Residencia: desconocido
Guerrero formidable en el combate y portador de la legendaria armadura negra, una de las últimas armas legendarias conocidas. Su padre robó la armadura de Fragar, e intentó usar a su hijo para derrotarlo, pero cuando Blarg se reveló, lo asesinó. De carácter frío y solitario, contrasta con la camaradería de los demás integrantes del grupo, aunque brinda un invaluable apoyo en combate, ya que al lado de Jacs ambos forman un poderoso dúo.
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Capitulo x21
Jacs y sus amigos
fueron separados para luchar contra los sirvientes de Galiax. Tras la primera
pelea, Valtron se ha coronado con la primera victoria que casi le cuesta la
vida. Ahora le toca el turno a Xolfia, la amable, pero poderosa sacerdotisa.
Xolfia recorre
temerosa el oscuro camino que se abre en medio del bosque. Sus ropas están
empapadas por la incesante llovizna que cae sobre ella. De repente el camino
parece desvanecerse frente a sus ojos; al mirar atrás ocurre lo mismo. Pronto
se ve atrapada en lo que parece una distorsión de la realidad mientras los
árboles a su alrededor se esfuman alrededor suyo. Pronto se encuentra a sí
misma en otra dimensión, donde el cielo es oscuro y pueden verse nubes de
colores con distintos matices.
Xolfia -¿Dónde estoy? –se pregunta confundida
y a la vez asustada por el repentino cambio.
Con ayuda de su bastón trata de usar su magia
para orientarse, pero en medio de la tarea siente una presencia maligna que la
observa: -¿Quién está allí? ¡Sal de inmediato de tu escondite! -ordena.
Asrot aparece de la nada para darle la
bienvenida: -Bienvenida a mis dominios, Xolfia. Te lo explicaré brevemente:
Galiax ha enviado a cada uno de nosotros a exterminarlos personalmente. Por lo
tanto, yo seré tu oponente. Aquél que resulte victorioso, podrá salir de este
lugar, mientras que el otro encarará su propia muerte.
Xolfia da un paso atrás. –Pero, yo no tengo
deseos de pelear contigo. No soy una persona fuerte ¿Por qué querría algo así?
Asrot –No tienes opción. Tu alianza con
nuestros enemigos te convierte también en mi enemiga. Mi misión es acabar con ellos
y con cualquiera que les ayude. A pesar de ser el más fuerte después de Doran y
Makia, yo soy diferente a mis colegas. Odio la violencia, así que si no te
resistes te proporcionare una muerte placentera y sin dolor.
Xolfia –No… ¡no puedo aceptarlo!
Asrot –Entonces no tienes otra opción que
vencerme. ¡COLISIÓN NEURAL!
Xolfia se protege instintivamente del ataque
con una barrera de luz –Aunque sea una pacifista, no pienso dejarme morir de
esta manera. –amenaza intentando demostrar valentía a pesar del temblor de sus
palabras.
Asrot – ¡ENERGIA ESPIRITUAL!
Aunque Xolfia logra evitar el ataque, Asrot
desaparece de su vista para instantes después reaparecer detrás de ella
repitiendo el ataque. Esta vez el hechizo la alcana por la espalda, dejándola
incosnciente.
Asrot victorioso –Eso fue muy fácil. Ahora,
debo de prepararme para unirme a los demás y derrotar al resto.
Por unos momentos la victoria parece ser de
Asrot, quien se aleja de su adversario caído unos pasos, de pronto, Xolfia logra
despertar y levantarse en poco tiempo. –E… espera, por favor.
Asrot la mira fríamente mientras se levanta.
Xolfia –Como individuo, quizás sea una
persona muy débil, pero incluso siendo así, estoy dispuesta a ayudar a mis
compañeros de viaje que han depositado su confianza en mi. ¡Es por eso que no
me dejaré vencer!
Asrot –Tengo curiosidad por saber el motivo
por el cual quieres ayudar a tus compañeros. Después de todo, no hay mucha
diferencia entre tú y yo. Ambos somos como piezas de reloj que podemos ser
reemplazadas. Lo único que importa es la individualidad de uno; la
supervivencia.
