Una nueva semana termina empieza con un capítulo nuevo de Signos Etéreos, que en esta ocasión se descubre lo que hay detrás de la leyenda de las piedras del legado del cielo, y cómo estas pueden ser una clave para enfrentar a la amenaza de Galiax y sus secuaces. ¿Lograrán nuestros héroes descubrirlo a tiempo sin que Kira pierda la paciencia? ¡Descúbrelo en el capítulo número 9!
Nombre: Jacs Rengard
Residencia: Pueblo Sunabi
Jacs es un joven que fue criado por su madre y por sus abuelos en una granja en las afueras del pueblo Sunabi, situado a las orillas del bosque gris, por lo que se le considera uno de los asentamientos humanos más remotos. Aprendió el arte del combate con espada de su abuelo, quien desde pequeño tomó el papel de su padre después de que éste muriera repentinamente. Las razones de su muerte nunca le fueron revelta años después.
A la edad de 17 años su abuelo también muere en extrañas circunstancias por un asesino misterioso, lo que lo hace emprender un viaje para vengar la muerte de su querido abuelo. Es así como empieza su aventura…
Nombre: Kira Lenndraken
Residencia: Ciudad Paragon
Criada en el seno de una familia de hechiceros respetables de clase alta, aprendió desde muy temprana edad a usar la magia gracias a un riguroso entrenamiento para estar a la altura de las expectativas de su padre, quien antes de que ella y sus hermanas nacieran ansió tener un hijo varón que siguiera sus pasos para formar parte del consejo mundial de hechiceros.
Fuera de su carácter impaciente y temperamental, es una disciplinada estudiosa de la magia. A pesar de dominar y conocer muchos tipos de magias se especializa en magia de agua, a la que ha dominado a la perfección.
Nombre: Valtron Molvus
Residencia: desconocida
Caza recompensas errante de pasado misterioso. Conoció a Jacs y a Kira luego de que Fragar lo contratase para matarlos, aunque durante la búsqueda de las esencias se unió al grupo renunciando así a Fragar, para luchar en su contra.
Es un personaje balanceado que emplea la espada y hechizos en combate a costa de no tener ninguna especialización.
Nombre: Xolfia Deltariz
Residencia: El templo de la luz
Huérfana de pequeña, fue acogida por los sabios del templo de la luz. A una muy corta edad fue instruida en el uso de magias espirituales y psíquicas. Posteriormente aprendió los secretos de la magia de la luz y con ellos partió en lo que sería su primer viaje como misionera para convertirse en sacerdotisa.
Nombre: Blarg Bandak
Residencia: desconocido
Guerrero formidable en el combate y portador de la legendaria armadura negra, una de las últimas armas legendarias conocidas. Su padre robó la armadura de Fragar, e intentó usar a su hijo para derrotarlo, pero cuando Blarg se reveló, lo asesinó. De carácter frío y solitario, contrasta con la camaradería de los demás integrantes del grupo, aunque brinda un invaluable apoyo en combate, ya que al lado de Jacs ambos forman un poderoso dúo.
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Capitulo x9
Jacs aceptó pelear en contra de Blarg a cambio de
que él accediera a darles información acerca de lo que Galiax estaba buscando.
Finalmente, Blarg les revela que ha estado siguiendo a Galiax y a sus esbirros porque
ellos tomaron su piedra del legado del cielo, pero, ¿qué es esta misteriosa
piedra?
La noche ha caído y bajo el manto de oscuridad
brilla la luz de una fogata al aire libre. Mientras un pollo se cocina
lentamente, Jacs y sus amigos, así como Blarg se reúnen en la hoguera.
De repente, Kira se levanta repentinamente. -Muy
bien, ustedes tres –señalando a Valtron, Xolfia y Blarg-, sabemos que ustedes tienen algo de
información y nos sería de gran ayuda que nos cuenten todo lo que saben
empezando con tigo Valtron. ¿Qué es lo que estabas buscando en aquél templo de
la luz?
