Residencia: desconocido
Guerrero formidable en el combate y portador de la legendaria armadura negra, una de las últimas armas legendarias conocidas. Su padre robó la armadura de Fragar, e intentó usar a su hijo para derrotarlo, pero cuando Blarg se reveló, lo asesinó. De carácter frío y solitario, contrasta con la camaradería de los demás integrantes del grupo, aunque brinda un invaluable apoyo en combate, ya que al lado de Jacs ambos forman un poderoso dúo.
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Capitulo x19
Blarg se
sacrificó voluntariamente para que Jacs pudiera salir de la prisión en la que
Galiax los había confinado a ambos. Al regresar con sus amigos, Jacs se entera
de que sus enemigos tomaron las piedras y se encontraban en una precaria
situación cuando apareció Genval, quien les dio comida y el equipo necesario
para que recuperaran fuerzas para después desaparecer. Ahora el grupo se
adentra en el bosque en busca de la fortaleza de Galiax.
En la fortaleza
de Galiax se respira una gran tensión, pues el ser con apariencia de niño se
pasea nerviosamente de un lado hacia otro de la sala mientras sus súbditos lo
observan. De pronto se detiene a mirarlos de reojo mientras les da la espalda con
su rostro expresando disgusto. –Una vez más, fueron incapaces de cumplir con la
tarea que les encomendé.
Failkaz repone: –Pero,
¡si hemos recuperado las dos piedras restantes! Con todo respeto señor Galiax,
¿cómo puede decir que le hemos fallado?
Galiax hace un
giro brusco hasta quedar cara a cara con ellos. –Lo han conseguido simplemente
porque Doran y Makia aparecieron para ayudarles. Pero, ¿qué habría pasado si
Jacs y Blarg hubiesen estado con ellos? ¡Ustedes no habrían sido capaces de
alcanzar su objetivo!
Makia interviene
en defensa de su amigo: –No es nuestra culpa señor Galiax. ¡Ellos son muy
fuertes! ¡Mucho más de lo que esperábamos!
Galialx la mira
fríamente por su osadía. -¿Te atreves a poner excusas?
Makia retrocede
al ver que la ira de Galiax crece más y más.
Doran –Disculpe
–dice de pronto-, pero ella tiene razón. Cada uno de ellos posee al menos una
esencia mágica que aumenta considerablemente sus poderes. Mientras ellos posean
la esencia de la luz, nos será muy difícil vencerlos. Sí tan sólo considerara
darnos una parte de sus magníficos poderes… entonces no serían rival para
nosotros.
Gailiax aparta la
mirada, meditando en las palabras de Doran a lo que responde después de un
momento: –¿…así que quieren mis poderes? Si eso es lo que desean, eso tendrán.
De su mano
aparece dos brazaletes dorados con los símbolos de la luz y la oscuridad en la
parte externa y el símbolo galáctico en su parte interna que hace flotar hasta
Doran y Makia, quienes los reciben.
Doran –Esto es...
Galiax –Son unos
brazaletes especiales.
Makia –No
entiendo. ¿En qué nos pueden ayudar unos brazaletes como estos cuando ellos
tienen las esencias?
Galiax –Estos brazaletes
son más de lo que aparentan. Fueron creados por ese hombre que me mantuvo
cautivo. En resumen, estos brazaletes absorben, transforman, y acumulan mi
poder haciendo que quien los use pueda usar magia galáctica para aumentar sus
poderes mágicos. Pero deben tomar en cuenta que toman aproximadamente un día
para alcanzar su máxima capacidad, y sus efectos duran solamente quince
minutos.
Doran –Entonces,
¿está diciendo que podremos amplificar nuestros poderes con la magia galáctica
al igual que hizo con ese humano llamado Blarg?
Galiax –Eso es
correcto
Failkaz –Un momento.
¡¿Qué hay para nosotros?!
Galiax – Descuiden.
