Tras haber vencido a tres de los cinco guerreros de Galiax, Jacs ahora se enfrenta a una difícil batalla en la que deberá solo en contra de Doran y Makia, que han unido fuerzas con el propósito de aniquilarlo.
Jacs encanta su espada con el poder de la luz y se prepara tanto física como mentalmente para el combate.
Entre tanto, Doran lo observa sin el menor asomo de preocupación. –Ya hemos peleado antes. Deberías saber que Makia y yo poseemos poderes similares a los tuyos. Si nos enfrentas a los dos al mismo tiempo, no habrá manera de que puedas vencernos.
Makia –Claro que…. podríamos perdonarte la vida si nos entregas la esencia de la luz y tus amigos hacen lo mismo. –le asegura con una sonrisa.
Kira corre hacia la barrera y le grita a su amigo: -¡Jacs!, ten mucho cuidado. En ese lugar no podrás usar la invocación suprema.
Jacs voltea a verla, intrigado. -¡Qué dices!... no contaba con eso. Parece ser que esta pelea será mucho más difícil de lo que pensaba.
Doran –Las cartas juegan a nuestro favor. Teníamos una sorpresa preparada por si las cosas se ponían difíciles, pero creo que nos guardaremos esa carta para cuando realmente la necesitemos.
Makia –Déjamelo a mí primero. Quiero jugar un poco con él antes de matarlo.
Doran –No Makia, debemos hacerlo juntos. No podemos ser tan confiados. Aunque tenemos la ventaja, no debemos subestimarlo.
Makia –No te preocupes. Sin sus invocaciones, no podrá hacerme nada.
Después de una breve pausa, Doran accede. –Está bien, pero ten cuidado.
Makia entonces se lanza a toda velocidad hacia Jacs atacándolo con energía oscura que él desvía con su espada cargada de energía. Cuando la tiene suficientemente cerca, Jacs intenta atacarla con su arma, pero sólo logra cortar el aire. Makia hace una breve pausa en su ataque creyendo que tiene la situación bajo control, pero un punzante dolor le advierte que la espada logró hacerle un rasguño en el brazo.
Doran -¡Makia!
Makai –Descuida –le asegura cubriéndose la herida con la mano-, estoy bien.
Doran – ¡Qué tonta eres! Basta de juegos y terminemos con él de una vez.
Makia –Está bien. Es hora de enseriarse.
La tensión de Jacs crece al ver que ambos están por atacar a la vez y analiza la situación: “Si logro dejar fuera de combate a alguno de los dos lo más rápido posible, podría tener una mínima oportunidad de ganar”.
Antes de que pueda reaccionar, sus enemigos se separan para atacarlo por diferentes flancos. Jacs entonces intenta enfrentarlos uno por uno, pero cada vez que intenta atacar a alguno de los dos el otro aparece para defenderlo.
Jacs -¡LANZA DORADA!
El hechizo de Jacs va directamente hacia Makia, pero en el último momento es protegida por Doran con un hechizo defensivo. Entonces los dos contraatacan uniendo sus fuerzas. -¡CLAROSCURO!
Jacs se ve obligado a escapar de la explosión, pues esta resulta tan poderosa que le es imposible desviarla o bloquearla con su magia.
Doran –Esto se está poniendo aburrido, ¿no lo crees? Peleando los dos juntos apenas puede defenderse.
Jacs respira agitadamente. –No deberían confiarse tanto, o podrían arrepentirse más adelante.
Makia – ¿Y qué piensas hacer?
Jacs -¡Esto!
Moviéndose a máxima velocidad, Jacs da un gran salto posicionándose en medio de ellos y los ataca con su espada. Doran y Makia se separan en el acto y ella aprovecha la cercanía para lanzar un hechizo que Jacs es incapaz de evitar.
Makia -¡DAGAS SANGRIENTAS!
A pesar de que Jacs logra esquivar la primera ráfaga, varias de ellas logran herirlo superficialmente. Aunque Jacs no parece darle mucha importancia al asunto, Kira reacciona asustada.
Kira –No puede ser ¡Tenemos que encontrar la forma de entras y ayudarle lo antes posible!
Xolfia -¡Lo ha tocado una daga! Ahora sí estás muerto, chico.
Valtron -¿Qué sucede Kira? Apenas lo ha rozado esa cosa. Jacs ha sobrevivido a cosas peores.
Kira – ¡No entiendes! Ese ataque no es mortal en sí. Todas las heridas causadas por las DAGAS SANGRIENTAS no se cerrarán, y su sangre continuará fluyendo hasta que la víctima de ese encantamiento muera irremediablemente.
Makia –No te preocupes, niña. Nosotros nos encargaremos de tomar su vida antes de que pueda suceder eso.
Jacs observa sus heridas que en efecto, comienzan a sangrar e intenta tranquilizar a sus amigos: –Descuiden, ¡No dejaré que una pequeña herida como esta sea mi sentencia de muerte!
