11 julio, 2014

Signos Etéreos: Capítulo 23


Por fin lo que muchos lectores estaban deseando está por suceder, ahora con la poderosa magia de la luz de su lado, la inevitable batalla con el rey oscuro está muy cerca, pero antes de eso Jacs y compañía deberán entrar a los dominios de Fragar y enfrentar a sus hombres más fuertes antes de poder llegar a él. ¿Lograrán su objetivo nuestros amigos o perecerán en el intento? Averigua la fortuna de nuestros héroes en el capítulo de hoy, en el que reaparece un enemigo muy peligroso.



Nombre: Jacs Rengard
Residencia: Pueblo Sunabi

Jacs es un joven que fue criado por su madre y por sus abuelos en una granja en las afueras del pueblo Sunabi, situado a las orillas del bosque gris, por lo que se le considera uno de los asentamientos humanos más remotos. Aprendió el arte del combate con espada de su abuelo, quien desde pequeño tomó el papel de su padre después de que éste muriera repentinamente. Las razones de su muerte nunca le fueron revelta años después.

A la edad de 17 años su abuelo también muere en extrañas circunstancias por un asesino misterioso, lo que lo hace emprender un viaje para vengar la muerte de su querido abuelo. Es así como empieza su aventura…


Nombre: Kira Lenndraken
Residencia: Ciudad Paragon

Criada en el seno de una familia de hechiceros respetables de clase alta, aprendió desde muy temprana edad a usar la magia gracias a un riguroso entrenamiento para estar a la altura de las expectativas de su padre, quien antes de que ella y sus hermanas nacieran ansió tener un hijo varón que siguiera sus pasos para formar parte del consejo mundial de hechiceros.

Fuera de su carácter impaciente y temperamental, es una disciplinada estudiosa de la magia. A pesar de dominar y conocer muchos tipos de magias se especializa en magia de agua, a la que ha dominado a la perfección. 



Nombre: Valtron Molvus
Residencia: desconocida

Caza recompensas errante de pasado misterioso. Conoció a Jacs y a Kira luego de que Fragar lo contratase para matarlos, aunque durante la búsqueda de las esencias se unió al grupo renunciando así a Fragar, para luchar en su contra.

Es un personaje balanceado que emplea la espada y hechizos en combate a costa de no tener ninguna especialización.









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Titulo: Captura en la base enemiga: reaparece el ninja verde
Escenario: En el campo, cerca de la ciudad Kimer
Tiempo: Unos días después de dejar atrás el mar de la luz.
Personajes: Jacs, Kira y Valtron

Con la esencia de la luz por fin en sus manos, una nueva esperanza nace en Jacs para enfrentar a Fragar, el rey del castillo Nengram. Sin embargo todavía hay obstáculos en su camino antes de poder enfrentar a su máximo enemigo…

La luz se filtra por entre las hojas de los árboles mientras Jacs, Kira y Valtron caminan sobre los durmientes de una vía ferroviaria que atraviesa el bosque.

Kira –Oye Jacs… ahora que tienes la esencia en tus manos, ¿por qué no la pruebas? –le pregunta de repente.

Jacs y compañía se detienen a un lado de las vías para admirar la esencia, cuyo resplandor es tal que en momentos parece incluso opacar la luz del sol. En un principio Jacs parece renuente a intentar usar la esencia hasta que finalmente decide. –Está bien, lo intentaré.

Tomándola con seguridad entre sus manos dice para sí mismo: “Espero que no sea muy difícil de manejar esta magia. Después de todo, ya he aprendido a dominar el poder del fuego”-intentando encontrar fuerza y motivación en sus palabras.

Cerrando sus ojos Jacs concentra toda su energía en la esencia, que de inmediato reacciona emitiendo una gran cantidad de energía. Por un momento Jacs parece haber podido dominar su poder, pero de repente la energía se le sale de su control lanzando rayos en todas direcciones y obligando a sus amigos a tirarse al suelo para no ser alcanzados por estos. Uno de los rayos de energía logra caer cerca de allí provocando una poderosa explosión que los deja boquiabiertos. La energía es tan poderosa que termina derribando a Jacs en una última explosión de energía.

Kira –Pero, ¡qué se supone que haces atarantado! –lo regaña apenas la energía se disipa.

