La muerte de un caballero
Con la esperanza de encontrar
la perla blanca del dragón, Dine tuvo que adentrarse sola a las entrañas del
laberinto subterráneo que se encontraba debajo del árbol de la vida mientras el
resto de sus amigos enfrentaban una crisis cunado un ejército de dragones
resucitados atacó el reino de Leivan.
Tras escuchar aquella voz
desconocida, Dine intenta ocultar la perla que sostiene entre manos detrás de
sus espaldas mientras se vuelve rápidamente. -¡Quién eres! –le exige a la mujer
que ha aparecido repentinamente al frente suyo.
En respuesta, la desconocida
le sonríe: -Eso no es de tu incumbencia, niña… Entrégame la perla ahora mismo,
y quizás te perdone la vida.
Pasados unos momentos en los
que analiza la forma de vestir, así como la mirada fría de aquella mujer, Dine
no tarda en saber que se trata de un enemigo. –Eres… eres de los seguidores de
Volgia, ¿no es así? –pregunta con timidez.
Delta –Y si lo soy, ¿qué harás
al respecto…? Te aconsejo que hagas lo que digo y me entregues esa perla si no
quieres acabar muerta en un lugar tan oscuro como este, linda –le advierte.
Dine -¡Jamás te la entregaría!
–asegura enfáticamente dando un paso hacia atrás.
Delta entonces vuelve a sonreírle
perversamente. –Muy bien, como quieras…
Antes de que pueda darse
cuenta, Delta se mueve hacia la dragona a extrema velocidad y la golpea con
fuerza en el pecho, lo que provoca que Dine suelte la perla de entre su mano a
la vez que cae de rodillas al suelo.