Residencia: desconocido
Guerrero formidable en el combate y portador de la legendaria armadura negra, una de las últimas armas legendarias conocidas. Su padre robó la armadura de Fragar, e intentó usar a su hijo para derrotarlo, pero cuando Blarg se reveló, lo asesinó. De carácter frío y solitario, contrasta con la camaradería de los demás integrantes del grupo, aunque brinda un invaluable apoyo en combate, ya que al lado de Jacs ambos forman un poderoso dúo.
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Capitulo x15
Galiax y sus secuaces lograron llegar a la
isla del exilio antes de que Jacs y los demás pudieran poner a salvo la cuarta
piedra del legado del cielo, por lo que todo apuntaba a que una terrible
batalla entre ambos bandos comenzaría, pero todo cambió en el momento en el que
Galiax le propuso a Blarg revivir a su hermana a cambio de acabar con Jacs y
sus amigos. Al final Blarg aceptó el trato y Galiax le concedió un poco de
poder para después encerrar a ambos en otra dimensión de la que sólo uno saldrá
vivo.
Después de su encuentro con Galiax, Kira,
Valtron y Xolfia deambulan por la isla en busca de un método de salir de ahí,
pero al no encontrar nada parecido a un bote en toda la costa sus ánimos están
por los suelos.
Cansada de tanto caminar y emocionalmente
exhausta, con los ánimos por los suelos, Kira se deja caer en la arena de
rodillas -…no hay forma de salir de aquí.
Valtron se acerca a ella para alentarla a
salir adelante. –No podemos usar la teletransportación de Xolfia sin la esencia
de luz de Jacs para salir de aquí, así que lo más sensato sería cruzar el
océano en un barco o en una burbuja mágica.
Kira –Pero no puedo mantener un hechizo como
ese en una distancia tan larga. Caeríamos al mar a mitad del camino antes de
que lleguemos a la costa.
De pronto una voz que proviene de la selva
los toma por sorpresa. –Quizás yo pueda transportarlos a tierra firme. –alega
Genval, que emerge de entre la espesura de un matorral con una sonrisa.
Kira -¡Genval!
Valtron -¿Cómo es que está vivo?
Genval –Bueno, ya saben… he vivido muchos
años, y no he llegado a esta edad por nada. No soy tan fácil de aniquilar a
pesar de ser sólo un viejo.
Xolfia clava su mirada con extrañeza y
curiosidad en aquella figura encorvada de pelo cano que los mira. Dentro de
ella parece percibir algo distinto en el viejo, pero no puede precisar qué es.
Genval entonces se vuelve a mirarla –Puedes
quedarte a observarme después de que me ayudes a crear el hechizo –agrega
sosteniendo la misma sonrisa.
Apenada, Xolfia asiente con la cabeza. Genval
los conduce de regreso al templo en ruinas, en cuyo piso yace un dibujo del
símbolo de la luz.
Genval –Manténganse dentro del círculo, su
amiga y yo nos encargaremos del resto.
Con el poder de Xolfia y Genval combinados
logran hacer brillar el símbolo con una luz dorada en la que pronto desaparecen
Kira y Valtron. Xolfia se vuelve a su maestro una última vez para despedirse
antes de partir.
Xolfia –Cuídese mucho –le pide al tiempo que
una lágrima brota de uno de sus ojos.
Genval la toma de las manos y se despide: –Ve
con cuidado. Ellos te necesitan.
Dicho esto, Xolfia camina hacia el interior
del símbolo en el que desaparece momentos después.
Los tres reaparecen en un camino muy cercano
a un pueblo.
Kira –Vaya –se queja-. Al menos nos debió
decir a dónde hemos venido a parar.
Valtron –Podemos preguntar en aquella ciudad
que se ve a lo lejos.
Xolfia –A mí me gustaría tomar un baño y
comer un poco. –propone con entusiasmo la sacerdotisa.
Una vez llegan a las afueras del pueblo
comienzan a notar algo extraño: la gente con la que se cruzan no les quita la
vista de encima mientras caminan por la calle. Algunos incluso detienen sus
labores y dejan de hablar al pasar junto a ellos. Pronto los tres comienzan a
sentirse muy incómodos.
Kira – ¿Qué le pasa a esta gente? –se
pregunta sin dejar de mirar hacia todas partes.
-¡Miren! Son ellos –grita de repente una mujer
señalándolos.
Xolfia -¿Qué está ocurriendo? –inquiere con
un dejo de miedo al ver que las personas se congregan a su alrededor.
Valtron –Parece que no somos bienvenidos en
este pueblo…
Entonces Kira recuerda las palabras de Galiax:
“Oh, casi lo olvidaba… no esperen un buen
recibimiento de personas en ciudades y pueblos, pues pronto, todos los seres
humanos de este planeta estarán bajo mi influencia y atacarán a cualquiera que
no sea uno de ellos.” –¡Esto ha sido obra de Galiax!