Xolfia se sorprende por la pregunta de Kira y mira
enseguida a Valtron expectante.
Resignado y sin otra salida, Valtron aparta la vista
y se cruza de brazos –Ustedes ya saben que soy un casa recompensas, así que no
les sorprenderá que siempre me he mantenido activo ante la búsqueda de tesoros.
Lo que estaba buscando en aquél sitio era como ya lo había mencionado Blarg,
una de las cuatro piedras del legado del cielo.
Jacs -Pero, ¿qué son exactamente esas piedras del
legado del cielo?
Kira –Hasta ahora pensaba que era sólo un mito su
existencia, pero los hechiceros comunes dicen que las piedras del legado del
cielo son la fuente de un increíble poder que incluso supera al de las
esencias. ¿Qué tienes que decir tú, Blarg?
Blarg –Yo no tengo interés en reunir las piedras. Lo
único que quiero es encontrar la que los hombres de Galiax me han robado.
En ese momento, Xolfia pierde el control -¡Esto es
muy grave! ¡Tenemos que detenerles!
Jacs -¿Qué pasa Xolfia?, ¿sabes algo que nosotros no?
Kira –Seguramente, como doncella del templo tiene un
conocimiento exacto de lo que son las piedras.
Xolfia –Así es. ¡Es terrible! Será el fin no sólo de
la humanidad sino de la vida misma si las piedras caen en manos equivocadas.
Kira -¡Deja de sobreactuar y cuéntanos de una vez!
Xolfia recobra la compostura y vuelve a sentarse bajando
la mirada –Bien… se dice que las piedras del legado del cielo fueron entregadas
al hombre por los mismos ángeles como un arma para destruir el mal en caso de
que éste se apoderase del mundo. Las piedras son tan antiguas que incluso
preceden a la era de las mil batallas en las que los caballeros de luz se
enfrentaron a los guerreros oscuros.
Kira –¡Lo que nos estás contando es increíble!
Valtorn –Entonces las leyendas de las piedras como
objetos mágicos son ciertas...
Xolfia –No. Las piedras por sí mismas no tienen
poder alguno, lo que ha sido escrito en ellas es lo que realmente importa. Lo
que contienen las piedras no es otra cosa que el hechizo más poderoso jamás
conocido. Este hechizo es capaz de acabar con el mal por completo, pero también
es capaz de desatar el fin del mundo si cae en manos equivocadas.
Jacs –Ahora que sabemos cuál es su propósito, ¿cómo
podemos evitar que Galiax acceda a ese hechizo?
Xolfia –Las piedras están protegidas mágicamente. No
pueden ser rastreadas por medio de la magia y solamente revelarán su contenido
hasta que las cuatro estén juntas.
Kira -¡Excelente! –Exclama Kira al tiempo que los
demás se le quedan mirando con extrañeza. Después de unos segundos y al notar
la mirada de sus colegas continúa-. ¿No lo entienden? Si nosotros reunimos las
cuatro piedras antes que Galiax, podremos usar el hechizo en contra suya.
Valtron –Es verdad, Galiax es un ser muy poderoso
como para que logremos derrotarlo con nuestros propios medios.
Jacs –Si tomamos en cuenta que en el templo de luz
de Xolfia consiguieron la primera piedra, y que Blarg tenía la segunda,
presumiblemente ahora deben tener dos de las cuatro piedras en su poder.
–conjetura.
Kira –…pero si no hay forma de buscar las piedras
por medio de la magia, ¿cómo vamos a encontrar las otras dos piedras antes que
ellos?
Balrg entonces interviene en la conversación –No sé
cómo, pero al parecer ese tal Galiax es capaz de detectar la localización de
las piedras, aunque no con mucha exactitud. Es por eso que envía a esos sirvientes
suyos a buscarlas.
Kira –Galiax es capaz de esconder su presencia de la
magia también, pero quizás podamos usar a sus hombres para localizarlo ¿Qué
dices Xolfia? ¿Crees poder encontrar el lugar en donde se encuentran?
