02 mayo, 2014

Signos Etéreos: Capítulo 13


Volvemos con un nuevo capítulo de Sígnos Etéreos, en el que continuamos con el viaje a través de las montañas Pao Pao hasta el valle de la media luna, en donde Jacs  [Aviso de spoiler]  busca a sus amigos a los que perdió de vista tras una avalancha, pero en vez de encontrarlos hace acto de presencia una misteriosa mujer [Aviso de spoiler] ¿Cuáles serán sus intenciones? ¿Qué fue de Kira y Valtron? Sigue leyendo y te enterarás de todo esto y más en el capítulo número 13.



Nombre: Jacs Rengard
Residencia: Pueblo Sunabi

Jacs es un joven que fue criado por su madre y por sus abuelos en una granja en las afueras del pueblo Sunabi, situado a las orillas del bosque gris, por lo que se le considera uno de los asentamientos humanos más remotos. Aprendió el arte del combate con espada de su abuelo, quien desde pequeño tomó el papel de su padre después de que éste muriera repentinamente. Las razones de su muerte nunca le fueron revelta años después.

A la edad de 17 años su abuelo también muere en extrañas circunstancias por un asesino misterioso, lo que lo hace emprender un viaje para vengar la muerte de su querido abuelo. Es así como empieza su aventura…


Nombre: Kira Lenndraken
Residencia: Ciudad Paragon

Criada en el seno de una familia de hechiceros respetables de clase alta, aprendió desde muy temprana edad a usar la magia gracias a un riguroso entrenamiento para estar a la altura de las expectativas de su padre, quien antes de que ella y sus hermanas nacieran ansió tener un hijo varón que siguiera sus pasos para formar parte del consejo mundial de hechiceros.

Fuera de su carácter impaciente y temperamental, es una disciplinada estudiosa de la magia. A pesar de dominar y conocer muchos tipos de magias se especializa en magia de agua, a la que ha dominado a la perfección. 



Nombre: Valtron Molvus
Residencia: desconocida

Caza recompensas errante de pasado misterioso. Conoció a Jacs y a Kira luego de que Fragar lo contratase para matarlos, aunque durante la búsqueda de las esencias se unió al grupo renunciando así a Fragar, para luchar en su contra.

Es un personaje balanceado que emplea la espada y hechizos en combate a costa de no tener ninguna especialización.




Descripción de hechizos:


Magia de fuego: 




Llama viviente: rodea al hechicero o a un objeto de llamas sin quemarlo. Su uso puede ser tanto ofensivo como defensivo.



Cremación: convierte en cenizas a cualquier ser vivo si llega a ser tocado por este hechizo y no está protegido por alguna armadura o conjuro.







Magia de hielo:



Halo azul: versión mejorada del rayo de hielo, con mayor potencia y mayor alcance.



Cero absoluto: energía de hielo muy concentrada que estalla de forma radial cubriendo de hielo un área muy grande en tan solo una fracción de segundo mientras desprende pequeñas fragmentos de energía desde su núcleo. El hielo generado por este hechizo no desaparecerá naturalmente a menos que se emplee magia.







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Titulo: Batalla en la nieve: fuego vs hielo
Escenario: En las afueras del castillo de hielo
Tiempo: El mismo día
Personajes: Jacs, Kira y Valtron

Siguiendo la pista que los conduciría a la esencia del hielo, Jacs y sus amigos se aventuraron a escalar las montañas Pao Pao, en donde una inesperada avalancha separó a Jacs de sus compañeros de viaje. Encontrándose completamente solo, suspende momentáneamente la búsqueda del artefacto mágico para reencontrarse con sus amigos sin saber que el destino lo llevará a conocer una misteriosa mujer.

El gigante de hielo alza su enorme puño hacia Jacs de forma amenazante, pero éste se detiene en seco un instante después. Detrás de la criatura se asoma una chica de inusual belleza, el tono azulado de su piel le da un aspecto fantasmal a la presencia de la dama.

Jacs -¿Quién eres tú? –le pregunta a la chica que lo mira sin expresión en el rostro.

La mujer se da vuelta y sin decir palabra alguna regresa al castillo: – ¡Espera!-, le grita Jacs yendo tras ella, pasando con cautela al lado del gigante de hielo.

Una vez en el interior del castillo, Jacs recorre un largo pasillo bañado por la tenue luz del sol, que pasa a través de las translucidas paredes hasta llegar a lo que es la cámara del trono. Nota que todo el lugar tiene muebles hechos de hielo tan perfecto, que parecen obras de cristal cortado. El frio que se percibe es incluso más fuerte que el del exterior. Allí, la mujer se sienta en el trono frente a él -¿Quién eres tú? –pregunta la dama con voz dulce, apenas audible.

