26 junio, 2021

Signos Etéreos, Tercer Tomo: Capítulo 15

Un nuevo capítulo de tu saga favorita, Signos Etéreos está aquí, y aunque en un principio la situación parecía abordar algo de esperanza para Jacs y sus amigos, la aparición de Galiax ha destruido sus esperanzas de recuperar la última piedra del legado del cielo. ¿Podrán nuestros héroes salvar la tierra de una lenta, pero certera perdición? Averígualo en el capítulo número 15 de Signos Etéreos.

Con respecto a la nueva ilustración todavía estoy trabajando en ella. Es la primera vez que intento diseñar una armadura, así que entre el diseño y mis rutinarias batallas para entender cómo funcionan las reglas de mi programa de dibujo el progreso ha sido constante, pero lento.




Nombre: Jacs Rengard
Residencia: Pueblo Sunabi

Jacs es un joven que fue criado por su madre y por sus abuelos en una granja en las afueras del pueblo Sunabi, situado a las orillas del bosque gris, por lo que se le considera uno de los asentamientos humanos más remotos. Aprendió el arte del combate con espada de su abuelo, quien desde pequeño tomó el papel de su padre después de que éste muriera repentinamente. Las razones de su muerte nunca le fueron revelta años después.

A la edad de 17 años su abuelo también muere en extrañas circunstancias por un asesino misterioso, lo que lo hace emprender un viaje para vengar la muerte de su querido abuelo. Es así como empieza su aventura…



Nombre: Kira Lenndraken

Residencia: Ciudad Paragon

Criada en el seno de una familia de hechiceros respetables de clase alta, aprendió desde muy temprana edad a usar la magia gracias a un riguroso entrenamiento para estar a la altura de las expectativas de su padre, quien antes de que ella y sus hermanas nacieran ansió tener un hijo varón que siguiera sus pasos para formar parte del consejo mundial de hechiceros.

Fuera de su carácter impaciente y temperamental, es una disciplinada estudiosa de la magia. A pesar de dominar y conocer muchos tipos de magias se especializa en magia de agua, a la que ha dominado a la perfección. 



Nombre: Valtron Molvus
Residencia: desconocida

Caza recompensas errante de pasado misterioso. Conoció a Jacs y a Kira luego de que Fragar lo contratase para matarlos, aunque durante la búsqueda de las esencias se unió al grupo renunciando así a Fragar, para luchar en su contra.

Es un personaje balanceado que emplea la espada y hechizos en combate a costa de no tener ninguna especialización.





Nombre: Xolfia Deltariz
Residencia: El templo de la luz

Huérfana de pequeña, fue acogida por los sabios del templo de la luz. A una muy corta edad fue instruida en el uso de magias espirituales y psíquicas. Posteriormente aprendió los secretos de la magia de la luz y con ellos partió en lo que sería su primer viaje como misionera para convertirse en sacerdotisa.



Nombre:  Blarg Bandak

Residencia: desconocido

Guerrero formidable en el combate y portador de la legendaria armadura negra, una de las últimas armas legendarias conocidas. Su padre robó la armadura de Fragar, e intentó usar a su hijo para derrotarlo, pero cuando Blarg se reveló, lo asesinó. De carácter frío y solitario, contrasta con la camaradería de los demás integrantes del grupo, aunque brinda un invaluable apoyo en combate, ya que al lado de Jacs ambos forman un poderoso dúo.




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Capitulo x15


Galiax y sus secuaces lograron llegar a la isla del exilio antes de que Jacs y los demás pudieran poner a salvo la cuarta piedra del legado del cielo, por lo que todo apuntaba a que una terrible batalla entre ambos bandos comenzaría, pero todo cambió en el momento en el que Galiax le propuso a Blarg revivir a su hermana a cambio de acabar con Jacs y sus amigos. Al final Blarg aceptó el trato y Galiax le concedió un poco de poder para después encerrar a ambos en otra dimensión de la que sólo uno saldrá vivo.
 
Después de su encuentro con Galiax, Kira, Valtron y Xolfia deambulan por la isla en busca de un método de salir de ahí, pero al no encontrar nada parecido a un bote en toda la costa sus ánimos están por los suelos.
 
Cansada de tanto caminar y emocionalmente exhausta, con los ánimos por los suelos, Kira se deja caer en la arena de rodillas -…no hay forma de salir de aquí.
 
