shakespeare, Romeo y Julieta, el amor no siempre es mirar el mundo color de rosa, ya que dentro de las relaciones humanas también existen los celos, envidias, infidelidades y demás defectos que pueden volver nuestro mundo un infierno. Justamente esto me ha traído de vuelta a la memoria los recuerdos de un incidente que por alguna razón no tuvo mucho eco en los medios, pero los extraños acontecimientos que surgieron a partir de esta historia aún están muy presentes en mi memoria.





Corría el año 2006 cuando esta extraña historia comenzó. Una joven de familia acomodada y de ideas muy conservadoras descubrió una mañana el cuerpo sin vida de su hija en su habitación luego de haber permanecido encerrada por voluntad propia durante la semana anterior. Ella se había suicidado utilizando una soga, colgándose ella misma de la pared y dejando como último mensaje escrito en la pared “Sorry, I’m leaving” que traducido sería: “Lo siento, debo partir”. Cualquiera diría que el caso fue un típico suicidio de tantos que ocurren en estos días, pero la verdadera historia apenas comenzaba.

Una semana después, otra joven, sin relación aparente con la primer suicida fue encontrada en condiciones similares, sólo que esta vez las investigaciones arrojaron algo insólito: al parecer no había sido suicidio. En la escena del crimen se había determinado que la víctima había luchado por su vida antes de ser colgada en contra de su voluntad. Además, el mensaje escrito en la pared había sido escrito no con pintura, sino con sangre cuyo ADN no pertenecía a la víctima.

Las investigaciones posteriores apuntaron al ex novio de la primera joven que se había suicidado, con quien aparentemente había estado teniendo una relación amorosa con ambas chicas. Es aquí donde las cosas tomaron un giro siniestro…

Pasó una semana más hasta que el ex novio de la suicida se quitara también la vida. Nuevamente la escena se repetía: El muchacho había dejado de salir de su habitación días antes de su muerte; se había suicidado colgándose con una soga. En la habitación encontraron el mismo mensaje escrito en sangre. Después de un análisis forense se halló que la sangre en la pared pertenecía a la de su ex novia, la primera chica que se había suicidado.

Durante meses las investigaciones continuaron hasta revelar el oscuro vínculo que unía a los tres jóvenes:

La suicida, quienes los medios informativos y autoridades policiacas dieron por llamar “Rose” para proteger la vida privada de sus familiares, así como el novio de ella habían tenido una relación secreta durante poco menos de un año. Todo parecía marchar bien para ellos, pero lo que Rose no sabía era que su actual pareja le ocultaba otra relación que mantenía con una de sus mejores amigas sin que ella lo supiera.

Debido a la actitud posesiva y dependiente de Rose, con el paso del tiempo su novio comenzó a sentirse incómodo con ella, pero cada vez que él le sugería romper o tomárselo con más calma ella comenzaba a amenazarlo con suicidarse si se atrevía a dejarla.

Fue durante estos difíciles días en los que las discusiones comenzaron a ser frecuentes y la tención entre ellos a aumentar. En una de estas discusiones su novio estalló confesándole que estaba cansado de ella y tenía una amante. Tras escuchar esto, Rose quedó devastada y tras esta confesión dejaron de verse, pero lejos de terminar para ella, su sufrimiento se prolongó.

A su ex-novio dejó de importarle sus amenazas de suicidio y se volvió sádico con ella. Le enviaba mensajes de él estado con su mejor amiga al tiempo que hizo correr un rumor en la escuela en donde asistían en el que la hacían ver como una mujer fácil que se acostaba con cualquiera. Incapaz de soportarlo, Rose dejó de asistir a la escuela, hundiéndose en una depresión de la que jamás saldría adelante.

Una semana anterior al primer aniversario de la ex pareja, ella se encerró en su habitación y se negaba a comer. Se dice que como a ella le gustaba la pintura días antes había estado haciendo una tarjeta que pensaba regalar a su ex amante antes de lo ocurrido, y que después de lo ocurrido, decidió destruir la pintura original como símbolo de su corazón roto.

Después de su suicidio la policía no pudo encontrar rastro físico de dicha tarjeta, pero sí encontró un archivo en su computadora cifrado con contraseña que se encontraba dañado y cuya información nunca se pudo recuperar. El nombre del archivo era el mismo que el mensaje en la pared: “Sorry, I’m leaving”.

Tras enterarse de la muerte de la chica, la pareja que la había orillado al suicidio no parecía mostrar remordimiento alguno, siguiendo con sus actividades cotidianas, o eso parecía al menos. Pocos días después, la joven comenzó a actuar de manera extraña. Su falta de sueño era evidente por sus grandes ojeras, además de quedarse dormida cada vez que se sentaba en clases. Lo más extraño de todo es que parecía estar en un estado de alerta permanente, como si se sintiera observada o perseguida, ya que al menor ruido soltaba un respingo o gritaba asustada, pronto dejó de asistir a la escuela.

En su diario en el cual no solía escribir a menudo se encontró lo que fue su última anotación antes de su asesinato: “Creo que alguien me sigue a todas partes, me está asechando. No puedo cerrar los ojos sin sentir su presencia, creo que pronto vendrá por mí y no hay nada que pueda hacer al respecto…”

El día de su muerte se encontró la computadora de la joven con toda la información del disco formateada. Se cree que fue ella misma, quien por alguna razón esconocida eliminó todo su contenido antes de la tragedia.

Debido a esto, durante la investigación de la muerte del joven amante de ambas chicas se dio orden de revisar su computadora, el disco duro estaba vacío también, pero la cuenta de correo electrónico a su nombre contenía intactos todos sus mensajes. El último tenía como remitente desconocido, y tenía adjunto un archivo con el nombre Sorry, I’m leaving. Era un archivo flash que en principio parecía una simple imagen estática con música añadida en la cual se podía ver el dibujo de una mujer en vestido de novia, en medio del bosque. Más tarde se descubrió que aquél dibujo era una copia del original que Rose había subido a su computadora, y que el mensaje había sido enviado el mismo día en el que se suicido. Desde entonces corre el rumor de que aquél archivo todavía existe en la red, perdido. Se cree que aquél que reciba este archivo desde un remitente desconocido y sin título en su bandeja de correo de entrada le traerá la mala fortuna para quien lo recibe, pues significa que esa persona es infiel y alguien lo sabe.

Al recordar esta historia intenté buscar noticias relacionadas al evento, pero hasta ahora mis recuerdos son vagos y no he podido encontrar en la red nada relacionado el caso. Fue entonces cuando recordé haber guardado una copia de la supuesta imagen que contenía el archivo flash cuando se dio a conocer la noticia, la cual conseguí desde la pagina MySpace de la autora en un viejo disco duro, pero al parecer los años en desuso de la unidad provocaron que imagen se dañara. Esto es todo lo que pude rescatar de la versión corrupta de la imagen.


Espero que con el tiempo y la llegada de nuevas pistas pueda continuar con este artículo. Si alguien tiene más información sobre el archivo o alguna imagen pueden contactarme o dejar un comentario.

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