Xolfia -¿Cómo?
Kira –Recuerden que él dijo que haría que
todos los habitantes de este mundo le obedecieran.
Xolfia –Descuiden. Puedo intentar purificar
esta zona para liberarlos de la influencia de Galiax.
Valtron –Muy bien, ¡pero date prisa! –le
grita momentos antes de que un campesino le ataque con una oz.
Xolfia utiliza su energía generando una luz
cegadora que cubre toda el área hasta expandirse a todo el pueblo. Distraídas
por la luz, las personas dejan de atacarles por unos instantes, pero en cuanto
el resplandor del hechizo se extingue, el hechizo no parece haber tenido ningún
efecto en ellos.
Kira -¿Qué sucede, Xolfia?
Xolfia –Mi...¡Mí magia no funciona!
Kira –Si tu magia no funciona, me temo que no
tenemos otra salida más que usar la fuerza… -señala con resignación. Acto
seguido convoca a una gran ola de mar que arrastra a sus atacantes sin
lastimarlos, dándoles el suficiente tiempo para poder escapar hacia el bosque.
-o-
En ese mismo momento Jacs y Blarg se miran el
uno al otro, preparándose mentalmente para el combate.
Jacs –Antes de enfrentarme a ti, quiero saber
una cosa: Dime, Blarg. ¿Cómo es que mi abuelo y tu padre se
conocieron?
Balrg –Debes saber que tu
abuelo era conocido como el guerrero Fénix. Un caballero al mando de las tropas
de Fragar. Él conoció a mi padre cuando apenas era un niño y, bajo el encargo
de Fragar le enseñó sus técnicas de combate con la espada. Cuando Lanz
traicionó a Fragar y éste juró vengarse de él, tu abuelo desapareció… nadie
nunca más lo volvió a ver. Mi padre me enseñó su propia variante de la técnica
de Lanz, por eso soy capaz de anticiparme a cualquier movimiento tuyo. Es
gracioso, pero desde que te conocí supe que algún día terminaríamos
enfrentándonos tú y yo. Es por eso que te pedí que pelearas conmigo cuando nos
conocimos, quería medir nuestras fuerzas, y ahora que Galiax me ha cedido parte
de sus poderes no tienes oportunidad contra mí.
Jacs –Te sugiero que no me
subestimes Balrg. He oído esa frase muchas veces. La mayoría de mis adversarios
no conocen mi verdadero poder, la voluntad que me mueve a seguir adelante hasta
que ya tarde para ellos. ¡Y te lo demostraré a ti también si no detienes esto
ahora!
Blarg se echa a reír sacando sus espadas.
–Bien, caballero de la luz. ¡Entonces muéstrame todo tu poder!
Momentos antes del combate, ambos crean
sendas barreras de energía de luz y oscuridad para luego encantar sus espadas y
lanzarse al combate. El primer encuentro entre las espadas genera una onda de
choque tan fuerte que ambos contendientes son arrojados en direcciones opuestas
sin daño alguno gracias a sus defensas mágicas.
Blarg –Prepárate Jacs, ¡CHOQUE DE IRA!
El poderoso ataque de Blarg es detenido por
la espada de Jacs, que parte el flujo de energía en varios rayos de energía que
colisionan con el suelo y rocas cercanas, destruyéndolas por completo hasta
desintegrarlas. Al ver esto, Blarg aumenta la intensidad de su poder a tal
punto que Jacs es incapaz de contenerlo, lo que lo arrastra hasta hacerlo caer
contra el suelo con fuerza.
Con algunas heridas superficiales, Jacs se
recupera del ataque encantando nuevamente su espada ,que había perdido su poder
debido al último ataque.
Jacs –Aunque tengas el poder de Galiax –dice
entre jadeos-, no creas que será tan fácil derrotarme.
Acto seguido invoca el poder de las esencias
de fuego, luz y atómica con los que forma un poderoso hechizo con el que ataca
a Blarg. -¡ESTRELLA ROJA!
Al ver el tremendo poder dirigirse hacia él,
Blarg deja caer sus espadas al suelo abriendo los brazos, listo para recibir de
lleno el ataque que logra detener con sus manos, para luego destruir el hechizo
con poder oscuro.
Todavía con las manos humeantes, Blarg lo
felicita: -Debo admitir que eres bueno… Sin duda ese poder me habría hecho daño
de no ser por la magia de Galiax.
Jacs observa incrédulo como su poderoso
hechizo sólo logro mover a Blarg unos centímetros sin hacerle nada. – ¡No puede
ser! Mi hechizo no le ha hecho ni un solo rasguño.
Blarg entonces toma sus espadas cargándolas
con energía oscura y le ataca con ellas a Jacs, quien apenas tiene tiempo de
reaccionar alzando su espada. La fuerza superior de su enemigo logra destruir
su barrera protectora, dejándolo expuesto.