Jacs se disculpa intentando levantarse –Lo siento, pero esa energía no es como ninguna magia que yo haya utilizado hasta ahora... Es muy rebelde –continúa mientras observa su puños cerrado-. Compararía la sensación con tratar de sostener una barra de jabón humedecida entre las manos y apretarla con fuerza.

Valtron –Así que era cierto. Tanto la magia de la luz como la de la oscuridad son fuerzas muy especiales con las que no cualquier hechicero puede lidiar.

Kira –Yo también había escuchado eso antes. Parece que la magia de la luz no será tan fácil de dominar como pensábamos…

Jacs –Quizás a eso se debió la confianza con la que Fragar se mostró la vez que nos encontramos.

Valtron –Pero estoy seguro que debe haber una manera de dominar ese tipo de magia. Kira y yo deberíamos experimentar también.

Kira -¡Quiero probar primero! – Se apresura a decir al tiempo que le arrebata la esencia a Jacs-. Muy bien, comenzaré con algo sencillo…

Con una mano sosteniendo la esencia, intenta crear en la otra una esfera de energía. Poco a poco el poder se acumula en su palma hasta formar una esfera de brillante luz dorada.

Jacs -¡Lo logró! –exclama entusiasmado.

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De pronto, la energía se vuelve inestable obligando a Kira a soltar la esfera, que en el acto se convierte en una columna de luz que asciende hasta perderse en el cielo culminando con un relámpago entre las nubes que opaca al sol por unos instantes.

Desilusionado, Jacs suelta un suspiro –Bueno… parece que tú tampoco eres capaz de usarla.

Valtron –Tendremos que encontrar la manera de poder usarla. Debe haber alguien que sepa cómo utilizar la magia de la luz.

Kira –No lo entiendo. Esa magia es muy agresiva. Apenas intenté contenerla parecía que intentaba liberarse de mi control.

Jacs –No quería decirlo, pero te lo dije.

Kira -¡Quieres cerrar la boca!

De pronto se escucha el sonido de una locomotora en la lejanía.

Jacs -¿Escuchan eso?

Kira –Sí… suena como si se acercara un tren.

Valtron –Estupendo. Estas vías conducen directamente hacia la ciudad Kimer. Si logramos abordar ese tren estaremos allí al anochecer.

Sin perder tiempo, los tres suben a un árbol hasta una rama que está justo sobre las vías. Cuando pasa a toda velocidad el ferrocarril el primero en saltar es Valtron seguido de Jacs, pero cuando es el turno de Kira tropieza haciendo que ruede por el techo del vagón hasta la orilla. En el último momento Jacs toma su mano salvándola de una caída mortal. Así los tres se esconden en uno de los compartimentos de los vagones de carga.

Horas más tarde, el tren llega a la estación de una ciudad fuertemente custodiada por enormes muros y centenares de guardias de armadura negra. Como pueden, los tres se escabullen eludiendo a los guardias cubriendo sus rostros con mantas raídas hasta llegar a la ciudad, cuya atmósfera sombría y habitantes de semblante triste conmueve a Kira. –Miren a esta pobre gente… todos ellos deben ser esclavos al servicio del ejército de Fragar.

Valtron –Tenemos que encontrar un buen lugar para ocultarnos hasta que llegue la noche. Entonces podremos intentar llegar al castillo de Fragar.

Jacs –Estoy de acuerdo. Ya que has estado antes aquí debes saber de algún lugar que pueda servirnos como refugio.

Valtron –Cerca de aquí hay una fábrica de ladrillos abandonada. Síganme y no se separen.

Mientras se dirigen a su destino observan cómo un soldado discute con una mujer y su hijo por una fruta en mal estado que aparentemente ella le dio.  -¡Esta manzana está podrida! –ruge el guardia agitando furioso la fruta con una mano-. Ahora enfermaré por culpa de tu basura. ¡Serás castigada por esto!

Acto seguido, el guardia desenrosca un látigo que llevaba en el cinto con el que empieza a golpearla delante de su hijo, quien no para de llorar. Los tres pasan caminando intentando pasar desapercibidos, pero Jacs, que va más atrás parece molestarse ante el espectáculo de crueldad del que es testigo.

Valtron –Trata de controlarte –le susurra al ver que su ira aumenta-, sabes que no podríamos pelear con todos estos soldados.