Makia -¿Acaso no has oído lo que ha dicho tu amiga? No importa lo que hagas, esas cortadura serán tu fin, incluso si lograras vencernos.
Jacs muestra una sonrisa de confianza sin asomo de miedo. – ¡No si conozco la cura! –le contesta llevando su mano hacia la herida e inmediato aplica magia de luz en ella. En cuestión de segundos sus heridas se cierran y la sangre deja de fluir.
Doran – ¡No pensé que supiera usar magia de luz curativa! –exclama impresionado.
Jacs –Fue gracias al anciano Genval. Él fue quien me enseñó a usar la magia de la luz. Quizá no pueda usar la invocación suprema con ustedes, pero todavía puedo usar el regalo que él me dio el día en el que enfrenté a Fragar.
Makia -¡Cómo dijo!
Jacs les muestra entonces sus brazaletes dorados –Así es: Estos brazaletes son capaces de amplificar mis poderes de luz artificialmente, y una vez que libere el sello, seré más fuerte todavía.
Las palabras de Jacs irritan a Doran. –¡Con que crees que somos unos debiluchos como para ganarnos tan fácilmente!, ¿eh? ¡Makia!, ¡prepárate”!
Tanto Doran y Makia se separan en direcciones opuestas y se preparan el segundo asalto.
Makia -¡TORNADO NEGRO!
Doran -¡AUREOLA DE LUZ!
Incapaz de esquivar los dos hechizos al mismo tiempo, Jacs se ve obligado a resistir detrás de una barrera de luz la cual cede ante los poderosos ataques de sus contrincantes. Jacs es lanzado con fuerza, y cuando se levanta descubre a Doran y a Makia preparando su ataque más fuerte. -¡CLAROSUCRO!
Jacs intenta desesperadamente hacerse a un lado, pero la explosión es tan grande que queda atrapado en ella resultando seriamente lastimado. Jacs cae de cabeza semiconsciente junto con su espada, que pierde en ese momento el encantamiento puesto en ella. El golpe es tan devastador que la banda de su cabeza se rompe, dejando caer su largo cabello sobre el rostro.
De inmediato intenta ponerse de pie, pero está tan aturdido que no lo logra al primer intento.
Kira golpea la barrera con su puño llena de desesperación al ver la escena. -No, ¡Jacs!
Fuera de sí, ataca la barrera desde fuera con hechizos de agua, pero todos sus esfuerzos son en vano, pues ésta parece absorberlos sin causarle el menor daño.
Valtron – ¡Basta Kira! –la detiene-. No vale la pena que malgastes tu energía así. ¡No conseguirás romperla con tus poderes!
Xolfia –Pero, no podemos quedarnos de brazos cursados mientras Jacs pelea contra esos dos –interviene, tan consternada como su amiga.
Valtron –Debemos confiar en que él los vencerá, es todo lo que podemos hacer desde nuestra posición.
Kira –Es muy fácil para ti decirlo Valtron, pero no te he visto intentar hacer nada por Jacs. Podrías usar tu magia de tierra para ayudarle, o abrir un camino subterráneo para que podamos entrar.
Valtron – ¡Sabes que funcionaría! La barrera que los protege atraviesa incluso por debajo de la tierra.
Kira logra contenerse y mira nuevamente al interior de la barrera, en donde Jacs ha logrado levantarse trabajosamente. –Jacs…
Doran –Parece que sin el poder extra que les concedían las invocaciones sólo son basura. Debo admitir que me esperaba una batalla más interesante.
De pronto se escucha un estruendo. Al alzar la vista contemplan cómo una especie de meteorito golpea la barrera con tal fuerza que ésta se estremece. El objeto logra traspasarla, cayendo justo en el centro del campo de batalla, entre Jacs y sus enemigos. Desde el lugar del impacto se percibe una sombra que toma la forma de una persona. Los destellos de la armadura que porta así como su cabello negro al aire revelan su identidad.
Jacs -¡Blarg! –exclama, todavía tendido en el suelo.
Blarg –Así es Jacs. ¿Te importa si me uno a la fiesta?
Doran –Pero, ¡cómo es que estás vivo! ¡Cómo pudiste entrar aquí!
Blarg entonces camina hacia él y se pone a la par de Jacs mientras encara a sus enemigos. –Solamente usé la energía restante que tu estúpido jefe me dio para abrirme paso por esa barrera. En realidad no fue muy inteligente de su parte confiar en mí en primer lugar.
Jacs –Creí que habías sacrificado tu vida para que yo pudiera salir.
Blarg –Eso mismo pensé yo también, pero aparentemente el poder que usé para que pudieras escapar también me lanzó fuera de ese sitio. De todos modos el poder que me concedió ese niño era sólo temporal, por lo que mis poderes han regresado a la normalidad, ¡pero son más que suficientes para acabar con esta escoria!
Makia -¿Qué vamos a hacer ahora? –le pregunta a Doran en sin que este le conteste
Blarg –Bien, ¡basta de tanta platica! Es hora de acabar con estas dos molestias.
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