Usaré mis poderes para impedir que ellos puedan invocar a las criaturas que
viven en las esencias. Por lo demás, Doran y Makia se harán cargo. Ellos son la
cabeza del grupo y por ende deben ser quienes lleven los brazaletes. El resto
de ustedes arreglárselas con sus propios recursos para llevar a cabo su misión.
Merlun –Pero ¡eso
no es justo señor Galiax!
Galiax –Esos son
los únicos brazaletes que construyó ese viejo. Lo lamento.
Failkaz –Debe
haber algo más que pueda darnos.
Galiax – ¡No voy
a discutirlo más! –dice tajantemente-. Regresen a sus puestos a la espera de
órdenes.
Doran y Makia
desaparecen al instante, pero Failkaz y los demás tardar un poco en asimilar la
orden; finalmente se retiran resignados.
Al mismo tiempo,
en lo profundo del bosque, el equipo de Jacs camina por entre la maleza que parece volverse más y más
densa conforme avanzan. En cierto momento, el camino se vuelve intransitable,
por lo que Jacs y Valtron usan sus espadas para cortar los árboles de su
camino.
Kira –Este bosque
es imposible de atravesar. –se queja por el lento avance.
Xolfia parece más
preocupada en otras cosas que en el difícil camino: “La tierra está muriendo conforme pasan los días” –piensa-. “Me pregunto qué será de nosotros…”
Jacs adivina los
pensamientos sus pensamientos y se acerca para confortarla: –No te preocupes
Xolfia, te prometo que venceremos a Galiax. Jamás he roto una promesa.
En principio
Xolfia se asombra por su reacción, pero luego acepta sus palabras asintiendo
con la cabeza más tranquila. La reacción de Xolfia le hace sonrojarse, pero
antes de que pueda decir una palabra Kira lo arrastra jalándolo de una de las
orejas y lo lleva al frente. -¿Qué crees que estás haciendo? ¡Estos árboles no
se van a derribar solos!
Una discreta risa
escapa de la boca de Xolfia mientras los ve alejarse. Entonces Valtron se le
acerca.
Valtron –Ya te
acostumbrarás a esos dos. Esa es la forma de ellos para olvidarse de sus
problemas. –le confiesa.
De prono, unas
siluetas aparecen de la nada y los rodean. Jacs inmediatamente saca su espada y
adquiere una actitud protectora.
Kira -¿Qué pasa?
Jacs –Parece que
por fin se han aparecido para darnos la bienvenida…
En ese instante
aparecen los aliados de Galiax ante ellos.
Doran –Estás en
lo cierto, Jacs.
Makia –…nos
volvemos a ver las caras.
Droan – ¡Qué
lástima! –añade con expresión burlona-. Parece que tu amigo Blarg no está con
ustedes esta vez.
Jacs actúa con
ira ante la provocación de Doran. -¡Él no sacrificó su vida en vano, y ustedes
pagarán por ello!
Doran –Tranquilo,
chico. No hay razón para pelear... al menos por ahora.
Kira -¿Qué
quieres decir con eso?
Merlun –Hemos
venido a facilitarles el camino. En otras palabras, venimos a mostrarles el camino
que conduce hacia la fortaleza secreta de Galiax.
Valtron –No me
digan. –Dice con ironía-. Y, ¿a qué se debe tanta amabilidad de parte de
ustedes? ¡Acaso nos toman por tontos!
Failkaz –Ahora
verán que hablamos muy en serio. ¡Asrot!
De inmediato Asrot
emplea sus poderes para teletransportarlos uno por huno separándolos de sus
compañeros y enviándolos a distintas partes del boque antes de que ellos puedan
hacer algo para evitarlo.
Makia ríe. –Ahora
que están separados, tendremos más probabilidades de vencerlos uno por uno.
Failkaz, Merlun y
Asrot se separan en diferentes direcciones para ir a encontrarse con sus
enemigos, pero Doran y Makia permanecen un tiempo más en ese lugar.