Valtron se acerca a ella para alentarla a salir adelante. –No podemos usar la teletransportación de Xolfia sin la esencia de luz de Jacs para salir de aquí, así que lo más sensato sería cruzar el océano en un barco o en una burbuja mágica.
 
Kira –Pero no puedo mantener un hechizo como ese en una distancia tan larga. Caeríamos al mar a mitad del camino antes de que lleguemos a la costa.
 
De pronto una voz que proviene de la selva los toma por sorpresa. –Quizás yo pueda transportarlos a tierra firme. –alega Genval, que emerge de entre la espesura de un matorral con una sonrisa.
 
Kira -¡Genval!
 
Valtron -¿Cómo es que está vivo?
 
Genval –Bueno, ya saben… he vivido muchos años, y no he llegado a esta edad por nada. No soy tan fácil de aniquilar a pesar de ser sólo un viejo.
 
Xolfia clava su mirada con extrañeza y curiosidad en aquella figura encorvada de pelo cano que los mira. Dentro de ella parece percibir algo distinto en el viejo, pero no puede precisar qué es.
 
Genval entonces se vuelve a mirarla –Puedes quedarte a observarme después de que me ayudes a crear el hechizo –agrega sosteniendo la misma sonrisa.
 
Apenada, Xolfia asiente con la cabeza. Genval los conduce de regreso al templo en ruinas, en cuyo piso yace un dibujo del símbolo de la luz.
 
Genval –Manténganse dentro del círculo, su amiga y yo nos encargaremos del resto.
 
Con el poder de Xolfia y Genval combinados logran hacer brillar el símbolo con una luz dorada en la que pronto desaparecen Kira y Valtron. Xolfia se vuelve a su maestro una última vez para despedirse antes de partir.
 
Xolfia –Cuídese mucho –le pide al tiempo que una lágrima brota de uno de sus ojos.
 
Genval la toma de las manos y se despide: –Ve con cuidado. Ellos te necesitan.
 
Dicho esto, Xolfia camina hacia el interior del símbolo en el que desaparece momentos después.
 
Los tres reaparecen en un camino muy cercano a un pueblo.
 
Kira –Vaya –se queja-. Al menos nos debió decir a dónde hemos venido a parar.
 
Valtron –Podemos preguntar en aquella ciudad que se ve a lo lejos.
 
Xolfia –A mí me gustaría tomar un baño y comer un poco. –propone con entusiasmo la sacerdotisa.
 
Una vez llegan a las afueras del pueblo comienzan a notar algo extraño: la gente con la que se cruzan no les quita la vista de encima mientras caminan por la calle. Algunos incluso detienen sus labores y dejan de hablar al pasar junto a ellos. Pronto los tres comienzan a sentirse muy incómodos.
 
Kira – ¿Qué le pasa a esta gente? –se pregunta sin dejar de mirar hacia todas partes.
 
-¡Miren! Son ellos –grita de repente una mujer señalándolos.
 
Xolfia -¿Qué está ocurriendo? –inquiere con un dejo de miedo al ver que las personas se congregan a su alrededor.
 
Valtron –Parece que no somos bienvenidos en este pueblo…
 
Entonces Kira recuerda las palabras de Galiax: “Oh, casi lo olvidaba… no esperen un buen recibimiento de personas en ciudades y pueblos, pues pronto, todos los seres humanos de este planeta estarán bajo mi influencia y atacarán a cualquiera que no sea uno de ellos.” –¡Esto ha sido obra de Galiax!
 
Xolfia -¿Cómo?
 
Kira –Recuerden que él dijo que haría que todos los habitantes de este mundo le obedecieran.
 
Xolfia –Descuiden. Puedo intentar purificar esta zona para liberarlos de la influencia de Galiax.
 
Valtron –Muy bien, ¡pero date prisa! –le grita momentos antes de que un campesino le ataque con una oz.
 
Xolfia utiliza su energía generando una luz cegadora que cubre toda el área hasta expandirse a todo el pueblo. Distraídas por la luz, las personas dejan de atacarles por unos instantes, pero en cuanto el resplandor del hechizo se extingue, el hechizo no parece haber tenido ningún efecto en ellos.
 
Kira -¿Qué sucede, Xolfia?
 
Xolfia –Mi...¡Mí magia no funciona!
 
