15 agosto, 2021

Signos Etéreos, Tercer Tomo: Capítulo 21

Bienvenidos a un nuevo capítulo de Signos Etéreos. En esta ocasión, Xolfia deberá enfrentarse en batalla por primera vez a uno de los enemigos y aliado de Galiax. ¿Podrá la pacifista hechicera hacer frente a este nuevo reto? ¡Descuúbrelo en el capítulo No. 21 de Signos Etéreos!


Nombre: Jacs Rengard
Residencia: Pueblo Sunabi

Jacs es un joven que fue criado por su madre y por sus abuelos en una granja en las afueras del pueblo Sunabi, situado a las orillas del bosque gris, por lo que se le considera uno de los asentamientos humanos más remotos. Aprendió el arte del combate con espada de su abuelo, quien desde pequeño tomó el papel de su padre después de que éste muriera repentinamente. Las razones de su muerte nunca le fueron revelta años después.

A la edad de 17 años su abuelo también muere en extrañas circunstancias por un asesino misterioso, lo que lo hace emprender un viaje para vengar la muerte de su querido abuelo. Es así como empieza su aventura…



Nombre: Kira Lenndraken

Residencia: Ciudad Paragon

Criada en el seno de una familia de hechiceros respetables de clase alta, aprendió desde muy temprana edad a usar la magia gracias a un riguroso entrenamiento para estar a la altura de las expectativas de su padre, quien antes de que ella y sus hermanas nacieran ansió tener un hijo varón que siguiera sus pasos para formar parte del consejo mundial de hechiceros.

Fuera de su carácter impaciente y temperamental, es una disciplinada estudiosa de la magia. A pesar de dominar y conocer muchos tipos de magias se especializa en magia de agua, a la que ha dominado a la perfección. 



Nombre: Valtron Molvus
Residencia: desconocida

Caza recompensas errante de pasado misterioso. Conoció a Jacs y a Kira luego de que Fragar lo contratase para matarlos, aunque durante la búsqueda de las esencias se unió al grupo renunciando así a Fragar, para luchar en su contra.

Es un personaje balanceado que emplea la espada y hechizos en combate a costa de no tener ninguna especialización.





Nombre: Xolfia Deltariz
Residencia: El templo de la luz

Huérfana de pequeña, fue acogida por los sabios del templo de la luz. A una muy corta edad fue instruida en el uso de magias espirituales y psíquicas. Posteriormente aprendió los secretos de la magia de la luz y con ellos partió en lo que sería su primer viaje como misionera para convertirse en sacerdotisa.



Nombre:  Blarg Bandak

Residencia: desconocido

Guerrero formidable en el combate y portador de la legendaria armadura negra, una de las últimas armas legendarias conocidas. Su padre robó la armadura de Fragar, e intentó usar a su hijo para derrotarlo, pero cuando Blarg se reveló, lo asesinó. De carácter frío y solitario, contrasta con la camaradería de los demás integrantes del grupo, aunque brinda un invaluable apoyo en combate, ya que al lado de Jacs ambos forman un poderoso dúo.




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Capitulo x21


Jacs y sus amigos fueron separados para luchar contra los sirvientes de Galiax. Tras la primera pelea, Valtron se ha coronado con la primera victoria que casi le cuesta la vida. Ahora le toca el turno a Xolfia, la amable, pero poderosa sacerdotisa.
 
Xolfia recorre temerosa el oscuro camino que se abre en medio del bosque. Sus ropas están empapadas por la incesante llovizna que cae sobre ella. De repente el camino parece desvanecerse frente a sus ojos; al mirar atrás ocurre lo mismo. Pronto se ve atrapada en lo que parece una distorsión de la realidad mientras los árboles a su alrededor se esfuman alrededor suyo. Pronto se encuentra a sí misma en otra dimensión, donde el cielo es oscuro y pueden verse nubes de colores con distintos matices.
 
Xolfia -¿Dónde estoy? –se pregunta confundida y a la vez asustada por el repentino cambio.
 
Con ayuda de su bastón trata de usar su magia para orientarse, pero en medio de la tarea siente una presencia maligna que la observa: -¿Quién está allí? ¡Sal de inmediato de tu escondite!  -ordena.
 
Asrot aparece de la nada para darle la bienvenida: -Bienvenida a mis dominios, Xolfia. Te lo explicaré brevemente: Galiax ha enviado a cada uno de nosotros a exterminarlos personalmente. Por lo tanto, yo seré tu oponente. Aquél que resulte victorioso, podrá salir de este lugar, mientras que el otro encarará su propia muerte.
 
Xolfia da un paso atrás. –Pero, yo no tengo deseos de pelear contigo. No soy una persona fuerte ¿Por qué querría algo así?
 
Asrot –No tienes opción. Tu alianza con nuestros enemigos te convierte también en mi enemiga. Mi misión es acabar con ellos y con cualquiera que les ayude. A pesar de ser el más fuerte después de Doran y Makia, yo soy diferente a mis colegas. Odio la violencia, así que si no te resistes te proporcionare una muerte placentera y sin dolor.
 