Doran –Perfecto.
Con los brazaletes y sin la ayuda de Blarg, Jacs no tiene oportunidad contra
nosotros dos. Cuando acabemos con él, es cuestión de tiempo para que sus otros
amigos caigan como moscas.
Makia –… y lo
mejor de todo es que mientras Failkaz y los demás pelean con esos idiotas,
nosotros tendremos la oportunidad de quitarles sus esencias una vez los hayan
vencido.
Doran –Con el
poder que Galiax nos ha dado y las esencias mágicas, tendremos el poder
suficiente para acabar con ese niño y quedarnos con su esencia cósmica.
Makia se acerca a
Doran por detrás y lo abraza, hablándole al oído: –Aunque alguno de ellos
sobreviva, tú y yo seremos capaces de acabar con ellos.
Doran sonríe
complacido al saborear por adelantado su victoria. –¡No hay forma de que
podamos perder!
Makia –Al final,
nosotros dos seremos los verdaderos vencedores.
Dicho esto, ambos
desaparecen en el aire para dirigirse al encuentro de Jacs.
Valtron se
encuentra de pronto sólo en el bosque. –Pero, ¿dónde estoy? –el silencio del
bosque es absoluto- Hola, ¿hay alguien allí? –pregunta en voz alta sin obtener
respuesta más que el eco de su propia voz.
Entonces nota que
cerca de ahí, en medio de la nada hay un pequeño sendero marcado que se adentra
en los árboles. Valron decide averiguar hacia dónde conduce. En cuestión de
minutos, el pequeño sendero lo lleva a las puertas de una gran muralla, cuyas
puertas parecen fundirse con el cielo.
-…así que por fin
llegaste, Valtron –le dice una voz detrás de él.
Una gran bola de
fuego pasa a centímetros de su cara a gran velocidad. Al voltear atrás descubre
a Failkaz, quien lo estaba esperando con una bola de fuego en la mano y una
sonrisa malvada. –Antes de que pienses siquiera en enfrentar a Galiax, tendrás
que vértelas conmigo, Valtron.
Valtron permanece
tranquilo. –Déjate de juegos. No tengo
tiempo para perder contigo.
Failkaz -Lo lamento, pero este es nuestro juego, y
tendrás que seguir nuestras reglas. Detrás de esta puerta se encuentra el
camino hacia la fortaleza de Galiax. Si logras vencerme, podrás ir hasta donde
se encuentran tus amigos, pero si no... Éste lugar se convertirá en tu tumba.
Valtorn se cruza
de brazos. –No le temo a un pobre diablo como tú, ¡adelante! Madre de toda
cosa viviente...
Failkaz observa a Valtron hacer la invocación suprema de tierra sin
siquiera intentar detenerle, pero antes de que pueda terminar la invocación,
éste lanza una esfera de energía pura al aire que al instante se expande
cubriéndolos a ambos hasta formar un domo. De inmediato, el símbolo de tierra
hecho de energía necesario para la invocación se desvanece. -¿Por qué? ¡¿Por qué no funciona la invocación?!
Failkaz suelta
una carcajada – ¿Acaso no te lo mencione antes? Dentro de esta barrera no
podrás hacer ninguna invocación, y tampoco podrás huir. Al igual que tus
amigos, este campo de energía fue hecho por Galiax, y la única manera de salir
de aquí es matándome. Si ganas, podrás reunirte con tus amigos, pero si yo
gano, seré yo quien apoye a mis colegas.
Valtron –Veo que
tienes que recurrir a trucos como estos para poder ganarme.
Failkaz – ¡Yo no
peleo por honor, sino por la victoria! ¡Que empiece el combate!
Cubriendo su
cuerpo con llamas, Failkas se prepara para atacar a Valtron, quien saca su
espada, listo para la batalla.
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