Jacs cae al suelo e intenta levantarse
nuevamente -¡Muy bien, Blarg! Si así es como lo quieres, ¡pelearé en serio!
–amenaza momentos de cerrar los ojos para concentrarse. En ese momento su
tesoro comienza a brillar con una luz dorada muy intensa mientras recita las
palabras que invocan a la criatura de la luz: -Brillante resplandor que desciendes de los cielos...
Al ver esto, Blarg decide hacer lo mismo. –¡Entonces
yo también usaré mi mejor carta! Emerge
de entre la destrucción que has creado...
Momentos después, ambas criaturas astrales
surgen alzándose por los cielos, detrás de sus invocadores. Una vez terminada la
invocación, tanto guerreros como criaturas se lanzan la una contra la otra
culminando en una espectacular colisión que hace brillar el cielo atravesando
incluso las nubes y haciendo temblar la tierra…
-o-
De regreso en el mundo real. Kira y los demás
continúan su camino en silencio. Privados de refugio y comida se ven forzados a
detenerse en medio del bosque, esperando el retorno de Jacs.
Sentados alrededor de una fogata, Kira no
deja de mirar la pequeña esfera plateada que sostiene en su palma sin poder
dejar de pensar en Jacs y en la difícil batalla que está librando dentro. -¿Qué
será de nosotros sin Jacs y sin poder acercarnos a un pueblo para descansar y
comer? –pregunta de repente.
Valtorn –Probablemente sea una treta de
Galiax para atraernos a su trampa en el bosque. Por ahora debemos esperar y ver
quién de los dos logra salir victorioso de ese lugar.
Kira se levanta de un salto. –Pero, ¿cómo te
atreves a dudarlo? ¡Jacs será quien resulte victorioso! –le dice en forma de
reproche.
Valtron se limita a permanecer en silencio,
mirando hacia otra parte.
A kilómetros de allí, en lo profundo del
bosque puede verse a una multitud de hombres trabajando en una fortaleza que
sobresale de entre los árboles. Dos figuras vigilan cada movimiento que los
constructores hacen con ojo de halcón. En lo alto de la torre principal, que ya
está terminada descansa Galiax, que mira hacia abajo a los hombres desde una
ventana. Cerca de allí, en un piso inferior están Doran y Makia haciendo lo
mismo que él.
Doran –No entiendo a Galiax… ¿Para qué
construir algo como esto si planea destruir este planeta de todos modos?
Makia –Últimamente Galiax ha tomado muchas
decisiones que me desagradan. Como la de dejar nuestro trabajo a ese ser humano
después de habernos molestado todo este tiempo en buscar las piedras con tanto
afán.
Doran –Te entiendo. Lo que más me irrita es
que le haya conferido semejantes poderes siendo nuestro enemigo.
Makia –Seguramente está jugando con ellos tal
como lo hace con nosotros. Para Galiax no somos más que sus títeres…
Doran gira hacia Makia con una sonrisa. – ¿Estás
pensando lo mismo que yo?
Failkaz –Y exactamente, ¿qué están pensando?
– pregunta Failkaz, irrumpiendo en la habitación, quien aparentemente había
estado oyendo la conversación detrás de la puerta.
Doran –¡Failkaz…! –exclama sorprendido ante
su inesperada presencia.
Makia –En realidad, nada –se apresura a
excusarse despreocupadamente… Sólo estamos divagando un poco acerca de nuestro
querido creador.
Asrot, que también había estado escuchando la
conversación aparece en escena –La verdad es que sólo le servimos porque él nos
ha creado, pero aún así, no pondría en duda sus órdenes a menos que deseara
morir. ¿Ustedes sí? –les pregunta a ambos perspicazmente.
Makia y Doran se quedan en silencio por unos
momentos.
Doran – Po…
¡por supuesto que le somos fieles al amo Galiax! Solamente queremos saber si a
nosotros también nos podría dar esos maravillosos poderes que le dio a Blarg.
Merlun sale detrás de la puerta. –Eso no será necesario, Doran. Galiax nos ha
ordenado a mí, a Failkaz y Asrot que vayamos ahora mismo a quitarles esas
piedras a cualquier precio. Incluso si tenemos que matarlos.
Doran se da la espalda irritado. – ¡Bien!,
hagan lo que quieran –contesta secamente.
Instantes después, los tres desaparecen con
ayuda de los poderes de Asrot a cumplir su misión, dejándolos solos de nuevo.
Doran mira de nuevo a la ventana. –Es
cuestión de tiempo para que Galiax haga con nosotros lo que está haciendo con
Jacs y esos idiotas que tenemos como compañeros. Debemos actuar rápido.
Makia lo abraza por detrás mientras le
asegura: -¿Sabes? Siempre he creído que tú serías mejor líder que Galiax.
Doran sonríe al escuchar el cumplido.
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