Xolfia –No… ¡no puedo aceptarlo!
 
Asrot –Entonces no tienes otra opción que vencerme. ¡COLISIÓN NEURAL!
 
Xolfia se protege instintivamente del ataque con una barrera de luz –Aunque sea una pacifista, no pienso dejarme morir de esta manera. –amenaza intentando demostrar valentía a pesar del temblor de sus palabras.
 
Asrot – ¡ENERGIA ESPIRITUAL!
 
Aunque Xolfia logra evitar el ataque, Asrot desaparece de su vista para instantes después reaparecer detrás de ella repitiendo el ataque. Esta vez el hechizo la alcana por la espalda, dejándola incosnciente.
 
Asrot victorioso –Eso fue muy fácil. Ahora, debo de prepararme para unirme a los demás y derrotar al resto.
 
Por unos momentos la victoria parece ser de Asrot, quien se aleja de su adversario caído unos pasos, de pronto, Xolfia logra despertar y levantarse en poco tiempo. –E… espera, por favor.
 
Asrot la mira fríamente mientras se levanta.
 
Xolfia –Como individuo, quizás sea una persona muy débil, pero incluso siendo así, estoy dispuesta a ayudar a mis compañeros de viaje que han depositado su confianza en mi. ¡Es por eso que no me dejaré vencer!
 
Asrot –Tengo curiosidad por saber el motivo por el cual quieres ayudar a tus compañeros. Después de todo, no hay mucha diferencia entre tú y yo. Ambos somos como piezas de reloj que podemos ser reemplazadas. Lo único que importa es la individualidad de uno; la supervivencia.
 
Xolfia –No es verdad. Cada uno de mis compañeros es único e indispensable, porque cada vida es única e irrepetible.
 
Asrot se da vuelta para quedar frente a ella. –¡Tonterías! Todos somos reemplazables en algún grado. Solamente con tu muerte serás capaz de darte cuenta de ello. ¡LUCES DEL MÁS ALLÁ!
 
Xolfia – ¡CELESTIUS!
 
Ampos poderes colindan con violencia, pero el hechizo de Xolfia es tan fuerte que arrasa con el poder de Asrot, que en último momento debe desplegar un escudo de magia psíquica para protegerse.
 
Asrot –Veo que estás comenzando a mostrar tus verdaderos poderes. Es hora de que luchemos en serio. ¡RUGIDO DE LEÓN!
 
Con ayuda de sus poderes Asrot convoca a un león hecho de energía eléctrica y espiritual, que ataca a Xolfia a quien casi logra atrapar con las mandíbulas, pero ella logra moverse a tiempo. En el forcejeo, Xolfia no se da cuenta que suelta accidentalmente su bastón, que es recogido por Asrot haciéndolo levitar hasta sus manos.
 
Xolfia -¿Por qué haces esto?, ¿cuál es tu propósito al querer matarme?
 
Asrot -¿En realidad quieres saberlo? No me interesan en lo más mínimo las intenciones de Galiax, ni lo que les ocurra a Doran, Makia y a los demás. Mi única intención al unirme a ellos es obtener el poder que Galiax puede proporcionarme si cumplo sus mandatos.
 
Xolfia – ¿Es que acaso no te preocupas por que tus amigos puedan morir?
 
Asrot –Ellos no son mis amigos. Simplemente somos una agrupación con un solo objetivo en común. No creas que soy el único que desea el poder de Galiax. Failakz, Doran y el resto desean tanto como yo obtener el poder de la magia galáctica de Galiax, y están en espera de una oportunidad para hacerse con ella. Te aseguro que a la primera oportunidad cualquiera de nosotros los traicionaría y terminaría por acabar con el resto de nosotros. Es por eso que quiero las esencias que ustedes poseen, así como las piedras del legado del cielo. Con ellas podré cumplir mi objetivo.
 
Los ojos de Xolfia se humedecen al escuchar su confesión: –…qué vida más triste debes llevar pensando solamente en ti mismo. En el fondo, no es tu culpa que pienses de esa manera.
 
Asrot – Tu compasión no es requerida.
 
Xolfia –Por favor. ¡Detente! Quiero ayudarte.
 
Sin hacer caso de sus súplicas, Asrot envía nuevamente al león a atacarla, pero esta vez, en vez de escapar, Xolfia soporta de pie las embestidas de la bestia en medio de atroces descargas de electricidad cada vez que ésta la alcanza.
 
Después de un ataque en el que deja malherida a Xolfia, el animal hace una pausa al notar que su presa apenas logra mantenerse en pie. –Escucha: hay mucho más en esta vida que vivir por rencor o por ansia de poder. Si continúas así, lo más probable es que al final te arrepientas de lo que has hecho. No tenemos por qué pelear; quiero ayudarte –insiste Xolfia al tiempo que le extiende la mano en son de paz.
 
Asrot le lanza una mirada fría y ausente de toda emoción. -...imposible.
 