Xolfia –No lo sé, quizás…
Kira -¡Perfecto! Entonces partiremos mañana a
primera hora.
A primera luz de la mañana siguiente y mientras el
sol asoma, un aroma delicioso despierta de su letargo a Jacs. Al levantarse,
observa cómo Xolfia prepara el desayuno, que consta de huevos y una sopa
caliente. El aroma no tarda en despertar también a sus amigos.
Xolfia –Buenos días chicos. –los saluda radiante y
con una cálida sonrisa.
Jacs -¿Qué estás haciendo, Xolfia?
Xolfia –Lo que sucede es que el señor Blarg me
despertó temprano exigiéndome que localizara a los hombres de Galiax, y cuando
se lo dije salió volando en aquella dirección –contesta alegremente señalando
hacia unas montañas lejanas sin dejar de cocinar.
Valtron pierde el control al escuchar lo último -¡¿Por
qué dejaste que se fuera?! Jacs, debemos ir tras él de inmediato.
Rápidamente ambos recogen sus armas y se ponen en
marcha. Kira tarda unos segundos más en lo que toma bruscamente a Xolfia de las
ropas y se la lleva con ella dejando los huevos y la sartén en el fuego.-¡No es
momento para comer, Xolfia! –le reclama mientras se la lleva.
Mientras corren por el campo, Jacs logra divisar a
quien parece ser Blarg volando a la distancia en dirección a las montañas, por
lo que emplea su magia para volar también. Al verlo en el aire, sus amigos lo
imitan para no perderlo de vista. Pronto la figura de Blarg los conduce al otro
lado de las montañas, en donde se observa un enorme lago debajo de ellos con
una torre en el medio de éste.
Jacs -¿Qué será eso? –se pregunta extrañado al notar
la estructura.
Valtron –Parece una especie de construcción que se
encuentra en el fondo del lago.
Mientras ellos hablan ven a Blarg no muy lejos de
allí lanzando un hechizo directamente al lago, pero antes de golpear la
superficie del agua éste se detiene bruscamente ante una barrera invisible de
energía que recibe todo el impacto.
Jacs se apresura a acercarse a él –¡Espera un
momento Balrg!, así no lograrás nada.
Kira interviene soltando a Xolfia de sus ropas -¡Déjenmelo
a mí!
Con un conjuro de agua parte las aguas del lago en
dos, revelando un santuario sumergido. Los cinco buscan por sus paredes algún
tipo de entrada, pero no la encuentran.
Valtron –Es muy probable que aquí se encuentre la
tercera piedra, pero con esa barrera de luz y sin alguna forma de entrar no nos
resultará fácil...
En ese momento se siente un ligero temblor que
estremece el suelo y a la estructura.
Jacs -¡Qué fue eso!
Kira –Eso no importa ahora. Xolfia, tú tienes la
habilidad de tele transportación no es cierto. Si usas tus poderes de luz podremos
atravesar sin problemas la barrera y entrar.
Xolfia duda por unos instantes, pero finalmente se
decide –Está bien, lo voy a intentar.
Haciendo uso de todos sus poderes, Xolfia logra
traspasar la barrera transportándolos a todos al interior del recinto
instantáneamente. Una vez dentro se encuentran con un espectáculo de
destrucción. El techo, así como las paredes del santuario parecen gravemente
dañados. Tendidos por todo el suelo se ven monjes heridos, inconscientes e
incluso muertos.
Xolfia -¡Santo cielo!¡Este debe ser el santuario Aqua
del sur!
Kira y Jacs se acercan cuidadosamente a uno de los
hombres que yace apenas con vida para prestarle ayuda.
Jacs -¿Qué sucedió aquí? –le pregunta con tacto.
Monje –U… Unos hombres... llegaron anoche... han
estado atacando el santuario... Por favor, ayuden a mi maestro en la cámara
sagrada... No queda mucho tiempo…
De pronto, una extraña energía se apodera del cuarto
paralizando a todos. Asrot sale a recibirlos flotando sobre el aire en su
típica posición de loto. –Así que son ustedes los que se detecté con mi magia.