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Haciendo caso omiso de las advertencias de su amigo, Jacs finalmente estalla y ataca al guardia agresor dándole un puñetazo tan fuerte que lo derriba. -¿Está bien? –interroga Jacs a la mujer, que todavía yace en el suelo, ayudándola a levantarse. Después de una reverencia en señal de respeto, la mujer se aleja con su hijo en brazos.

El guardia furioso se levanta. –Pero, ¿quién te crees que eres muchacho? ¡Ya verás!

Con el llamado de un silbido, el guardia llama refuerzos. En cuestión de segundos se ven rodeados por soldados dispuestos a pelear.

Valtron –Bien hecho, Jacs… –dice con sarcasmo.

Kira –Cierra la boca. Si no lo hubiese hecho él, yo lo habría detenido.

-Ustedes forasteros están arrestados en el nombre de nuestro señor Fragar –dice uno de los soldados.

Jacs –Ah, sí. No me digas… -preparándose para pelear.

Justo antes de que la batalla estalle, una voz desde el fondo de la calle se escucha.

??? –Vaya, vaya. Así que son ustedes de nuevo.

Una poderosa ráfaga de viento baja del cielo arrastrando polvo obligando a los presentes a cubrirse el rostro ante la repentina tormenta. Cuando el viento cesa, saltando entre los techos de las construcciones puede verse a un hombre dirigirse hacia ellos. Sus ropas lo identifican como al hombre que dio muerte a Electo.

Valtron –Así que eres tú. Si no mal recuerdo, tú debes ser Shinka.

Shinka –Así es, y como verán no vengo solo. Espero que no sean tan tontos como para intentar resistirse.

Jacs –No tenemos otra alternativa, ¡debemos correr!

Los tres se separan corriendo en distintas direcciones con los soldados tras ellos. Shinka sólo se limita a verlos escapar con una sonrisa de confianza.

Kira escapa en solitario intentando deshacerse de sus persecutores cuando se le ocurre una idea al pasar cerca de un río que atraviesa la ciudad. Cuando los soldados le dan alcance, ella los espera con una gran ola que forma a partir de las aguas del río acabando fácilmente con ellos. Sin saberlo, alguien que estaba detrás de ella aplaude. –No está mal para una niña como tú.

Al darse vuelta Kira se topa con Shinka. – ¿No me digas que tú también piensas capturarme?

Shinka –Así es, y sólo te lo diré una vez: Entrégate por las buenas o yo te obligaré a hacerlo por las malas.

Kira -¿Ah, sí? ¡Pues ni creas que será tan fácil atraparme! –lo amenaza con un conjuro entre manos.

Sin embargo, antes de poder atacarlo, Shinka corre a una velocidad sobrehumana hasta donde ella se encuentra, y antes de que pueda reaccionar le da un golpe con el mango de su sable que la derriba.

Kira pierde todo el aire por la contusión e intenta levantarse, pero para ese momento el filo del sable de Shinka está en su rostro.

Valtron observa a los soldados desde un techo buscarlo sin éxito, y cuando cree estar a salvo baja de nuevo para continuar su huída en dirección contraria, pero antes de dar tres pasos su camino se ve obstruido por Shinka.

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Shinka -¿A dónde crees que vas?

Valtron saca su espada y con tranquilidad le hace frente –Ahora veo por qué Fragar te tiene al mando de sus tropas-. Sin decir más, Valtron lo ataca con su espada. Shinka es capaz de bloquear con facilidad todos sus movimientos para luego tomar la ofensiva. Los veloces movimientos de Shinka se vuelven cada vez más rápidos al punto en el que Valtron es incapaz de responder al mismo nivel. En una fracción de segundo Valtron es arrojado al suelo por una ráfaga de viento cortante que Shinka crea con su arma.

Tendido en el suelo y habiendo perdido su espada, Valtron observa a Shinka acercarse a él, y en el último momento toca el suelo con la mano creando un poder de tierra que parece alcanzar a su enemigo. Rápidamente Valtron intenta tomar su espada, pero antes de poder hacerlo recibe una patada de Shinka en los costados. –Buen intento –le dice Shinka sarcásticamente.