Con la punta de su dedo, Asrot prepara un conjuro de magia psíquica, pero antes de dañarla se detiene haciendo una pausa.  ¿Sabes? Creo que deberías saberlo antes de que acabe contigo: Tú eras de la orden del templo de la luz que fue destruido junto con esa ciudad. ¿Verdad?
La repentina pregunta la desconcierta.  –Sí… ¿cómo lo sabes?
 
Asrot señala el símbolo de la luz que lleva en su túnica: -Es el mismo símbolo que vi esa noche antes de hacer mi trabajo. En otras palabras, fui yo quien destruyó el templo de la luz, no Galiax.
 
Xolfia queda impactada por la noticia. -¡¿Cómo?!
 
Asrot –En efecto. Galiax fue quien destruyó tu ciudad, pero fui yo quien fue enviado a tomar la piedra esa noche, y para lograr mi objetivo, hice volar el lugar en pedazos.
 
Los recuerdos de Xolfia de los sacerdotes con los que vivió como una familia por tanto tiempo afloran y un sentimiento de dolor la embarga. -¡NOOOO! –grita entre sollozos.
 
Asrot la mira desmoronarse por dentro por unos instantes para después terminar el hechizo confinado en su dedo y darle el golpe final. –Ahora que he destruido tu espíritu de lucha, destruiré tu mente también.
 
Antes de que su dedo logre tocarla, ella le detiene la mano. Entonces, todavía entre sollozos le dice: –Te perdono...
 
Asrot emplea más fuerza con ella infructuosamente hasta que retrae su mano. –¡Por qué no funcionó mi hechizo! ¡No entiendo!
 
Xolfia –Aunque cegaste vidas inocentes con tus acciones y no te arrepientes de ello, te perdono –prosigue después de una breve pausa para tomar aliento-. No puedo tenerte rencor después de saber que nadie se ha preocupado por ti y que la única cosa que te une con tus compañeros es el egoísmo y el miedo.
 
Las palabras de Xolfia parecen conmover por vez primera el inexpresivo rostro de Asrot, que ahora refleja miedo y dolor. -¡Tú no entiendes!} ¡No necesito tu compasión!
 
Xolfia se pone de pie. –Si he de morir aquí, al menos intentaré purificar tu alma antes de que me mates.
 
Gracias a sus poderes de luz, Xolfia logra crear un aura dorada alrededor suyo que se expande por toda la dimensión. Asustado, Asrot reanuda su ataque final. -¡CAÑÓN KINÉTICO!
 
Xolfia -¡LUZ EXCELSA!
 
De pronto, la dimensión en la que pelean se ve envuelta por una luz dorada que rompe esa realidad, trayéndolos de regreso al mundo real. El hechizo de Xolfia es tan fuerte, que el ataque de Asrot se desintegra en un instante. Poco a poco el resplandor se expande dentro de la barrera mágica hasta extinguirse gradualmente.
 
Xolfia recobra el conocimiento en medio de un silencio sepulcral. Al intentar levantarse, siente algo en el vientre y al mirar nota que la mano de Asrot está utilizando una especie de magia sobre ella.
 
Al principio ella reacciona asustada, pero su angustia desiste al sentir una energía cálida fluyendo de su mano.
 
Xolfia -¡Asrot!, ¿qué estás?
 
Para su sorpresa, él la mira por primera vez con una sonrisa en el rostro. –Por fin comprendí lo que me dijiste, Xolfia –dice con voz muy tenue, casi murmurando-, nunca había conocido a una persona como tú. No fue sino hasta el último momento cuando me di cuenta que no intentabas atacarme, entonces comprendí que querías salvarme de mí mismo, así que ahora te devuelvo el favor.
 
Tras pronunciar estas palabras, el cuerpo de Asrot pierde todas sus energías y cae al piso, a un lado de ella. Xolfia toma su cabeza entre sus mano con lágrimas en los ojos. -¡Aguanta! Te recuperaré con mi magia.
 
Asrot –Ya es muy tarde... utilicé toda mi energía para evitar que murieras, y si empleas tu magia ahora en mi, te aguardará una muerte segura.
 
Xolfia –Pero, ¡pero tengo que ayudarte de alguna manera!
 
Asrot –Ya lo hiciste Xolfia... si realmente quieres hacer algo por mi, reúnete con tus amigos y evita que se maten los unos a los otros. Si lo haces, quizás podrán unir fuerzas y acabar con Galiax…
 
Xolfia -No te dejaré morir, ¡No ahora!
 
Con sus últimas fuerzas, Asrot alza su mano derecha y se arranca de la frente su tercer ojo, dejando unos filamentos que lo unían a su cuerpo. Después de eso cierra sus ojos y deja de moverse.
 
Xolfia lo deposita delicadamente en el suelo y luego se pone de pie. La lluvia ha vuelto a empaparla sin que ella siquiera lo hubiese notado al haberse desvanecido la barrera. Entonces emprende la marcha resuelta a continuar su camino. En su camino recoge su bastón mágico y se marcha.
 

 

 


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