Kira –Si tu magia no funciona, me temo que no tenemos otra salida más que usar la fuerza… -señala con resignación. Acto seguido convoca a una gran ola de mar que arrastra a sus atacantes sin lastimarlos, dándoles el suficiente tiempo para poder escapar hacia el bosque.
 
-o-
 
En ese mismo momento Jacs y Blarg se miran el uno al otro, preparándose mentalmente para el combate.
 
Jacs –Antes de enfrentarme a ti, quiero saber una cosa: Dime, Blarg. ¿Cómo es que mi abuelo y tu padre se conocieron?
 
Balrg –Debes saber que tu abuelo era conocido como el guerrero Fénix. Un caballero al mando de las tropas de Fragar. Él conoció a mi padre cuando apenas era un niño y, bajo el encargo de Fragar le enseñó sus técnicas de combate con la espada. Cuando Lanz traicionó a Fragar y éste juró vengarse de él, tu abuelo desapareció… nadie nunca más lo volvió a ver. Mi padre me enseñó su propia variante de la técnica de Lanz, por eso soy capaz de anticiparme a cualquier movimiento tuyo. Es gracioso, pero desde que te conocí supe que algún día terminaríamos enfrentándonos tú y yo. Es por eso que te pedí que pelearas conmigo cuando nos conocimos, quería medir nuestras fuerzas, y ahora que Galiax me ha cedido parte de sus poderes no tienes oportunidad contra mí.
 
Jacs –Te sugiero que no me subestimes Balrg. He oído esa frase muchas veces. La mayoría de mis adversarios no conocen mi verdadero poder, la voluntad que me mueve a seguir adelante hasta que ya tarde para ellos. ¡Y te lo demostraré a ti también si no detienes esto ahora!
 
Blarg se echa a reír sacando sus espadas. –Bien, caballero de la luz. ¡Entonces muéstrame todo tu poder!
 
Momentos antes del combate, ambos crean sendas barreras de energía de luz y oscuridad para luego encantar sus espadas y lanzarse al combate. El primer encuentro entre las espadas genera una onda de choque tan fuerte que ambos contendientes son arrojados en direcciones opuestas sin daño alguno gracias a sus defensas mágicas.
 
Blarg –Prepárate Jacs, ¡CHOQUE DE IRA!
 
El poderoso ataque de Blarg es detenido por la espada de Jacs, que parte el flujo de energía en varios rayos de energía que colisionan con el suelo y rocas cercanas, destruyéndolas por completo hasta desintegrarlas. Al ver esto, Blarg aumenta la intensidad de su poder a tal punto que Jacs es incapaz de contenerlo, lo que lo arrastra hasta hacerlo caer contra el suelo con fuerza.
 
Con algunas heridas superficiales, Jacs se recupera del ataque encantando nuevamente su espada ,que había perdido su poder debido al último ataque.
 
Jacs –Aunque tengas el poder de Galiax –dice entre jadeos-, no creas que será tan fácil derrotarme.
 
Acto seguido invoca el poder de las esencias de fuego, luz y atómica con los que forma un poderoso hechizo con el que ataca a Blarg. -¡ESTRELLA ROJA!
 
Al ver el tremendo poder dirigirse hacia él, Blarg deja caer sus espadas al suelo abriendo los brazos, listo para recibir de lleno el ataque que logra detener con sus manos, para luego destruir el hechizo con poder oscuro.
 
Todavía con las manos humeantes, Blarg lo felicita: -Debo admitir que eres bueno… Sin duda ese poder me habría hecho daño de no ser por la magia de Galiax.
 
Jacs observa incrédulo como su poderoso hechizo sólo logro mover a Blarg unos centímetros sin hacerle nada. – ¡No puede ser! Mi hechizo no le ha hecho ni un solo rasguño.
 
Blarg entonces toma sus espadas cargándolas con energía oscura y le ataca con ellas a Jacs, quien apenas tiene tiempo de reaccionar alzando su espada. La fuerza superior de su enemigo logra destruir su barrera protectora, dejándolo expuesto.
 
Jacs cae al suelo e intenta levantarse nuevamente -¡Muy bien, Blarg! Si así es como lo quieres, ¡pelearé en serio! –amenaza momentos de cerrar los ojos para concentrarse. En ese momento su tesoro comienza a brillar con una luz dorada muy intensa mientras recita las palabras que invocan a la criatura de la luz: -Brillante resplandor que desciendes de los cielos...
 