Jacs –Mi nombre es Jacs Rengard, y estoy buscando a mis amigos. Me separé de ellos durante una tormenta de nieve después de que se produjera una avalancha.

–Veo en tus ojos que estás genuinamente preocupado por ellos…

Jacs –Mis amigos podrían estar en peligro de muerte allá afuera… -continúa-. O, quizás los has visto. Debes conocer estas tierras. ¿Podrías ayudarme a encontrarlos?

– Eres bienvenido a quedarte... joven viajero. Después podrás ir en busca de tus amigos.

Jacs -¡No, no has entendido! ¡Necesito saber si los has visto!

La mujer se levanta  de pronto y se retira, dándole la espalda -Te ves cansado. Deberías dormir un poco antes de que vayamos en su búsqueda –le dice deteniéndose por un momento.

Jacs –Siento rechazar tu invitación, pero no me quedaré tranquilo hasta saber que se encuentra bien. –le responde dando media vuelta, dispuesto a marcharse.

La mujer le responde sin siquiera voltear –No tienes por qué preocuparte por ellos. Tus amigos se encuentran bien.

Jacs se alegra al oír eso – ¡En serio!, ¿cómo lo sabes? ¿Ellos están aquí?

Su pregunta tarda unos segundos en ser respondida -…así es. Ellos, al igual que tú, son mis huéspedes. Ahora mismo no puedes verlos porque están descansando. Estaban exhaustos cuando los encontré en la tormenta, así que será mejor que los dejemos descansar.

En ese instante, Jacs tiene un mal presentimiento al escucharla –En verdad,  necesito cerciorarme de que se encuentran bien. ¡Llévame con ellos, por favor!

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La mujer lo observa de reojo –Está bien… pero antes, necesito saber el motivo por el cual tú y tus amigos vinieron a unas tierras tan remotas como estas.

Jacs –Venimos en busca de la esencia del hielo, pero nos hemos enterado que el pueblo que está del otro lado del valle la ha pasado muy mal últimamente a causa del mal clima, así que esperábamos tener audiencia con la dama de hielo.

Joven –Comprendo, pero. ¿Cuáles son los motivos exactos por los que buscas la esencia?

Jacs parece meditar la pregunta un momento para después contestar titubeante  –…Lo cierto es que mi abuela me dijo que buscara las esencias, mismas que me ayudarían a encontrar al culpable de la muerte de mi abuelo, quien fue asesinado por un desconocido. Aunque no entiendo muy bien la relación entre ambos, necesito reunir las esencias mágicas para encontrar al culpable de su muerte.

-Ahora te llevaré con ellos si eso es lo que realmente deseas. Sígueme…

La mujer pasa junto a él sin siquiera mirarlo; Jacs la sigue de cerca por detrás. Ella lo conduce por todo el castillo, cuyas gélidas paredes y techo están cubiertas de carámbanos colgados del techo dándole un aspecto de cueva polar. La mujer entonces se detiene frente a un salón amplio, ligeramente más oscuro que el resto de habitaciones a causa de la ausencia de ventanales y con una seña lo invita a entrar. Cuando sus ojos se acostumbran a la penumbra Jacs descubre algo que lo deja perplejo: Frente a él se encuentran sus amigos, atrapados dentro de dos grandes bloques de hielo.

Al verlos Jacs corre hacia ellos gritando sus nombres con desesperación -¡Kira!, ¡Valtron! –entonces se vuelve hacia la desconocida, desenfundando su espada de manera amenazante. -¡Qué les has hecho!

–Descuida, ellos no están muertos –responde con voz serena, casi inaudible-. Aún conservan la vida, aunque no será por mucho tiempo.

Jacs -¿Por qué les hiciste esto? ¡Contesta! –exige furioso.

–Desde hace siglos mucha gente ha venido desde lugares lejanos a este lugar en busca de la esencia y todas han perecido en su intento. Soy la protectora de estas tierras, y desde hace mucho he intentado inculcar a las personas que viven al otro lado del valle un respeto por la naturaleza a cambio de mis bendiciones, pero ahora veo con tristeza que sólo persiguen ideales egoístas. No son diferentes a aquellos que desean poseer la esencia.

Jacs –Ahora comprendo… Eres la dama de hielo, ¿no es verdad? Ya lo había sospechado. –afirma apretando la empuñadura de su arma con fuerza.

Dama de hielo -Mi deber en este lugar es proteger a las personas de sí mismas, y para eso, a veces tengo que castigarlas. Es la única manera en la que pueden cambiar.

Jacs – ¡Más te vale que los liberes ahora! ¡O me veré obligado a derretir por completo este castillo con mi magia de fuego!

Tras escucharlo la dama de hielo aparta la vista. –Lo siento, no puedo hacer eso.

Jacs –Entonces no me dejas otra opción más que pelear contigo.