Díganme, ¿cómo es que llegaron hasta aquí?
Jacs –Eso no tienes por qué saberlo, ¡LUZ!
Cuando Jacs intenta nuevamente liberarse con el
poder de la luz, se da cuenta que ésta no funciona. –¡Qué pasa! ¡Por qué no
puedo usar la magia de la luz!
Asrot –Es inútil. A diferencia de la última vez, he
bloqueado directamente tus ondas cerebrales que te permiten usar la magia. No
te servirá saber usar la magia de la luz si no puedes siquiera ordenarle a tu
cuerpo moverte.
Inesperadamente y para sorpresa de Asrot, Jacs y el
resto logra recobrar la movilidad.
Asrot -¡¿Cómo?!
Entonces repara en Xolfia, que sostiene su bastón en
alto con un brillo que se extingue poco a poco. –Al igual que tú, yo también
soy capaz de usar la magia psíquica. Tus poderes no tienen efecto en mí.
Kira la felicita con efusividad abrazándola, lo que
la apena -¡Bien hecho Xolfia!
Asrot -Niña entrometida –exclama sin asomo de
emoción.
Xolfia –Ustedes continúen, yo bloquearé sus ondas
psíquicas mientras tanto. Así no podrá usar sus trucos sucios con ustedes.
Asrot –Pagarás por haberme subestimado.
Mientras Jacs y los demás se escabullen al interior
del santuario, Asrot y Xolfia se enfrentan. Él la ataca con un poder de ondas
psíquicas, pero Xolfia lo repele desplegando un campo de fuerza.
En otra parte del santuario, un anciano de ropas con
toques dorados que usa una capa y un bastón intenta junto con los últimos
monjes hacer frente a Doran, Makia, Failkaz y Merlún en la sala más en forma de
cúpula en cuyo centro descansa un monolito oscuro con ranuras irregulares en
dos de sus bordes que está protegido por un poderoso campo mágico.
– ¡No les
dejaré acercarse a la piedra sagrada! –les advierte el sacerdote con la voz
quebrada del miedo.
Con toda tranquilidad Makia lanza un hechizo oscuro
hacia la barrera con la intención de destruirla, pero ésta resiste su ataque. -
Parece que está protegida por un campo muy poderoso de energía de luz… Puedo
romperlo con LAIANZ DRAK, pero necesito tiempo para hacerlo lo suficientemente
poderoso.
Doran –No te preocupes, yo me encargaré de estas
molestias. Tú ocúpate de romper esa barrera.
Mientras hablan uno de los monjes se atreve a utilizar
un hechizo de fuego que Doran rechaza fácilmente con su mano para después usar
su magia de luz para derribarlo hasta hacerlo estrellarse en una de las
paredes. El monje cae inconsciente al instante.
– ¡Son unos
monstruos! –grita el sacerdote al presenciar el acto de Doran.
Cuando intenta hacer lo mismo con el anciano, su
hechizo de luz desaparece al ser interceptado por otro hechizo de luz.
Detrás de ellos aparecen Jacs y sus amigos.
Jacs –¡Será mejor que dejen esa piedra donde está!
–les advierte con un hechizo de luz listo en la mano.
Doran se sorprende por su presencia -¿Qué hacen
ustedes aquí? ¡Maldito Asrot!, sus poderes psíquicos son inútiles.
Kira –Es suficiente, nosotros nos quedaremos con esa
piedra.
Sacerdote -¡¿Pero qué cosas tan terribles están
diciendo?! ¡Esa piedra pertenece al templo! –le replica irritado el anciano
desde el otro lado de la sala.
Kira –Bueno… quizá sólo la tomemos prestada. –le
responde apenada.
Doran – ¡Basta de juegos! Esta vez nos enfrentaremos
formalmente en una batalla. Veamos cuál de los dos es el mejor. –refiriéndose a
Jacs.
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