Al ver esto, Blarg decide hacer lo mismo. –¡Entonces yo también usaré mi mejor carta! Emerge de entre la destrucción que has creado...
 
Momentos después, ambas criaturas astrales surgen alzándose por los cielos, detrás de sus invocadores. Una vez terminada la invocación, tanto guerreros como criaturas se lanzan la una contra la otra culminando en una espectacular colisión que hace brillar el cielo atravesando incluso las nubes y haciendo temblar la tierra…
 
 
 
-o-
 
De regreso en el mundo real. Kira y los demás continúan su camino en silencio. Privados de refugio y comida se ven forzados a detenerse en medio del bosque, esperando el retorno de Jacs.
 
Sentados alrededor de una fogata, Kira no deja de mirar la pequeña esfera plateada que sostiene en su palma sin poder dejar de pensar en Jacs y en la difícil batalla que está librando dentro. -¿Qué será de nosotros sin Jacs y sin poder acercarnos a un pueblo para descansar y comer? –pregunta de repente.
 
Valtorn –Probablemente sea una treta de Galiax para atraernos a su trampa en el bosque. Por ahora debemos esperar y ver quién de los dos logra salir victorioso de ese lugar.
 
Kira se levanta de un salto. –Pero, ¿cómo te atreves a dudarlo? ¡Jacs será quien resulte victorioso! –le dice en forma de reproche.
 
Valtron se limita a permanecer en silencio, mirando hacia otra parte.
 
A kilómetros de allí, en lo profundo del bosque puede verse a una multitud de hombres trabajando en una fortaleza que sobresale de entre los árboles. Dos figuras vigilan cada movimiento que los constructores hacen con ojo de halcón. En lo alto de la torre principal, que ya está terminada descansa Galiax, que mira hacia abajo a los hombres desde una ventana. Cerca de allí, en un piso inferior están Doran y Makia haciendo lo mismo que él.
 
Doran –No entiendo a Galiax… ¿Para qué construir algo como esto si planea destruir este planeta de todos modos?
 
Makia –Últimamente Galiax ha tomado muchas decisiones que me desagradan. Como la de dejar nuestro trabajo a ese ser humano después de habernos molestado todo este tiempo en buscar las piedras con tanto afán.
 
Doran –Te entiendo. Lo que más me irrita es que le haya conferido semejantes poderes siendo nuestro enemigo.
 
Makia –Seguramente está jugando con ellos tal como lo hace con nosotros. Para Galiax no somos más que sus títeres…
 
Doran gira hacia Makia con una sonrisa. – ¿Estás pensando lo mismo que yo?
 
Failkaz –Y exactamente, ¿qué están pensando? – pregunta Failkaz, irrumpiendo en la habitación, quien aparentemente había estado oyendo la conversación detrás de la puerta.
 
Doran –¡Failkaz…! –exclama sorprendido ante su inesperada presencia.
 
Makia –En realidad, nada –se apresura a excusarse despreocupadamente… Sólo estamos divagando un poco acerca de nuestro querido creador.
 
Asrot, que también había estado escuchando la conversación aparece en escena –La verdad es que sólo le servimos porque él nos ha creado, pero aún así, no pondría en duda sus órdenes a menos que deseara morir. ¿Ustedes sí? –les pregunta a ambos perspicazmente.
 
Makia y Doran se quedan en silencio por unos momentos.
 
Doran – Po… ¡por supuesto que le somos fieles al amo Galiax! Solamente queremos saber si a nosotros también nos podría dar esos maravillosos poderes que le dio a Blarg.
 
Merlun sale detrás de la puerta.  –Eso no será necesario, Doran. Galiax nos ha ordenado a mí, a Failkaz y Asrot que vayamos ahora mismo a quitarles esas piedras a cualquier precio. Incluso si tenemos que matarlos.
 
Doran se da la espalda irritado. – ¡Bien!, hagan lo que quieran –contesta secamente.
 
Instantes después, los tres desaparecen con ayuda de los poderes de Asrot a cumplir su misión, dejándolos solos de nuevo.
 
Doran mira de nuevo a la ventana. –Es cuestión de tiempo para que Galiax haga con nosotros lo que está haciendo con Jacs y esos idiotas que tenemos como compañeros. Debemos actuar rápido.
 
Makia lo abraza por detrás mientras le asegura: -¿Sabes? Siempre he creído que tú serías mejor líder que Galiax.
 
Doran sonríe al escuchar el cumplido.
 
 

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