Tras un momento de silencio, la dama de hielo inclina la cabeza al frente, cerrando los ojos –Está bien, dejaré a tus amigos en libertad a condición de que no intervengan en nuestro encuentro. Si ganas, te daré mi esencia, pero si pierdes, tendrás que tomar su lugar y eventualmente te convertirás en una criatura de hielo como la que viste allá a fuera-. Con su mano, la dama hace desaparecer el hielo que mantenía cautivos a Kira y a Valtron, todavía inconscientes.

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Jacs –Admito que no es el mejor trato, pero si alguien tiene que sufrir las consecuencias, prefiero ser yo a mis amigos. ¡Adelante!

Sin previo aviso, una espesa neblina baja cubriendo toda la habitación impidiéndole a Jacs ver a su enemigo. De un momento a otro comienza a azotar una terrible ventisca. En ese momento Jacs cae en cuenta que aquellas tormentas repentinas que causaron la avalancha y casi lo congelan vivo fueron obra de ella.

Usando su misma estrategia que antes, Jacs se protege a sí mismo con  LLAMA VIVIENTE. De pronto la dama de hielo se materializa ante él y aprovecha para atacarla -¡CREMACIÓN!

El hechizo avanza por el suelo, pero apenas se acerca a la dama de hielo las llamas se extinguen. Del techo comienzan a formarse grandes carámbanos que la dama usa para lanzar en contra de Jacs, quien los esquiva ágilmente con saltos cortos hacia atrás. Para entonces la temperatura de la habitación es tan baja, que las llamas alrededor de él comienzan a apagarse mientras sus pies se congelan bajo una gruesa capa de hielo que comienza a cubrirle todo el cuerpo. Haciendo un gran esfuerzo, Jacs logra encender nuevamente las llamas a su alrededor logrando detener su congelación ante los ojos de asombro de su adversaria.

Dama de hielo –Te defiendes muy bien, pero tu fuego no es rival para mí. Pronto tus llamas se extinguirán y quedarás indefenso para que extinga la flama de tu vida. HALO AZUL

En el medio de la batalla Kira recobra la consciencia en el momento justo en el que la dama está por atacar. -¿Eh?, pero… ¿qué hago aquí? Está helando –se queja antes de estornudar. No lejos de allí puede ver a Jacs en pleno combate con la dama de hielo. -¡Jacs!

Jacs – ¡No intervengas Kira! Yo me ocuparé de esto. –le advierte haciendo un esfuerzo por mantener su hechizo protector.

Kira –Jacs, ¡no dejes que ese hechizo te alcance! Si te toca, podría congelarte al instante. ¡Usa tu espada!

Jacs -¡Mi espada no sirve con hielo tan duro!

Kira -Encanta tu espada con magia de fuego. ¡Sólo así podrás ganarle!

Aprovechando su distracción, la dama de hielo incrementa el poder de la tormenta antes de liberar su hechizo final, pero Kira interviene protegiéndolo con una burbuja mágica. -¡Date prisa! ¡Usa tu espada ahora!

Sin  pensarlo dos veces, Jacs enciende su espada a tal punto de dejar al rojo vivo el metal, cuyo calor sumado al de las llamas circundantes desvían la tormenta desviando el curso del viento helado a su alrededor. El tiempo parece transcurrir lentamente cuando la dama de hielo finalmente libera su poder. Una poderosa energía azulada concentrada se dirige hacia Jacs, quien la recibe con su espada. Al hacer contacto, ambas energías crean un choque de temperatura tan brusco, que el aire congelado y caliente rompe la estructura del techo y éste se viene abajo. Una inmensa columna de vapor se eleva cientos de metros por sobre el lugar de la batalla en forma de tornado junto con el crujir del hielo al romperse.

Jacs y Kira salen de los escombros sin mucho daño. En la parte más alejada del lugar, Valtron finalmente despierta a causa de la gran sacudida.

Valtron -¿Qué está pasando aquí?

La dama aparece flotando sobre de ellos sin daño aparente.

Kira –Parece que tendremos que atacar los tres juntos para vencerla.

Jacs –No Kira –la corrige apartándola hacia un lado con la mano-, como ya te dije, ésta es mi pelea. Ella accedió a liberarlos a cambio de que no intervinieran en el combate y aunque sea mi enemiga, no pienso romper mi palabra.

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De pronto, la niebla regresa limitándoles a ambos la vista. Jacs se aleja de ella para evitar que sus compañeros resulten heridos, pero la poca visión le impide localizar a su oponente. De entre la niebla aparecen esquirlas que lo atacan desde todas direcciones. Jacs utiliza magia de viento creando una corriente ascendente para disipar toda la niebla en la que se ocultaba la dama de hielo.

Dama de hielo –Eres increíble, joven guerrero. Tus habilidades y tu determinación me han dejado impresionada.

