La ciudad de la magia
A pesar de haber podido
escapar del fuerte de Bélidas, Leiyus y Sanhgien debieron esconderse en un
poblado cercano, en donde fueron descubiertos por Argon, uno de los súbditos
del dragón negro. Después de una lucha difícil, los poderes ocultos de Dyamat afloraron
en el cuerpo de Leiyus y se apoderaron de él, transformándolo en un guerrero
vicioso, acabando con sus enemigos en poco tiempo. Luego de esto y para fortuna
del vampiro, Leiyus perdió el sentido y regresó a la normalidad.
Sanhgine y Leiyus caminan por
un sendero solitario. El sol ya ha salido, y puede escucharse el canto de los
pájaros. Mientras ambos caminan, Sanhgine no aparta la vista de Leiyus, quien
parece sentirse mal nuevamente. ¿Qué sucede? –atina a preguntarle el ser de
oscuridad al escudero con suspicacia.
Leiyus –Nada… ya estoy mejor.
De verdad
Sanhgine -¿De verdad te
sientes mejor? –insiste éste-. Ahora mismo no te ves del todo bien.
Leiyus –¡Ya te dije que sí!
–replica, molesto-. Lo único que me molesta es que no tengo idea de cómo
derrotamos a esos dragones.
Sanhgine –Ya veo… -le contesta
después de una breve pausa-. Derá mejor seguir adelante…
Leiyus –¿A dónde nos
dirigimos?