En otro lugar, no muy lejos de allí, Jacs se esconde en un edifico abandonado. De vez en cuando echa un vistazo al exterior a través de los orificios de las paredes y las ventanas tapiadas preguntándose en dónde están sus amigos y si se encontrarán bien. De pronto, una ráfaga de viento lo alerta, y con un acto reflejo saca su espada al frente evitando que una estrella ninja le dé en pleno rostro.

Desde el fondo oscuro de la habitación logra distinguir la silueta de Shinka. –No peleas nada mal, Jacs. –dice el ninja escondiendo su rostro entre las sombras.

Jacs -¿Cómo es que sabes mi nombre? –pregunta extrañado.

Caminando al frente, Shinka por fin se deja ver: –Es una larga historia y no estoy de humor para cuentos. Te aconsejo que ahora vengas con migo por las buenas. No tienes a dónde ir.

Jacs –O si no, ¿qué…?

Shinka –Piénsalo: tus amigos no fueron rival para mí.

Jacs -¡¿Qué dices?! ¡Qué les has hecho!

Shinka –Descuida, ellos están bien… por ahora. Te diré algo, si me derrotas los dejaré ir a ti y a tus amigos.

Jacs -¿Cómo sé que cumplirás tu promesa?

Shinka –Soy un hombre de palabra. Además, no son ellos los que me interesan. Desde hace mucho que querido comprobar si todo lo que dicen sobre ti es verdad. –desenfundando su arma.

Jacs –En ese caso ¡acepto tu desafío!

En apenas una fracción de segundo, Shinka parece desaparecer ante sus ojos atacándolo con su sable. Una chispa producto del choque de ambos filos de espada se produce en medio de la oscuridad. Nuevamente Shinka utiliza su increíble velocidad de movimientos para acometer, pero sorprendentemente Jacs es capaz de contestar todos sus ataques. Inesperadamente, Shinka deja de atacarlo para saltar por un agujero en la construcción hasta los pisos superiores. Confundido, Jacs mira en dirección al cielo buscando alguna señal de Shinka.

Entonces una fuerte corriente de aire destroza el techo de la casa hasta llegar a la planta baja en donde él se encuentra. El repentino ataque toma por sorpresa a Jacs, que es atrapado por una ráfaga de viento ascendente.
Antes de salir expulsado al exterior Jacs logra asirse de un madero y escapar de la corriente de aire momentos antes de que un trueno caiga en ese lugar generando una explosión de la que apenas sale ileso. Sin darse cuenta, del cielo cae Shinka con su espada fija en dirección al suelo. Jacs logra esquivarlo a tiempo antes de que caiga sobre su espalda. El corte de Shinka es tan fuerte que crea una cuarteadura profunda que parte la tierra en dos.

Shinka se pone de pie con toda tranquilidad. –Debo admitir que eres bastante bueno en esto, Jacs –haciendo una pausa para tomar aliento-, pero no podrás ganarme.

Jacs toma la ofensiva con su espada atacando a Shinka, que detiene su espada en el aire atrapándola con sus dos palmas. –Eres bueno, pero yo soy mejor –dice burlonamente.

Jacs sonríe –Tu punto débil es tu confianza en ti mismo.

Al mirar abajo, Shinka nota que la otra mano de Jacs está justo sobre su pecho con un conjuro de fuego listo. Shinka es arrastrado por una explosión de llamas que atraviesan una de las paredes arrojándolo a la calle junto con los escombros.

Cuando Jacs sale a la calle para continuar la pelea observa con horror que Shinka sostiene a un niño entre sus brazos apuntando la punta de su sable al cuello de éste. Ya me cansé de juegos. ¡Vendrás por las buenas o la muerte de este niño recaerá en ti!

Sin otra alternativa Jacs deja caer su espada. En poco tiempo llegan soldados dispuestos a aprehenderlo, pero antes de ser llevado Shinka lo golpea fuertemente en el estómago haciendo que se desmalle. Cuando recobra la conciencia Jacs se encuentra a sí mismo siendo transportado en un carro tirado por caballos junto con sus amigos hacia el castillo Nengram. Shinka viaja en la parte delantera junto con el conductor. En el transcurso del viaje el ninja toma para sí el medallón y la espada de Jacs para después mostrar a este con soberbia la esencia del viento que ha tomado de Valtron.

Incapaz de hacer algo en la situación que se encuentra, Jacs se limita a mirar a Shinka con ojos desafiantes mientras es transportado con sus amigos todavía inconscientes.



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