Jacs –En verdad necesito la esencia. ¡Quiero descubrir quién es el causante detrás de la muerte de mi abuelo y hacer justicia!

Dama de hielo –Entonces yo también daré lo mejor de mí. ¡CERO ABSOLUTO! –En sus manos prepara una pequeña gota de energía super concentrada enfocada directamente hacia Jacs, que enciende de nuevo su espada al igual que su cuerpo entero con su espada al frente para cortar el flujo de aire frío, pero el poder de la dama de hielo es tan grande que los vientos lo hacen retroceder para después tomar impulso y, con un corte preciso, logra partir en dos el hechizo destruyendo así la ventisca.


Jacs –¡Lo logre! –grita triunfal, pero pronto descubre que el hechizo ha congelado las llamas de su espada, quedando inutilizada. -¡Qué! ¡Cómo es posible! –dice pasmado al ver que no puede encender las llamas de su espada nuevamente.

Dama de hielo -¡HALO AZUL!

Jacs suelta su espada de inmediato y crea un hechizo de fuego para contrarrestar el ataque de la dama de hielo -¡METEORO!

Ambos poderes chocan y se anulan creando otra gran nube de vapor entre ellos. Después del ataque, Jacs descubre con asombro que partes de su cuerpo han sido parcialmente congeladas, en especial su brazo izquierdo.

Dama de hielo –Tu valentía es admirable, pero careces de la fuerza suficiente para vencerme, joven guerrero.

Jacs -¡Eso ya lo veremos!

Con la única mano libre, Jacs toma de nuevo su espada del suelo y concentra toda su energía encendiendo de nuevo las llamas de su espada al máximo.

Dama de hielo –Es inútil, ¡CERO ABSOLUTO!

Esta vez, Jacs intercepta el poder con su espada cuyas flamas son consumidas por el poder congelante el cual apenas logra contener. Débil a causa del enorme esfuerzo, Jacs logra encender su espada una vez más con dificultad. Entonces una fuerte ventisca comienza a rodearlo congelando lentamente el aire a su alrededor. A ese punto, Jacs es incapaz de mantener la flama de su espada, que se apaga por completo. En un intento desesperado concentra toda su energía en generar flamas alrededor suyo para frenar el avance del viento helado que no logra contener por competo. Poco a poco su cuerpo es congelado hasta el punto en el que solamente su cabeza queda libre. Justo antes de que su nariz, boca y ojos sean congelados, lleva sus fuerzas al límite con un grito de furia.

El poder de la esencia del fuego resplandece en el interior de su tesoro revirtiendo el efecto de congelamiento. Una enorme onda de fuego se expande por todo el lugar derritiendo el hielo del castillo hasta que todo rastro del techo es vaporizado, dejando expuesto el inmaculado azul del cielo.

La dama detiene su ataque, aparentemente impresionada al ver los restos líquidos en los que se ha convertido su castillo. -…parece que me he equivocado contigo, joven guerrero.

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Aturdido, Jacs se pone en guardia de nuevo, pero la dama de hielo se acerca a él sin intenciones hostiles –Al principio pensé que eran como todos los ladrones y guerreros que se aventuran hasta estas tierras en busca de la esencia del hielo –entonces dirige su atención a Kira y a Valtron-, pero al ver pelear a su amigo y percatarme de que no sólo posee la esencia del fuego, sino que ésta lo ha aceptado como su maestro ha cambiado mi forma de pensar. Además, fuiste tan noble como para anteponer tu deseo de obtener la esencia a cambio de salvar la vida de tus amigos.

Jacs –En realidad no quiero la esencia para mí. Podremos devolverte la esencia en cuanto termine mi búsqueda.

A lo que la dama de hielo responde negando con la cabeza –Puedes conservarla. Ustedes son dignos del poder que conlleva.

Tras entregársela a Jacs en sus manos. La dama de hielo se aleja dando pasos hacia atrás sin perderles la vista hasta desaparecer entre una tenue nevada que comienza a caer tras su partida. Los restos del castillo destruido desaparecen entre la nieve.

Kira y Valtron, que estaban en otro lugar cerca de allí se acercan para reunirse con él. -¿De veras te preocupaste por nosotros? –le pregunta Kira un tango avergonzada como emocionada.

Jacs se sonroja –En realidad… no fue nada.

Valtron –Ahora que tenemos la esencia del hielo, deberíamos cruzar el océano hasta el otro continente.

Jacs –Tienes razón. Aún faltan esencias por reunir.

Antes de irse, Jacs se da vuelta hacia la dirección en donde se encontraba la dama de hielo y se da cuenta de que el lobo blanco de ojos rojos los observa antes de desaparecer también. Entonces escucha una voz femenina a lo lejos despedirse de ellos: “que tengan un buen viaje, mi poder está con ustedes.”




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