Xolfia –No es verdad. Cada uno de mis
compañeros es único e indispensable, porque cada vida es única e irrepetible.
Asrot se da vuelta para quedar frente a ella.
–¡Tonterías! Todos somos reemplazables en algún grado. Solamente con tu muerte
serás capaz de darte cuenta de ello. ¡LUCES DEL MÁS ALLÁ!
Xolfia – ¡CELESTIUS!
Ampos poderes colindan con violencia, pero el
hechizo de Xolfia es tan fuerte que arrasa con el poder de Asrot, que en último
momento debe desplegar un escudo de magia psíquica para protegerse.
Asrot –Veo que estás comenzando a mostrar tus
verdaderos poderes. Es hora de que luchemos en serio. ¡RUGIDO DE LEÓN!
Con ayuda de sus poderes Asrot convoca a un
león hecho de energía eléctrica y espiritual, que ataca a Xolfia a quien casi
logra atrapar con las mandíbulas, pero ella logra moverse a tiempo. En el
forcejeo, Xolfia no se da cuenta que suelta accidentalmente su bastón, que es
recogido por Asrot haciéndolo levitar hasta sus manos.
Xolfia -¿Por qué haces esto?, ¿cuál es tu
propósito al querer matarme?
Asrot -¿En realidad quieres saberlo? No me
interesan en lo más mínimo las intenciones de Galiax, ni lo que les ocurra a
Doran, Makia y a los demás. Mi única intención al unirme a ellos es obtener el
poder que Galiax puede proporcionarme si cumplo sus mandatos.
Xolfia – ¿Es que acaso no te preocupas por
que tus amigos puedan morir?
Asrot –Ellos no son mis amigos. Simplemente
somos una agrupación con un solo objetivo en común. No creas que soy el único
que desea el poder de Galiax. Failakz, Doran y el resto desean tanto como yo
obtener el poder de la magia galáctica de Galiax, y están en espera de una
oportunidad para hacerse con ella. Te aseguro que a la primera oportunidad
cualquiera de nosotros los traicionaría y terminaría por acabar con el resto de
nosotros. Es por eso que quiero las esencias que ustedes poseen, así como las
piedras del legado del cielo. Con ellas podré cumplir mi objetivo.
Los ojos de Xolfia se humedecen al escuchar
su confesión: –…qué vida más triste debes llevar pensando solamente en ti
mismo. En el fondo, no es tu culpa que pienses de esa manera.
Asrot – Tu compasión no es requerida.
Xolfia –Por favor. ¡Detente! Quiero ayudarte.
Sin hacer caso de sus súplicas, Asrot envía
nuevamente al león a atacarla, pero esta vez, en vez de escapar, Xolfia soporta
de pie las embestidas de la bestia en medio de atroces descargas de
electricidad cada vez que ésta la alcanza.
Después de un ataque en el que deja malherida
a Xolfia, el animal hace una pausa al notar que su presa apenas logra
mantenerse en pie. –Escucha: hay mucho más en esta vida que vivir por rencor o
por ansia de poder. Si continúas así, lo más probable es que al final te
arrepientas de lo que has hecho. No tenemos por qué pelear; quiero ayudarte –insiste
Xolfia al tiempo que le extiende la mano en son de paz.
Asrot le lanza una mirada fría y ausente de
toda emoción. -...imposible.
Con la punta de su dedo, Asrot prepara un
conjuro de magia psíquica, pero antes de dañarla se detiene haciendo una
pausa. ¿Sabes? Creo que deberías saberlo
antes de que acabe contigo: Tú eras de la orden del templo de la luz que fue
destruido junto con esa ciudad. ¿Verdad?
La repentina pregunta la desconcierta. –Sí… ¿cómo lo sabes?
Asrot señala el símbolo de la luz que lleva
en su túnica: -Es el mismo símbolo que vi esa noche antes de hacer mi trabajo.
En otras palabras, fui yo quien destruyó el templo de la luz, no Galiax.
Xolfia queda impactada por la noticia.
-¡¿Cómo?!
Asrot –En efecto. Galiax fue quien destruyó
tu ciudad, pero fui yo quien fue enviado a tomar la piedra esa noche, y para
lograr mi objetivo, hice volar el lugar en pedazos.
Los recuerdos de Xolfia de los sacerdotes con
los que vivió como una familia por tanto tiempo afloran y un sentimiento de
dolor la embarga. -¡NOOOO! –grita entre sollozos.
Asrot la mira desmoronarse por dentro por
unos instantes para después terminar el hechizo confinado en su dedo y darle el
golpe final. –Ahora que he destruido tu espíritu de lucha, destruiré tu mente
también.
Antes de que su dedo logre tocarla, ella le
detiene la mano. Entonces, todavía entre sollozos le dice: –Te perdono...
Asrot emplea más fuerza con ella infructuosamente
hasta que retrae su mano. –¡Por qué no funcionó mi hechizo! ¡No entiendo!
Xolfia –Aunque cegaste vidas inocentes con
tus acciones y no te arrepientes de ello, te perdono –prosigue después de una
breve pausa para tomar aliento-. No puedo tenerte rencor después de saber que
nadie se ha preocupado por ti y que la única cosa que te une con tus compañeros
es el egoísmo y el miedo.
Las palabras de Xolfia parecen conmover por
vez primera el inexpresivo rostro de Asrot, que ahora refleja miedo y dolor. -¡Tú
no entiendes!} ¡No necesito tu compasión!
Xolfia se pone de pie. –Si he de morir aquí,
al menos intentaré purificar tu alma antes de que me mates.
Gracias a sus poderes de luz, Xolfia logra
crear un aura dorada alrededor suyo que se expande por toda la dimensión.
Asustado, Asrot reanuda su ataque final. -¡CAÑÓN KINÉTICO!
Xolfia -¡LUZ EXCELSA!
De pronto, la dimensión en la que pelean se
ve envuelta por una luz dorada que rompe esa realidad, trayéndolos de regreso
al mundo real. El hechizo de Xolfia es tan fuerte, que el ataque de Asrot se
desintegra en un instante. Poco a poco el resplandor se expande dentro de la
barrera mágica hasta extinguirse gradualmente.
Xolfia recobra el conocimiento en medio de un
silencio sepulcral. Al intentar levantarse, siente algo en el vientre y al
mirar nota que la mano de Asrot está utilizando una especie de magia sobre
ella.
Al principio ella reacciona asustada, pero su
angustia desiste al sentir una energía cálida fluyendo de su mano.
Xolfia -¡Asrot!, ¿qué estás?
Para su sorpresa, él la mira por primera vez
con una sonrisa en el rostro. –Por fin comprendí lo que me dijiste, Xolfia –dice
con voz muy tenue, casi murmurando-, nunca había conocido a una persona como
tú. No fue sino hasta el último momento cuando me di cuenta que no intentabas
atacarme, entonces comprendí que querías salvarme de mí mismo, así que ahora te
devuelvo el favor.
Tras pronunciar estas palabras, el cuerpo de
Asrot pierde todas sus energías y cae al piso, a un lado de ella. Xolfia toma
su cabeza entre sus mano con lágrimas en los ojos. -¡Aguanta! Te recuperaré con
mi magia.
Asrot –Ya es muy tarde... utilicé toda mi
energía para evitar que murieras, y si empleas tu magia ahora en mi, te aguardará
una muerte segura.
Xolfia –Pero, ¡pero tengo que ayudarte de
alguna manera!
Asrot –Ya lo hiciste Xolfia... si realmente quieres
hacer algo por mi, reúnete con tus amigos y evita que se maten los unos a los
otros. Si lo haces, quizás podrán unir fuerzas y acabar con Galiax…
Xolfia -No te dejaré morir, ¡No ahora!
Con sus últimas fuerzas, Asrot alza su mano
derecha y se arranca de la frente su tercer ojo, dejando unos filamentos que lo
unían a su cuerpo. Después de eso cierra sus ojos y deja de moverse.
Xolfia lo deposita delicadamente en el suelo
y luego se pone de pie. La lluvia ha vuelto a empaparla sin que ella siquiera
lo hubiese notado al haberse desvanecido la barrera. Entonces emprende la
marcha resuelta a continuar su camino. En su camino recoge su bastón mágico y
se marcha.
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